Se entiende perfectamente que en la narrativa opositora se haga énfasis en la llave Edmundo-María Corina. Pero el candidato a veces envía mensajes confusos: ¿no se acostumbra al nuevo papel o es estrategia?
Con Informacion de El Estimulo
Hace rato ya que estamos todos claros en algo: es María Corina Machado la que tiene el potencial de votos, la que convoca, la que mueve. Y si Edmundo González Urrutia está donde está, es porque ella y el resto de los actores de la oposición lograron ponerse de acuerdo en que él era opción unificadora, la que –además- con unas ayudas de acá y de allá, permitiría avanzar en la ruta electoral.
También estamos claros en que es normal y estratégicamente lógico que en sus entrevistas y mensajes públicos González Urrutia sostenga y refuerce siempre la narrativa del lazo con los líderes de los partidos y el trabajo conjunto con María Corina para llegar en condiciones óptimas a la elección del 28 de julio.
¿Que la nombra mucho? Es que así tiene que ser. ¿Que ella lo menciona a cada rato en todos sus discursos? Así debe ser. Pero hay algo curioso: en ocasiones uno escucha a Edmundo y parece que no estuviera del todo metido en el papel, que no tuviera la conciencia plena, asumida e interiorizada, que le faltara el “soy el candidato”.
O, mejor dicho, “el candidato soy yo”.
Y mira Edmundo, eso es raro. Y hasta preocupante.
En su entrevista con César Miguel Rondón, González Urrutia dijo lo siguiente: “Una vez que se obtengan los resultados electorales, que nosotros confiamos que van a ser favorables a María Corina Machado, viene la etapa del reencuentro, de la reconciliación”.
¿Favorables a María Corina? ¡Pero si el que aparece en el tarjetón eres tú!
César Miguel la dejó pasar, quizás no se dio cuenta. Podría uno pensar que por ser la primera entrevista en su nueva condición desde que dejó de ser “tapa”, González Urrutia no estaba acostumbrado a referirse a sí mismo como aspirante a la presidencia. Y, por supuesto, la figura de María Corina siempre se impone, ella fue la candidata desde que se decidió con el voto en la primaria. Pudo haber sido eso: falta de costumbre.
Ese mismo día -25 de abril- González Urrutia se sometió a una intensiva tanda de entrevistas. En su conversación con el periodista colombiano Néstor Morales, del programa “Mañanas Blu”, en algún momento dio una explicación que le ha tocado repetir docenas de veces: “Cuando a mí me plantearon esto yo les dije que lo aceptaba con las dos premisas como me lo plantearon. Primero, que sería una situación provisional, eso era fundamental. Y lo segundo que yo pedí es que fuese unánime, de todas las fuerzas opositoras. Y así resultó ser”.
Se entiende que el “esto” al que se refiere es la candidatura.
Al conductor del espacio en Blu Radio le hizo ruido lo evidente y le pidió que le aclarara qué significa eso de “provisional”.
“Provisional hasta el 28 de julio que tengamos las elecciones presidenciales. A eso me refería. Claro, ya el 28 de julio tenemos una elección, de allí surgirá nuestra… la victoria de nuestro… nuestra candidata y comenzará un difícil momento que son los meses de julio hasta diciembre cuando constitucionalmente corresponde el traspaso de gobierno”, le respondió el entrevistado.
Edmundo, ¿de verdad? ¿La victoria de nuestra candidata? ¿No eres tú el candidato?
El 25 también atendió a la emisora Radio Caracol. Y como parte de un comentario sobre la campaña y el trabajo y las dificultades que eso representa, dijo: “La campaña presidencial sigue su curso, la candidata presidencial está en plena campaña también… María Corina Machado anda en este momento en gira por el interior”.
¿La candidata presidencial?
Edmundo, a pesar de todo, responde a preguntas típicas de estos momentos -sus primeras medidas si llega a ser presidente, generalidades sobre programa de gobierno, sobre cómo llevar un proceso de transición, los riesgos- utilizando el “nosotros”.
Podría ser que de tanto andar con políticos se le haya contagiado la fea costumbre de hablar ese plural mayestático heredado del papado, aunque cabe también la posibilidad de que se trate del llamado “plural de modestia”. En todo caso, el punto es que en ese “nos” seguramente incluye a un equipo y a María Corina. Y eso tiene todo el sentido. Así debe ser porque además ella tiene un plan de gobierno elaborado. Lo que ya está resultando desconcertante es lo otro.
Edmundo, el candidato eres tú. María Corina es el portaaviones, la fuerza de los votos con los que se espera que ganes el 28 de julio. No nos confundas, no propicies el dibujo libre de las interpretaciones porque -como ya deberías saber- tus rivales no lo van a pensar dos veces para encontrarle la peor explicación.