Diputado Ángel Medina: «Critico que el Gobierno haga un CNE a su medida y que la oposición pretenda crear instituciones a la medida».
El comité de postulaciones de la Asamblea Nacional no logró el objetivo de un nuevo Poder Electoral, sin embargo su presidente, el diputado Ángel Medina, de Primero Justicia, no quiere mirar por el retrovisor en materia electoral, de fondo, plantea que el objetivo de la oposición en adelante no varía: “Nuestra lucha política va precisamente porque la gente pueda elegir, decidir y lo pueda hacer de manera libre”.
En conversación con PANORAMA agrega: “Que la gente decida libremente. Que tengamos un proceso electoral transparente, justo y verificable, ese debe ser el objetivo, aquí nadie está dispuesto a levantar la bandera de la abstención en este momento; nosotros queremos votar, queremos que el país vote, pero para eso tiene que haber condiciones y nuestra lucha en los próximos tiempos tiene que ser lograr esas enormes condiciones para que la gente pueda participar masivamente, ese es un objetivo estratégico y transversal hacia todo lo que estamos haciendo en este momento”.
Pero mientras el Gobierno pone “velocidad crucero” hacia las parlamentarias del 6 de diciembre, pandemia de por medio y ahora con una “torta” más grande de 277 diputados a elegir, Medina, quien también es presidente del Parlatino capítulo Venezuela, tiene claro que “lamentablemente, aquí se está planteando un proceso para diciembre que no tiene garantías, pero que tampoco está dejando a la gente decidir. Ahora, yo como diputado tengo claridad de que después del 4 de enero dejo de ser diputado. Después del 4 de enero me corresponde utilizar otros mecanismos para trabajar y hacer política en este país, yo al final no llegué aquí para tener un curul, mi razón de vida en la política no es para tener un curul”.
Acerca de la tesis de “continuidad administrativa” que sobrevuela al Parlamento en manos de Juan Guaidó, ofrece una visión muy personal: “Creo que apostar al unilateralismo va a seguir profundizando la crisis.Así como critico que el Gobierno haya decidido hacerse un CNE a la medida, que fue exactamente lo que hizo; así critico que nosotros como oposición pretendamos crearnos instituciones a la medida, critico que pretendamos crearnos una realidad a la medida y entre cada quien hacerse su realidad es que el país ha terminado profundizando más la crisis”.
— En marzo usted dijo que le temía a lo que se venía con el coronavirus para conseguir un acuerdo con el chavismo para designar un nuevo CNE, ahora ¿cuánta amenaza supone la pandemia ya no para escoger el CNE, sino para votar, elegir una nueva AN?
— Nuestra lucha política va precisamente porque la gente pueda elegir, decidir y lo pueda hacer de manera libre, eso no está pasando hoy, no existen condiciones efectivas para que la gente pueda votar y elegir de manera libre. Parte de esas condiciones efectivas tienen que ver con este tema de la pandemia (…).
No hay una institucionalidad, una infraestructura que pueda determinar a ciencia cierta cuántos casos existen. Hay un parte de todos los días sobre cuántos casos existen, etcétera, dónde están, pero si nos vamos a los informes técnicos y de los especialistas, todos dan cuenta de que hay una limitación seria de infraestructura para determinar miles de casos al día y ese es un tema que pone a todo el mundo a no saber.
El segundo es que la debilidad de la infraestructura pone a la gente a que “yo me salvo porque sé que los hospitales no funcionan”. Las encuestas covid-19 que se están haciendo desde la Asamblea Nacional dan cuenta de que el 60% de los hospitales no tiene agua y eso es un problema, hay testimonios de personas que dan cuenta del estado lamentable en que se encuentra el sistema de salud venezolano y ese es otro elemento, es decir, nadie se va a arriesgar a salir a la calle con mucha fuerza a menos que tenga necesidad para hacerlo y quedar a la buena de Dios.
Y el tercer punto de este tema tiene que ver con la imposibilidad que tiene la gente de tener una vida normal frente al covid-19 y de ejercer plenamente sus derechos. La pandemia ha restringido las libertades civiles y políticas a todo el mundo y también lo ha hecho en Venezuela.
Entonces, el proceso electoral ante el covid, donde no sabes a ciencia cierta cómo se está desarrollando esto, donde nadie te garantiza que te van a proteger, donde no hay ayuda del Estado, evidentemente es un tema más que se abona a lo que dije anteriormente y es que la gente en este momento no tiene la capacidad de decidir libremente el futuro, no tiene la capacidad de tomar una decisión a través del mecanismo del voto para decir lo que efectivamente quiere y hacerlo de manera libre, el covid-19 es parte importante de esas situaciones que limitan la posibilidad de que los venezolanos puedan decidir libremente.
— Sin embargo, el Gobierno tiene la ruta trazada hacia allá, faltan seis meses para los comicios, ¿se abre un compás de negociación es un capítulo cerrado para la oposición?
— Para la oposición esto no es un capítulo cerrado. Esta es una lucha permanente. Los venezolanos tienen que volver a tener poder de decisión, esa lucha va por conquistar condiciones electorales plenas para todos y eso es lo que estamos buscando en estos momentos.
(…) El problema aquí no es si votas o no votas, el problema es si el mecanismo del voto, si el sufragio es un elemento real para el cambio político o la decisión de los venezolanos.
— La Asamblea Nacional aprobó esta semana una serie de condiciones para participar en un proceso electoral, ¿cuáles son esas inamovibles para la oposición?
— La primera, que creo es importantísima, es la existencia de derechos políticos plenos. En Venezuela hay inhabilitados, hay partidos políticos que se les han arrancado de las manos a sus legítimos representantes, en el caso nuestro Primero Justicia.
En Venezuela hay presos políticos, hay exiliados, eso limita en buena medida el ejercicio pleno de los derechos políticos.
La respuesta ha sido que hay ochenta y tantos partidos que se pueden inscribir y todos los partidos pueden participar, pero el problema no es solo que todos los partidos que puedan y existan puedan participar, es que los que hemos hecho política durante mucho tiempo se nos está negando la participación.
La mayoría evidente que hoy forma parte de la Asamblea Nacional se le está limitando la participación porque cuando me quitas el partido me estás negando la participación, cuando tienes casi 35 diputados con allanamiento de su inmunidad parlamentaria me estas quitando la posibilidad de participar. Esa es una parte importante, la de los derechos políticos, sin contar el tema de la violencia política que todavía hoy existe.
Nadie te está garantizando que no habrá violencia política hacia los ciudadanos en este tiempo, aquí no se ha hablado nada de los puntos rojos, no se ha hablado de muchas cosas que limitan y coaccionan a la sociedad.
El otro elemento es la observación internacional. En Venezuela lo que ha habido es acompañamiento internacional y los acompañantes han sido bastante amigos de quienes están lamentablemente en el poder. Vean las declaraciones de los que vienen para acá y lo que dicen es que esto es un mar de rosas y felicidad cuando los venezolanos sabemos que no es así. Ese es otro elemento importantísimo, la observación internacional que pueda estar acá presente.
Simplemente para poner los más inamovibles, todos son súper importantes, pero lo más inamovible es un tema de reglas claras electorales.
Aquí subieron la cantidad de diputados a 277 y la razón pareciera más que técnica, política. La excusa es técnica, pero la razón es netamente política. Claramente se está configurando en Venezuela un sistema de sobre representación de minorías, estamos pervirtiendo nuevamente el sistema electoral.
Venimos de un sistema de sobre representación de mayorías y ahora vamos a un sistema de sobre representación de minorías, esas no son reglas claras, eso no va a permitir que el voto de los venezolanos pueda reflejar lo que aspiran (…) en buena medida estas son tres cosas que son súper importantes que existan para que la gente pueda tener un derecho a elegir de manera libre.
— Fíjese que Andrés Caleca, expresidente del Consejo Nacional Electoral nos dijo en una entrevista en enero que el CNE y su burocracia al interior es un cascarón vacío, ¿qué información manejan ustedes sobre las condiciones de operatividad del CNE que muchos factores políticos han señalado como, incluso, un apéndice del Psuv?
—La situación de la administración pública, en términos generales, es crítica. El éxodo gigantesco de empleados y funcionarios públicos es un hecho evidente, alcanza con ir a un ministerio para que veas que está operando a un 30%. Yo que soy el presidente del Parlamento Latinoamericano y funciona al 20% porque los funcionarios ganan tres dólares al mes, porque o van al trabajo o comen, porque hay fallas reales en las infraestructuras de cada una de las instituciones públicas.
No creo que el CNE sea un extraterrestre en medio de toda esta calamidad que están viviendo las instituciones públicas nacionales. Claramente hemos recibido información de que hay muchos funcionarios expertos del CNE que cuando van a revisar la nómina ni siquiera están aquí, muchos emigraron, se fueron, muchos renunciaron y buscaron otros empleos, otros trabajan a media máquina ahí (…).
Ahora, ellos han decidido avanzar esto por razones netamente políticas, no porque la gente quiera resolver el conflicto, me pregunto entonces: este proceso que plantean en diciembre es para resolver a la política, pero no para resolver al país. Qué quiero decir con esto, este es un proceso que pareciera es para que los políticos que quieran puedan tener un espacio, una curul o un cargo, ahora ese proceso va a ayudarnos a construir un camino para salir de la crisis, hasta ahora pareciera que ese no es el planteamiento, sino que muchos quieren ser diputados y vamos a darle un cargo, vamos a subir eso a 277 para que sean más los que se puedan meter y sean más los que puedan participar y no sé si eso al final va a resolver la crisis que está viviendo el país, más bien la está profundizando por la forma en que lo están haciendo.
— Siendo la AN el único poder público en manos de la oposición, más allá de las elecciones, hay una tesis de la continuidad administrativa que no pocos advierten como un suicidio político al aspirar a un Gobierno paralelo en el exilio, ¿cuál es su visión?
— Mira esta es mi posición personal que no tiene nada que ver con la posición de Primero Justicia o la oposición de la unidad. Creo que apostar al unilateralismo va a seguir profundizando la crisis. Así como critico que el Gobierno haya decidido hacerse un CNE a la medida, que fue exactamente lo que hizo; así critico que nosotros como oposición pretendamos crearnos instituciones a la medida, critico que pretendamos crearnos una realidad a la medida y entre cada quien hacerse su realidad es que el país ha terminado profundizando más la crisis.
Lamentablemente, aquí se está planteando un proceso para diciembre que no tiene garantías, pero que tampoco está dejando a la gente decidir. Ahora, yo como diputado tengo claridad de que después del 4 de enero dejo de ser diputado. Después del 4 de enero me corresponde utilizar otros mecanismos para trabajar y hacer política en este país, yo al final no llegué aquí para tener un curul, mi razón de vida en la política no es para tener un curul. Evidentemente, quisiera tenerlo en condiciones democráticas y cuando eso vuelva aspiraremos y estaremos allí, pero mientras eso no exista nos corresponderá hacer política desde donde siempre lo hemos hecho, desde las convicciones, desde los valores y la organización social.
— El Gobierno expulsó a la embajadora de la UE (Isabel Brillhante) y luego dio un frenazo, ¿cómo interpreta usted esa decisión?
— Es parte de los sinsentidos y de la poca comprensión de quienes, lamentablemente, están en el poder del factor internacional. Si alguien ha provocado caminos para resolver la crisis en Venezuela ha sido la Unión Europea, acordémonos del Grupo Internacional de Contacto, quién lo promovió, la Unión Europea; quién ha propuesto desde todas sus declaraciones una salida concertada, negociada y democrática, la Unión Europea; quién ha sido cauteloso en plantear posiciones críticas y de exigencias a Maduro, la Unión Europea; quién promovió las conversaciones de Oslo, la Unión Europea; quién ha hecho una labor importantísima en Venezuela para el rescate de la democracia, la embajadora Isabel Brillhante; cada vez que toman una decisión reactiva están evidenciando su desvarío y su pérdida real sobre lo que es la política internacional, es evidente que están aislados y cercenados en su capacidad de pensar.
La verdad es que el recule no es otra cosa que la respuesta natural a un error garrafal que cometieron, no solamente, el recule, como le llamamos nosotros, sino esta idea que nos quieren vender de que eso se dio por un proceso de diálogo, no vale, lo hicieron mal, no está bien hecho, trataron de golpear a uno de los actores políticos que más ha buscado una salida concertada en Venezuela y eso genera, obviamente, una raya más para el tigre.
— En el ámbito internacional el espacio que maneja la oposición es muy amplio, pero advierto que no está equilibrada con la conexión que desde adentro la oposición tiene para elevar una presión interna, ¿ahí no cree que hay un desafío para la oposición?
— Sí, yo creo que ha habido como dos visuales: una, que en algún momento muchos actores políticos le pusieron toda la apuesta al tema internacional, toda; y de verdad que este es un conflicto venezolano, claro que es un conflicto geopolítico, es un conflicto que tiene una escalada internacional, que cuenta con actores importantes desde el punto de vista internacional que tienen relevancia y beligerancia sobre el tema venezolano, pero es un conflicto venezolano, no es un conflicto de otras naciones, es nuestro que nosotros influimos, que nosotros distorsionamos, que nosotros afectamos a la región, que afectamos el equilibrio mundial, sí, pero es un conflicto nuestro.
Entonces, muchos apostaron a que esto se iba a resolver por vía internacional y ahora lo que toca es decir que esto tiene apoyo internacional, pero se va a resolver por vía interna y por eso hay que recuperar la organización interna.
Un segundo tema es que hay mucha gente que dice: Aquí no se puede hacer nada. ¿Cómo que no se puede hacer nada?, claro que siempre se puede hacer, claro que se puede organizar algo, claro que existe motivación y claro que existen masas y capacidad de movilizar al país porque las condiciones están, porque la mayoría de los venezolanos lo quiere; pero hay que organizarlo y eso es lo que toca y corresponde de aquí en adelante, organizarnos a lo interno y generar toda la presión necesaria que permita que las reivindicaciones y las exigencias sociales estén en el tapete, pero que esas reivindicaciones te lleven a un proceso que permita la salida de la crisis que está viviendo Venezuela.
— ¿Cuánto pasa la estrategia opositora por lo que suceda el primer martes de noviembre en las elecciones presidenciales de EE UU?
— La elección de noviembre en los EE UU tiene un impacto en Venezuela y el mundo, tiene un impacto global en la política internacional porque hay claras diferencias entre las dos personas que están compitiendo por la presidencia de EE UU.
Ahora, Elías Pino (historiador venezolano) decía, si gana Trump o gana Biden eso va a cambiar la posición de EE UU, quizás la posición táctica, pero no la estratégica. Tanto para uno, como para el otro Venezuela es un país en conflicto, un país que no vive democracia y lo han dicho los dos; y Venezuela tiene que salir del momento de crisis que está viviendo y que la gente sufre así que al final vuelvo a lo que te decía anteriormente, hay mucha gente que se ha amarrado a eso y la verdad es que gran parte de la salida es venezolana, es la construcción de un movimiento interno que permita generar presión.
Yo estoy convencido de que gane quien gane en EE UU va a seguir apoyando la causa para tener democracia en Venezuela y eso es lo más importante, como lo está apoyando el resto de las naciones latinoamericanas. Fíjate cómo han cambiado presidentes en América Latina e incluso ha habido cambios de gobiernos creyendo que eso va a cambiar radicalmente la posición de ese país hacia Venezuela y no ha pasado, te pongo un ejemplo, Argentina. El Presidente de Argentina a pesar de tener alguna conexión ideológica con los que lamentablemente están aquí en el poder ha sido muy crítico de lo que está pasando y ha sido una beligerancia muy consciente y muy sensata de lo que está pasando en Venezuela.
El propio México, que se pensaba sería un actor de absoluto respaldo a Maduro, pues no lo ha sido. Aquí hay algo que es claro, independientemente de cómo cambie la geopolítica internacional, en Venezuela no hay democracia y el mundo tiene claro eso, además de que en Venezuela hay que reconstruir la democracia por el bien de la región.
— Su partido, Primero Justicia en dos o tres oportunidades en el fragor parlamentario ha plantado cara sobre aspiraciones de Juan Guaidó y de Voluntad Popular, recuerdo la aprobación de un fondo de $80 millones sobre el que PJ exigió explicaciones, Alejandro Grisanti, miembro de su partido y de la junta ad hoc de Pdvsa renunció por desacuerdos con la política hacia los bonistas, ¿esa relación o ese crédito de PJ hacia Guaidó en qué está ahorita?
— Siempre ha estado en el mismo lugar, nosotros creemos fervientemente en la unidad, pero en el marco de creer y construir esa unidad tenemosnuestras posiciones.
Te pongo una más, hace un mes sacamos un comunicado público frente al tema de lo que había sido “Gedeón”, puedes sumarlo también ahí; precisamente por abonar y construir unidad es que tenemos posiciones muy claras que a veces consensuamos y estamos totalmente de acuerdo o estamos totalmente en desacuerdo y decimos cuando estamos totalmente en desacuerdo.
Eso no quiere decir que estamos destruyendo la unidad, muy por el contrario, más bien desde nuestra posición planteamos las críticas que sean necesarias para mantener la unidad del cuerpo legislativo. Recordemos que somos la unidad, pero somos partidos distintos y en muchas ocasiones pensamos cosas distintas, en eso está la gran riqueza.
Primero Justicia nunca va a dejar de tener opinión y cuando la tenga, si es distinta, la va a decir, eso sí, con mucho respeto y con la intención de que eso sirva para abonar, si es necesario corregir que se haga y si es posible enrumbar mayor unidad y una estrategia que permita salir de este desastre que estamos viviendo (…)
— De cara al último semestre del año, ¿cuál debe ser el objetivo fundamental de la oposición venezolana?
— Que la gente decida libremente. Que tengamos un proceso electoral transparente, justo y verificable, ese debe ser el objetivo, aquí nadie está dispuesto a levantar la bandera de la abstención en este momento; nosotros queremos votar, queremos que el país vote, pero para eso tiene que haber condiciones y nuestra lucha en los próximos tiempos tiene que ser lograr esas enormes condiciones para que la gente pueda participar masivamente, ese es un objetivo estratégico y transversal hacia todo lo que estamos haciendo en este momento.
Al final, el camino para la reconstrucción de Venezuela va a arrancar en el momento que los millones de venezolanos dentro y fuera de este país puedan decidir de manera libre, esa será nuestra exigencia y nuestra posición y nuestro norte en los próximos meses.