
Tras la decisión de la administración de Donald Trump de quitarle la representación a los migrantes ilegales menores de edad no acompañados, una niña de cuatro años enfrenta su deportación en Nueva York sin ningún abogado.
Por La Nación
Nueva York: con 4 años, ante un juez y sin representación legal
Durante una reciente audiencia realizada a través de una videoconferencia, alrededor de una docena de menores no acompañados comparecieron ante el juez Ubaid ul-Haq.
Ninguno contaba con la representación legal de un abogado, ni de sus padres. Solo eran asistidos por trabajadores de los albergues de Nueva York, según informó Gothamist. Entre la gran cantidad de menores, se encontraban una niña de cuatro años y su hermana de ocho, ambas vestían camisetas teñidas.
“Son bastante jóvenes, así que iré despacio y trataré de explicar todo lo que diga”, sostuvo el juez al comenzar la audiencia en la que, además, había un intérprete de español. Ul-Haq consultó a los niños si le entendían al traductor, algunos sostuvieron que sí, otros rieron y otros no comprendían la situación.
La niña de cuatro años levantó la mano y sacudió un peluche rosa que tenía en el aire. No parecía entender qué sucedía. Fuera de la pantalla de la llamada, una mujer respondió por ella: “Soy su administradora de casos, habla español”.
“El tribunal tiene algunos demandados muy jóvenes, y vamos a aguantar mientras intentamos explicarlo lo mejor posible”, respondió ul-Haq. Al finalizar la jornada, el juez le agradeció a cada uno de los niños más pequeños por estar presentes. “Tú y tu hermana se portaron muy bien hoy”, le dijo a las migrantes de ocho y cuatro años.
La decisión de Trump de quitarle los representantes a los migrantes menores de edad
Donald Trump ordenó en febrero la suspensión inmediata de los fondos destinados a servicios legales para niños migrantes no acompañados. La decisión afectó a más de 26.000 menores bajo custodia de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con la ley, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) debe albergar a estos niños hasta que cumplan 18 años o sean entregados a un patrocinador, generalmente un familiar. Sin embargo, la decisión del presidente estadounidense se enmarcó su estrategia de recortar programas que considera innecesarios, aunque esto afecte a poblaciones vulnerables.
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