El horror se instaló en Ecuador con el hallazgo de cuatro cuerpos calcinados cerca de una base de la Fuerza Aérea en la víspera de Navidad, en medio de la búsqueda infructuosa de cuatro menores desaparecidos tras un operativo militar el 8 de diciembre.
Hasta ahora solo hay pistas macabras: los cadáveres calcinados, un video difundido por el Congreso en el que se observa la supuesta captura de uno de los niños y 16 militares vinculados al caso bajo custodia.
La justicia determinó que los menores de entre 11 y 15 años fueron víctimas de desaparición forzada a manos de militares durante un operativo.
Las versiones encontradas entre el gobierno, autoridades, organizaciones de derechos humanos y familiares levantan un manto de duda en un país golpeado por la violencia y bajo la presión militar contra las bandas del narco.
Esto es lo que se sabe del caso.
Desaparición forzada
Saúl Arboleda, Steven Medina y los hermanos Josué e Ismael Arroyo salieron a jugar un partido de fútbol en el sur de Guayaquil el 8 de diciembre y nunca regresaron.
Esa noche un desconocido se contactó con la familia Arroyo y puso a Ismael al teléfono. Su padre relató esa llamada a medios.
Los militares «se bajaron como locos, nos persiguieron, hicieron disparos al aire, nos maltrataron y nos dejaron botados», dijo el joven, según la versión de Luis Arroyo.
Más tarde, los familiares recibieron dos ubicaciones a través de WhatsApp, una de ellas en la localidad de Taura, donde hay una base militar. La otra cerca de una camaronera.
En otra llamada posterior, un anónimo aseguró a la familia que «la mafia se los llevó».
El 24 de diciembre, luego de que la justicia determinara que hubo una «desaparición forzada», fueron hallados cuatro cuerpos en una zona de manglares, cerca de la base militar de Taura, según medios locales.
AFP