«En este momento hay una situación muy crítica en esta región», dijo el sábado el comandante del Ejército, general Luis Emilio Cardozo, al arengar ante cientos de soldados que se desplegaban hacia las montañas del Catatumbo (noreste), plagadas de narcocultivos y dominadas históricamente por los rebeldes.
La arremetida del Ejército de Liberación Nacional (ELN) rompió una tregua con disidencias de la extinta guerrilla FARC y desafió al gobierno de izquierda de Gustavo Petro, que llegó al poder con el compromiso de buscar una salida negociada a seis décadas de conflicto armado.
Por Albertonews
Hasta entonces ambas organizaciones rebeldes adelantaban en paralelo negociaciones de paz con el gobierno.
Hubo un «rompimiento, digamos, de esa alianza» entre el ELN y disidencias de las FARC que se apartaron del acuerdo de paz de 2016, lo que «ha generado una afectación muy importante a la población civil», sostuvo el general en un video divulgado por el Ejército en la red X.
Autoridades locales habían reportado previamente al menos 40 fallecidos: una treintena cerca de Venezuela y nueve más en el norte de Colombia, por choques del ELN con el Clan del Golfo, el mayor cartel local de la cocaína.
«Alrededor de 60 personas han muerto de manera violenta en Convención, Ábrego, Teorama, El Tarra, Hacarí y Tibú», municipios que forman parte del Catatumbo, indicó el sábado la Defensoría del Pueblo.
El histórico acuerdo de paz desarmó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero grupos disidentes se reorganizaron con nuevos reclutas y mantienen la guerra contra el Estado, otras organizaciones y la población civil.
Tras la embestida del ELN, Petro suspendió las negociaciones de paz con esa organización y la acusó de «crímenes de guerra».