La Inteligencia Artificial se ha hecho presente en la vida cotidiana de muchos de nosotros. Desde la posibilidad de desbloquear tu teléfono con la huella digital, ver otra película recomendada por Netflix, hasta recibir un diagnóstico más preciso y oportuno de una enfermedad, esta tecnología ha traído grandes cambios a la humanidad. Desafortunadamente, también está al servicio de los estafadores de llamadas telefónicas, quienes ahora cuentan con una sofisticada herramienta para ejecutar fraudes más creíbles.
Expertos en ciberseguridad han reportado que cada vez más personas inescrupulosas están usando la inteligencia artificial para clonar voces, incluidas las de amigos y familiares, y extorsionar.
Esto lo experimentó una madre estadounidense, Jennifer DeStefano, quien recibió una llamada telefónica de un número desconocido hace unos meses, y se estremeció al escuchar lo que sonaba exactamente como la voz aterrorizada de su hija de 15 años, Briana, quien le rogaba ser salvada de unos secuestradores: “Mamá, estos hombres malos me tienen presa. ¡Ayúdame!”.
En realidad, Briana estaba sana y salva.
Los estafadores habían utilizado la inteligencia artificial para imitar su voz y tratar de sacar $1 millón de dólares a la familia. DeStefano contó su experiencia en una reunión del Senado de Estados Unidos.
El hombre al teléfono la amenazó y le dijo que si llamaba a cualquier persona, incluyendo a la policía, iba a “llenar a tu hija de drogas, haré lo que quiera con ella, la tiraré en México, y nunca la verás otra vez’”, dijo DeStefano.
El incidente es sólo un ejemplo de lo que se ha convertido en una alarmante tendencia. Es aún muy nueva, y no hay suficientes datos disponibles sobre la frecuencia con la que ocurre. Benjamin Davidson, abogado de la Federal Trade Commission (FTC), asegura que ha visto un aumento sustancial en estafas y ataques basados en inteligencia artificial durante el último año.
Las estafas telefónicas y cibernéticas, en total, representaron aproximadamente 10 mil millones de dólares de los bolsillos de los estadounidenses en 2022, según el Centro de Denuncias de Delitos en Internet del FBI. Un pequeño porcentaje de estas corresponde a las llamadas con voz clonada.
La caída de los costos de los programas de inteligencia artificial y la amplia disponibilidad de grabaciones de voces de personas en internet, han creado las condiciones perfectas para este tipo de estafa.
Davidson explica que las grabaciones son aún más fáciles de encontrar en el caso de personas públicas, cuyas intervenciones y discursos suelen estar ampliamente disponibles en Internet. Pero no sólo se trata de ricos y famosos. Encontrar muestras de audio de personas comunes y corrientes también puede ser tan fácil como realizar una búsqueda en línea (por ejemplo, en aplicaciones de redes sociales como Tik Tok e Instagram) del nombre de alguien.
Los ataques de voz falsos también se producen en centros de llamadas de servicios de tarjetas de crédito, donde representantes humanos tratan con clientes que necesitan ayuda con sus tarjetas. En estos casos, los estafadores reproducen la voz clonada del cliente para ordenar operaciones bancarias.
Los datos de los clientes, así como los datos de cuentas de banco que han sido robados por piratas informáticos (y que están ampliamente disponibles en los mercados clandestinos) ayudan a los estafadores.
¿Cómo protegerse de estos ataques?
Davidson explica que la clonación de voz es difícil de detectar. Recomienda grabar cualquier tipo de llamada sospechosa y luego intentar comunicarse directamente con sus seres queridos.
También sugiere que las familias adopten un sistema de «palabras clave» para verificar la autenticidad de la llamada, o simplemente hacer preguntas al supuesto ser querido al otro lado del teléfono, para comprobar que es realmente la persona que dice ser. “Por ejemplo, puedes preguntarle en qué ciudad nací, o qué me gusta desayunar por las mañanas”, dijo.
Además, es recomendable configurar las cuentas de redes sociales como privadas.
Esta inquietante tendencia se suma a las crecientes pérdidas debidas al fraude. Los estadounidenses perdieron casi 9.000 millones de dólares a causa del fraude sólo el año pasado: un aumento de más del 150% en sólo dos años, según la FTC.
Vía El Planeta