A través de su portavoz, Ned Prince, el Departamento de Estado de EEUU fijó posición sobre la expulsión de la embajadora de la Unión Europea en Venezuela, Isabel Brilhante Pedrosa, por parte del gobierno de Nicolás Maduro y, aunque lo acusó de dictador, evitó responder si su salida del poder es prioridad de la administración Biden.
“Esta acción aislará aún más al régimen de Maduro. Él sabe que, por su historial, no puede resistir el escrutinio y por eso expulsó a la embajadora de la UE, debido al anuncio de nuevas sanciones”, dijo Prince.
Además, respaldó la posición de la UE de acusar a los 19 nuevos sancionados por abusos de DDHH y pervertir el estado de derecho en Venezuela.
“Hemos visto que los abusos continúan aumentando a manos de Maduro y sus aliados. Han utilizado la violencia para mantener el control y socavar aún más la democracia. El resultado es que millones de venezolanos están sufriendo como consecuencia de ello”, señaló el portavoz.
Cuestionado sobre si la destitución o salida del poder de Maduro es el objetivo de la nueva administración de Joe Biden, el portavoz del Departamento de Estado se limitó a responder que creen “que Maduro es un dictador, corrupto y responsable del sufrimiento de su pueblo. Seguiremos apoyando las aspiraciones democráticas del pueblo venezolano”.
“Estamos comprometidos a trabajar con nuestros socios de la comunidad internacional que incluye a Europa pero también a socios de este hemisferio para promover la rendición de cuentas por estos abusos de DDHH (…) El mundo permanece unido para pedir un retorno a la democracia en Venezuela”, advirtió.
De igual forma, señaló que el Secretario de Estado, Anthony Blinken, “ha pedido que se fortalezca la coordinación con socios con ideas afines para reconstruir la presión multilateral hacia Venezuela, incluso mediante sanciones selectivas contra responsables de corrupción y abusos de DDHH”.