Asesinaron a un empresario brasileño en el aeropuerto de San Pablo tras colaborar en investigaciones contra el crimen organizado

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En un hecho que conmociona a Brasil, el empresario inmobiliario Antônio Vinicius Lopes Gritzbach fue asesinado este viernes en el aeropuerto de Guarulhos, en São Paulo. Lopes Gritzbach, quien había firmado un acuerdo de delación premiada con la Justicia para denunciar esquemas de lavado de dinero del Primer Comando de la Capital (PCC), la mayor organización criminal de Brasil, fue atacado a tiros en la zona de espera de vehículos del aeropuerto.

Videos que circulan en redes sociales muestran el momento en que la víctima yace en el área de desembarque, en medio de un operativo que buscaba preservar el lugar de los hechos. Lopes Gritzbach, conocido por sus actividades en el mercado inmobiliario y de criptomonedas, había revelado en sus testimonios valiosa información sobre la estructura delictiva del PCC y su operación en varios países.

Amenazas y vínculos peligrosos

Según Ivalda Aleixo, directora del Departamento de Homicidios y Protección Personal (DHPP), Lopes Gritzbach ya había recibido amenazas de muerte y temía represalias del PCC tras su colaboración con las autoridades. “Nos manifestó en dos ocasiones su temor por estar en la mira del crimen organizado, ya que confesó haber blanqueado dinero para el PCC”, declaró Aleixo al medio Brasil Urgente.

El empresario, quien también estaba siendo investigado por el Departamento Estatal de Investigaciones Criminales (Deic), firmó un acuerdo con el Ministerio Público de São Paulo en el que detalló operaciones de extorsión y conexiones con miembros corruptos de la policía. Sus denuncias se suman a un conjunto de testimonios que buscan desmantelar la estructura del PCC, una organización que se extiende en al menos 24 países y genera ingresos estimados en 1000 millones de dólares anuales.

El PCC y la inacción del Estado

El abogado y fiscal Lincoln Gakiya señaló que la expansión del PCC ha sido facilitada por la falta de acción del gobierno del estado de São Paulo en las últimas décadas. “El Estado ignoró el crecimiento de esta organización, especialmente en un sistema penitenciario colapsado y violento, como el caso de Carandiru”, comentó Gakiya, aludiendo a las pésimas condiciones carcelarias y al hacinamiento, que permitieron el desarrollo de grupos criminales organizados.

El asesinato de Lopes Gritzbach marca un nuevo capítulo en la lucha contra el crimen organizado en Brasil y pone en evidencia los riesgos que enfrentan aquellos que colaboran con la justicia en un contexto de alta violencia y corrupción. Las investigaciones continúan para esclarecer los detalles del crimen y para identificar a los autores materiales e intelectuales del ataque.