Fuentes aseguran que les ofrecieron 120 millones de pesos por perpetrar la acción terrorista
Por GDA | El Tiempo
Fuentes cercanas a la investigación que se adelanta por las explosiones registradas el 14 de diciembre en inmediaciones del aeropuerto Camilo Daza, en Cúcuta, Norte de Santander, y que cobraron la vida de dos policías y un presunto delincuente, le señalaron a EL TIEMPO que los cinco capturados el lunes serían integrantes de las disidencias del frente 33, al mando de ‘Jhon Mechas’.
De acuerdo con la investigación, los capturados, tres hombres y dos mujeres, iban a recibir un pago de 120 millones de pesos por la acción terrorista, cuyo objetivo eran las aeronaves de la Fuerza Pública que se encontraban sobre la pista.
El hilo de la investigación se centró en uno de los capturados, quien estuvo privado de la libertad en la cárcel de Cúcuta, donde habría conocido a un integrante de las disidencias del frente 33, quien lo vinculó al grupo como ala «militar para perpetrar actividades terroristas», señalaron las fuentes consultadas.
De igual forma, de acuerdo con la investigación, al menos tres de los capturados estuvieron en Venezuela, donde se encuentra la zona campamentaria de ‘Jhon Mechas’, «recibiendo entrenamiento en el manejo de explosivos y actividades de inteligencia».
Los desplazamientos a Venezuela hacen parte del arsenal de pruebas que presentarán en la tarde de este martes a las autoridades en la audiencia de legalización de captura e imputación de cargos.
En la mañana de este martes, la Policía confirmó que a través de la Dijín y la Fiscalía General se ubicaron y capturaron a cinco personas en Medellín, en los barrios Jesús, Robledo Miramar y Brasilia, y en el corregimiento Santa Helena.
Los capturados fueron trasladados a Cúcuta, donde se adelantará la audiencia ante un juez de garantías. En la misma se les imputarán los delitos de terrorismo, homicidio agravado, tentativa de homicidio, así como fabricación o porte ilegal de armas, municiones y explosivos.
El día del atentado fallecieron los técnicos antiexplosivos William Bareño Ardila y David Reyes Jiménez, quienes, de acuerdo con las primeras investigaciones, fueron asesinados porque la carga que iban a revisar, que estaba en una maleta, tenía un sistema de activación a control remoto.