El difunto «eterno» aseguró miles de veces que volvería «polvo cósmico» a la oposición y que Venezuela se convertiría en un país que dejaría atrás el rentismo petrolero y tendría una economía fuerte, diversificada, pujante y poderosa.
Sebastián Boccanegra – TalCual
Como en tantas otras cosas, las palabras del prócer de Sabaneta fueron puro gamelote, paja, que si se pudiera transar en el mercado internacional sí que hubiera logrado que Venezuela dejara de depender del petróleo.
Hoy, 5 de agosto, el gobierno anuncia la tercera reconversión del bolívar. Lo hace de una manera muy peculiar: a través del canal del PSUV —antes Venezolana de Televisión— se lee un comunicado donde se da la noticia. Lo curioso es que ese comunicado no estaba, para el momento de su lectura, en la página del Banco Central de Venezuela. Otra muestra de su total falta de independencia.
La primera reconversión se dio en el año 2008. Para la segunda tuvieron que transcurrir diez años y para la tercera solo tres. Cualquier persona sabe que quitarle ceros al bolívar solo facilita la contabilidad de las empresas y a leer sin dificultad los precios; pero como ya se dice en la calle: esos ceros vuelven a retoñar y, la experiencia lo demuestra, en menor tiempo.
Detrás de este anuncio, al igual que en los dos anteriores, no hay una política económica que frene la inflación, fomente la inversión y estimule la producción, por lo que no se puede esperar que tenga el éxito que todos queremos.
Es la enésima demostración de que Maduro y su cogollo o no saben de Economía o tal como van las cosas les representa pingües ganancias. No hay otra explicación posible y menos alguna que tenga que ver con sus convicciones ideológicas. Esas las transaron hace rato.
Del bolívar fuerte pasamos al soberano, de éste al digital y quien sabe en cuánto tiempo, con un nuevo cambio del cono monetario, podríamos pasar al bolívar web, aunque el nombre que verdaderamente le cuadra es el bolívar destruido. Lo convirtieron en polvo cósmico.