¿Adiós Mbappé y Neymar del PSG?: La historia de un millonario proyecto deportivo fallido

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La disolución del tridente atacante estelar del Paris Saint-Germain y la llegada de Luis Enrique como entrenador representa un nuevo comienzo para el proyecto deportivo del equipo de la capital francesa que está en constante reinvención, sin alcanzar los éxitos continentales con los que sueña su directiva.

La marcha de Lionel Messi a la MLS y las probables salidas de Kylian Mbappé y del brasileño Neymar anuncian otro cambio de rumbo desde las oficinas, con el arribo de casi una decena de nuevos jugadores y el anhelo de haber encontrado por fin la orientación en el banquillo de la institución.

El dinero qatarí, que llegó a la Ciudad de la Luz en 2011 todavía no encuentra los beneficios de su inversión, al menos no al nivel europeo, como acaba de ocurrir con el plan de Abu Dabi en el Manchester City, que consiguió su primera Champions en junio, después de apostar por la continuidad de un técnico sobre la atracción de figuras.

En el PSG ha sido lo contrario, desde Zlatan Ibrahimovic hasta el tridente, pasando por Edinson Cavani, David Luiz, Dani Alves, Gianluigi Buffon y hasta Sergio Ramos, los encargados del club han optado por atraer grandes estrellas, sin que esto se refleje fuera de las conquistas locales, a las que los aficionados ya están acostumbrados.

Dentro de la élite europea esta organización es la más joven, nacida apenas en 1970, poco a poco empezó a crecer en su país, hasta establecerse como el referente de una Liga que antes dominaban Saint-Étienne, Olympique de Marsella o Lyon, pero no ha dado el salto fuera de sus fronteras.

Qatar compra el PSG

En 2011, el grupo Qatar Sports Investments vio la posibilidad de explotar un gran mercado con una escuadra ubicada en una de las capitales más importantes del mundo, que atrae a millones de turistas cada año y que podía ser la respuesta francesa para las potencias futbolísticas de España, Italia, Inglaterra y Alemania.

Para arrancar esta nueva etapa, la directiva encabezada por el qatarí Nasser Al-Khelaifi confió en tres nombres: el brasileño Leonardo como director deportivo, el italiano Carlo Ancelotti como entrenador y el delantero sueco Zlatan Ibrahimovic como estrella, con presentación en la Torre Eiffel incluida.

En la primera temporada bajo el nuevo régimen en 2011-12 llegó un notable grupo de jugadores encabezado por el argentino Javier Pastore, los brasileños Alex y Maxwell, el uruguayo Diego Lugano, el italiano Thiago Motta y los locales Kevin Gameiro, Jérémy Ménez y Blaise Matuidi; en enero, Ancelotti reemplazó al técnico Antoine Kombouaré, pero terminó por detrás de Montpellier en la Ligue 1.

Para 2012-13 la apuesta aumentó con el aterrizaje de Zlatan junto a los brasileños Thiago Silva y Lucas Moura, el italiano Marco Verratti, el argentino Ezequiel Lavezzi y hasta el inglés David Beckham, para obtener el título nacional (luego de 19 años) y llegar hasta cuartos de final en Champions.

No obstante, al final del campeonato llegó el primer cambio de ruta en el proyecto, Ancelotti pidió irse al Real Madrid y Leonardo fue suspendido 13 meses por empujar a un árbitro, por lo que presentó su renuncia a la institución, que quedó huérfana de dos piezas clave en la confección qatarí.

El legendario Laurent Blanc se convirtió en el substituto de Ancelotti y en su debut, de la mano de los fichajes del uruguayo Edinson Cavani, el brasileño Marquinhos y los franceses Lucas Digne y Yohan Cabaye reconquistó la Liga y llegó a cuartos en Champions, logros que repitió en 2014-15 y 2015-16.

Sin embargo, en julio de 2016 hubo un nuevo golpe de timón, ante la decisión de reemplazar a Blanc con el estratega español Unai Emery, quien había conseguido tres títulos consecutivos de Europa League con Sevilla, y la marcha al Manchester United de Ibrahimovic, el último de los cimientos.

El español tampoco llevó la gloria europea, al contrario, en su estreno fue segundo en casa y sólo alcanzó los octavos en Champions, por lo que para 2017-18 algo se modificó al interior, con el aterrizaje de los delanteros Neymar y Mbappé por una suma de más de 400 millones de euros para ganar el certamen local y quedar en la misma instancia en el torneo más importante del continente.

No obstante, la apuesta fue clara: una transición desde Zlatan hasta una dupla que dentro y fuera del campo tenía problemas para adaptarse, entonces la directiva optó por el entrenador alemán Thomas Tuchel, quien había tenido éxito con Borussia Dortmund y le añadió a Buffon para una temporada de nuevo en la cima en Francia.

En la 2019-20, ya con Leonardo de regreso en la dirección deportiva, la escuadra ganó todos los trofeos nacionales y en un ciclo marcado por la pandemia de Covid-19, el PSG alcanzó la final de la Champions, pero la perdió ante Bayern Múnich, un premio que habría cambiado la historia de la inversión qatarí.

El siguiente calendario empezó ya sin Cavani ni Thiago Silva, la relación entre el técnico y la directiva se desgastó y Tuchel fue despedido en diciembre, su relevo fue el argentino Mauricio Pochettino, ex jugador del club, quien no pudo obtener la Ligue 1, aunque los llevó a las semifinales de una Champions que ganó el preparador alemán, pero con el Chelsea, para lamento de los parisinos.

Messi forma el tridente

Para la 2021-22 llegó el enésimo cambio de rumbo, al lograr la contratación del argentino Lionel Messi, quien junto a Neymar y Mbappé proyectaba a formar una tripleta que siguiera la fórmula de la que ganó todo con el Barcelona en 2015 con los dos atacantes sudamericanos y el uruguayo Luis Suárez, pero eso no ocurrió; también arribaron Achraf Hakimi, Sergio Ramos y Gianluigi Donnarumma.

Christophe Galtier sucedió a Pochettino para la 2022-23, que sería la última con el tridente. En ambas campañas consiguieron la Ligue 1, pero se quedaron en octavos de Champions, para frustración de una directiva que ni con un ataque espectacular pudo alcanzar la gloria europea como sí lo hizo otro millonario, el Manchester City, después de tanto buscarla.

El drama se extendió por todo el organigrama, con abucheos de los fans a Messi y a Neymar, la marcha del argentino a la MLS y la inesperada decisión de Mbappé de no activar la temporada extra en la renovación de contrato que firmó en 2022, a pesar de la salida de Leonardo para ser reemplazado por Luis Campos, ex director deportivo de Mónaco y de Lille.

Un proyecto que se desgaja al apostar por futbolistas y no por una idea, por lo que Al-Khelaifi y compañía han vuelto a oprimir el botón de reinicio, con el entrenador de aquel Barcelona del 2015, Luis Enrique al frente, pero ya sin Messi (ni Ramos) y con Mbappé apartado del plantel, a la espera de su salida del equipo.

Hay una nueva hoja de ruta y ahora la institución se entrega a un estratega a la espera que un modelo similar al del Manchester City con Guardiola ofrezca los mismos resultados en la Ciudad de la Luz, sin experimentos como el del tridente, que dejó más decepciones que festejos al pie de la Torre Eiffel.

En cambio, el reajuste es con jugadores probados, pero sin grandes reflectores, como los defensas Milian Skriniar y Lucas Hernández, el mediocampista de contención Manuel Ugarte y los extremos Lee Kang-in, Marco Asensio y la probable llegada de Ousmane Dembélé, aunque el técnico ya ha tenido problemas con la alineación en el verano, ante el fichaje tardío del delantero portugués Goncalo Ramos.

Es el momento de remover las imágenes de las estrellas en el Parc des Princes, de aportar más dinero a una millonaria inversión e intentar de nuevo, pero con una fórmula distinta, conquistar Europa desde una de las capitales más importantes de ese continente. Luis Enrique ha triunfado antes, aunque el plan del PSG parece ir en declive conforme pasan los años y el 2020 con la final de la Champions se ve más lejos que nunca.

Con información de Plano Informativo.