El próximo jueves, Estados Unidos se enfrenta a una importante decisión que podría tener un gran impacto tanto en el proceso electoral venezolano como en sus relaciones con Colombia.
El Departamento del Tesoro otorgó una licencia el año pasado que permitió levantar temporalmente las sanciones que pesaban sobre la industria petrolera y de gas en Venezuela. Sin embargo, esta licencia expira el próximo jueves y se espera que Estados Unidos decida no renovarla.
Esta decisión se debe a que Venezuela confirmó la inhabilitación de María Corina Machado, ganadora del proceso de primarias de la oposición. Estados Unidos había establecido que no renovaría la licencia si su candidatura no era rehabilitada antes de la expiración de la misma.
A menos que haya un cambio de última hora, Estados Unidos dejará expirar la licencia, lo que implicaría un regreso al régimen de sanciones pleno que estaba vigente hasta octubre de este año. Para Washington, la exclusión de Machado y su reemplazo, Corina Yoris, son claros incumplimientos a los acuerdos de Barbados y justifican la reimposición de las sanciones.
Sin embargo, la puerta no se ha cerrado del todo. Esta semana, se confirmó una reunión de emergencia en México entre funcionarios de Estados Unidos y del gobierno de Maduro. Aunque oficialmente la reunión fue para expresar preocupación por el proceso electoral en Venezuela, es claro que el tema de las sanciones estuvo en la mesa.
Es posible que Estados Unidos opte por una reimposición parcial de las sanciones mientras espera futuros desarrollos. Esto dejaría a Colombia en una posición incómoda, ya que el canciller (e) de Colombia expresó su rechazo a las sanciones justo después de reunirse con funcionarios estadounidenses.
Además, la decisión del gobierno colombiano de avalar las elecciones tampoco ha sido bien recibida. Al aceptar servir como observador, Colombia está otorgando un regalo a Maduro, quien utilizará esto para reclamar credibilidad en un proceso que ha sido cuestionado.
En conclusión, Estados Unidos se prepara para tomar una decisión que podría tener consecuencias significativas en el proceso electoral venezolano y en sus relaciones con Colombia. Aunque se espera que no renueve la licencia que permitía el levantamiento de las sanciones, queda por ver si optará por una reimposición parcial y qué impacto tendrá esto en la situación política y económica de la región.