Una investigación de la Alianza Rebelde Investiga -conformada por los medios digitales venezolanos TalCual, El Pitazo y Runrunes- confirmaría que la pesadilla delincuencial que vivían los habitantes de la Cota 905, en Caracas, no ha terminado. Según las indagaciones, surgió una nueva estructura criminal que extorsiona, simula delitos y somete a los ciudadanos.
En 2021, el barrio caraqueño fue escenario de una intervención sin precedentes, protagonizada por las fuerzas de seguridad del Estado, para acabar con una megabanda criminal que había controlado la zona por casi siete años. Sus habitantes aseguran que los policías que ahora custodian la Cota 905 usan la violencia y siembran droga para conseguir dinero de vecinos y visitantes.
La investigación señala que en los dos últimos años los funcionarios han «improvisado» puntos de control en viviendas que habrían ocupado ilegalmente. En la Cota 905, contabilizaron ocho alcabalas: Las Luces, Villa Zoila, La Chivera, 21 de Julio, Las Brisas, barrio Moscú, El Pinar y Las Quintas.
Esos sitios sirven para, determinaron los medios, ejecutar las detenciones arbitrarias y cobrar extorsiones a los habitantes, en su mayoría jóvenes, además de transportistas, repartidores, comerciantes y vendedores ambulantes.
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