El ministro de petróleo y el presidente de PDVSA deben renunciar
El día 19 de Agosto de 2021 en comunicado oficial emitido por la Vicepresidencia de Economía, se informa sobre la transferencia del 49% de participación accionaria de PDVSA en la Refinería Dominicana de Petróleo (Refidomsa), al estado Dominicano. La misma fue ejecutada por un monto de $88.1 millones, recibidos en forma de reducción de deuda pública externa (swap). El gobierno no dudó en calificar la misma como exitosa [https://www.diariolibre.com/economia/venezuela-reduce-la-deuda-publica-externa-con-venta-de-acciones-de-refidomsa-JO28268890].
HECHOS:
Refidomsa arranca operaciones durante 1973 operada por Shell y refinando mezclas de crudos Venezolanos, para producir originalmente unos 30 MBD de productos varios; gasolinas, GLP, kerosene, Jet A1, gasoil y fuel oil. En 2008 dicha refinería pasa a pertenecer en su totalidad al estado dominicano. Durante 2010 vende a la Venezolana PDV CARIBE el 49% del capital accionario.
Para entonces se justificaba la compra bajo la premisa del apalancamiento de los proyectos Costa Afuera y la proyección regional de la “franquicia política” de PDVSA en el Caribe. La asociación con Petróleos de Venezuela bajo la óptica de un barril boyante y una producción sobre 3 MMBD dio impulso a Refidomsa, obteniendo por primera vez en su historia una clasificación crediticia de Fitch-A; y Feller-A+.
Para 2015 junto al apalancamiento de PDVSA, se ejecuta la primera renovación de los principales equipos y procesos en 40 años, con una inversión de capital asociada de $28 millones, elevando el valor de nuestra participación ya que dicha refinería comienza a procesar además de mezclas medianas, crudos livianos.
Para ese entonces las utilidades de Refidomsa rozaban los $140 millones (pre-tax). Los dominicanos comenzaban a verle el queso a la tostada y se propusieron poner mano a las acciones Venezolanas. Ya PDVSA no era necesaria.
A raíz de las crecientes sanciones provenientes desde los EEUU a partir de 2015, que involucraban activos internacionales con participación Venezolana, el gobierno dominicano expresaba abiertamente su supuesta preocupación y necesidad de comprar las acciones en manos de PDVSA.
Con un estado Venezolano cada vez más dispendioso, plagado de corrupción, hambriento de divisas y una PDVSA que se adentraba en una mortal espiral de sequía financiera, promovida las sanciones, pero también por la abrupta caída del barril, así como por la combinación de escasos recursos para ejecutar su plan de inversión y las desmedidas exigencias desde el ejecutivo mismo, se inicia el desplome de producción a lo largo de toda su cadena de valor y con ello, el derrumbe de los ingresos petroleros.
EL VALOR DE REFIDOMSA:
El entonces ministro de comunicación Jorge Rodríguez aseguraba que Refidomsa adeudaba a Venezuela-PDVSA unos $240 millones, diluidos entre envíos de crudos y productos, a la par que afirmaba que el valor real de dicha refinería se remontaba a entre $600 y $700 millones [https://dominicantoday.com/dr/local/2019/03/27/refinery-spat-widens-dominican-republic-venezuela-rift/]. No estaba muy lejos Rodriguez, ya que hablaba del valor integra.
Sin embargo, más adelante durante 2018 en una cumbre bilateral, un Maduro sediento de dólares frescos, acuerda junto al mandatario dominicano, un precio de $200 millones por nuestra participación. Este valor era para ese momento, el valor accionario representado en infraestructura más el valor presente de su exposición de capital.
Pero en el contexto petrolero, el valor real de un activo como Refidomsa, no se mide solo por el balance entre los fierros representados en infraestructura instalada y sus pasivos, sino además por el valor de oportunidad presente y sobretodo futura de la producción y colocación de sus productos en el mercado, aparte de su valor estratégico y geopolítico y eso no estaba considerado en esos $200 millones.
Por ende, el precio negociado de $88.1 millones, podría constituir un grave daño patrimonial originado a nuestra nación, solo por el hecho que para 2018 el propio mandatario Venezolano reconoció abiertamente un valor de $200 millones por nuestra participación (unos $209 millones RT:2021), sin contabilizar el resto de los demás renglones de valor antes mencionados.
Que justifica que se haya rematado nuestra participación por menos del 42% del valor acordado; aunque en realidad, cuando incluimos el intangible del resto de los componentes que añaden valor de oportunidad el precio reconocido podría no superar el 30% al 35%.
Peor aun, el gobierno de Maduro admite que “raspan la olla” y que por ello se vieron obligados a rematar [https://twitter.com/EinsteinMillan/status/1429137950588248067 un activo de PDVSA por 30% a 35% de su valor, luego que desde 1998 han recibido en exceso a $1.7 trillones.
Aparte de que la transacción se haya pactado por un precio irrisorio e irregularmente bajo, el haber entregado en bandeja de plata Refidomsa, coloca a Guyana en bandeja de plata la oportunidad de aprovechar dicho espacio, para canalizar sus crudos y controlar no solo el mercado del caribe, sino para ganar acceso al mercado norteamericano.
Además extrañamente dejan ir un activo que produce productos refinados que no se tienen en Venezuela y que fácilmente mediante triangulación con Cuba o directamente, podían haber llevado esa gasolina y ese gasoil a nuestra nación de forma segura, barata, rápida y confiable.
Varios aspectos llaman poderosamente la atención en dicha operación. Uno de ellos es que fue realizada a través del grupo Rizek, cuyos propietarios parecen ser de origen sirio-libanés y poseen intereses en el mercado de la energía eléctrica [https://twitter.com/einsteinmillan/status/1429571212154490884?s=11] agro y finanzas, con numerosas empresas internacionales; incluido Panamá [https://opencorporates.com/officers/405746963]; [https://en.datocapital.com.pa/executives/Hector-Jose-Rizek-Sued.html].
De hecho, el ente anticorrupción de Republica Dominicana; adocco, solicitó información sobre que recibió a cambio el Grupo Rizek, que actúo como puente en dicha transacción. Un puente innecesario y que enciende las alarmas.
Es necesario que tanto el ministro de petróleo, como el presidente de PDVSA se separen de sus cargos, mientras se lleva a cabo una profunda investigación sobre la magnitud real del daño patrimonial que esta penosa negociación ha originado a nuestra nación.
Por: Einstein Millán Arcia
Fuente Aporrea