A medida que nos acercamos al final del año, es común que nos tomemos un momento para reflexionar sobre lo que hemos logrado en los últimos 12 meses. En ocasiones, puede que sintamos que hemos logrado mucho más de lo esperado, mientras que en otras ocasiones, nuestras expectativas pueden no haberse cumplido.
Por eso, hoy te invito a hacer una evaluación de fin de año desde la compasión, reconociendo que hiciste lo mejor que pudiste con lo que tenías en ese momento. No tiene sentido mirar hacia atrás y luchar con la idea de lo que podría haber sido. Nadie sale victorioso de esa batalla interna.
Tampoco tiene sentido compararnos con los demás, ya que cada persona tiene su propio ritmo y su propio camino, y eso está perfectamente bien. Recuerda que lo que ves de los demás es solo una pequeña parte de su realidad.
Lo maravilloso de ser humano es que siempre tenemos la oportunidad de intentarlo de nuevo. No importa cuántas veces caigas, lo importante es levantarte y seguir adelante.
Enfócate en lo que realmente importa. Por ejemplo, en lugar de decir «tuve un año de logros en 2023 porque di más de 200 conferencias», prefiero enfocarme en mi propósito y reconocer que llegué a muchas personas que se beneficiaron de mis contenidos, experiencias y clases en diferentes plataformas, tanto en persona como en línea.
Elimina la palabra «culpa» de tu vocabulario emocional. Esta emoción no nos aporta nada y solo nos roba la paz.
Es cierto que este año ha sido difícil a nivel mundial, con conflictos y desacuerdos. Muchas personas están sufriendo y no podemos ser indiferentes. Pero, como suelo decir, es el momento de encontrar la calma interior y cuidar nuestros pensamientos, emociones y acciones para que estén alineados con lo que queremos ver en el mundo.
La mejor manera de contrarrestar las emociones negativas es promover emociones positivas, aunque sea en nuestro propio entorno. Créeme, ese efecto se extiende a todo el mundo.
Espero que cuando las campanas marquen la medianoche y el año 2023 llegue a su fin, puedas hacer una evaluación desde la compasión y la convicción de que el próximo año será mejor.
¡Te deseo un Feliz y Bendecido Año Nuevo!