En julio, un incidente trágico cobró la vida de 10 migrantes debido a la inundación repentina de un río en una región del Caribe panameño, cerca de la frontera con Colombia. Este viernes, el Ministerio Público de Panamá confirmó que las víctimas incluían seis venezolanos, tres vietnamitas y un colombiano.
Hoy, la Personería de Guna Yala comenzó a entregar los cuerpos de los migrantes fallecidos en Carreto. Hasta ahora, «De las 10 víctimas, 8 han sido identificadas por familiares. Se esperan resultados de pruebas forenses para confirmar identidad de 2. Se trata de 6 venezolanos, 3 vietnamitas y 1 colombiano”, según indicó la Fiscalía panameña en X.
Los restos de los fallecidos fueron recuperados el 24 de julio, aunque se especula que el desastre ocurrió una semana antes. Hay teorías de que fueron enterrados por grupos criminales cerca de una aldea para ocultar el crimen.
Las víctimas perecieron por el aumento súbito del caudal en un sector conocido como la “ruta de Carreto”. Esta ruta es particularmente peligrosa y costosa, ya que facilita el cruce a través de la selva del Darién, una frontera común con Colombia, frecuentemente transitada por migrantes que intentan llegar a Norteamérica.
Según un informe de 2023 de Médicos Sin Fronteras, quienes brindaban ayuda en el área hasta este año, los migrantes pagan hasta 550 dólares para navegar desde Capurganá, Colombia, hasta Carreto, seguido de una caminata de dos a cuatro días a través de la selva hasta llegar a la comunidad indígena de Canaán Membrillo.
Recientemente, autoridades panameñas arrestaron a 13 individuos, señalados de traficar migrantes irregularmente a través de una ruta “VIP” que inicia en el Golfo de Urabá en Colombia y pasa por varios puntos hasta llegar a Panamá.
Desde la inauguración de la nueva administración del presidente Mulino el 1° de julio, se han implementado varias estrategias para mitigar la migración a través de la peligrosa selva del Darién, por la que ya han pasado más de 216.000 migrantes este año, mayormente venezolanos. El total en 2023 superó los 520.000 migrantes, una cifra sin precedentes, de acuerdo a estadísticas oficiales panameñas.
Como parte de las medidas, desde el 3 de julio, Panamá ha instalado «barreras perimetrales» en aproximadamente 4,7 kilómetros del Darién, donde existían al menos cinco rutas no autorizadas, con el objetivo de «canalizar» el tránsito migratorio a través de un «corredor humanitario».