Cáritas de Venezuela: Desnutrición aguda sigue en aumento durante la pandemia

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Deterioro de los servicios públicos, aumento de la desnutrición aguda y resurgimiento de estrategias de sobrevivencia son algunas de las realidades registradas por la organización Cáritas de Venezuela, enfocada en la atención a las comunidades más vulnerables, durante el primer semestre de 2020.

por Mariana Souquett Gil | @nanasouquett / Efecto Cocuyo

“Lo que hemos visto es un deterioro total de las condiciones. La gente tiene menos agua, menos gas, muchas necesidades, pero no tienen ingresos”, expresa Janeth Márquez, directora nacional de Cáritas de Venezuela a Efecto Cocuyo.

La socióloga indica que las estrategias de sobrevivencia que se utilizaron desde 2017, y que habían empezado a diluirse en 2019, resurgieron a comienzos de 2020: las personas recurrieron a buscar en las basuras, a hacer solo dos comidas al día, tener solamente carbohidratos en la mesa o a distanciar las comidas.

Añade que han registrado un aumento de la desnutrición aguda como consecuencia de la falta de ingresos para comprar alimentos que cubran los requerimientos nutricionales. De acuerdo con los últimos monitoreos de la organización católica, también se ha debilitado la entrega de los alimentos subsidiados de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap): para enero llegaba a 73% de los hogares, pero los últimos indicadores apuntan a que descendió a 46%.

Atención en pandemia
“La gente que viene de la crisis compleja más la pandemia está sufriendo mucho y tiene que buscar estrategias de sobrevivencia”, dice Márquez.

Desde el inicio de la epidemia de COVID-19 en Venezuela, Cáritas publicó 10 lineamientos para mantener la atención, con métodos de protección, en sus divisiones parroquiales, diocesanas y nacionales. Cambiaron de realizar actividades colectivas a implementar actividades casa por casa.

“Hemos podido ver otras realidades y hemos podido palpar la necesidad de mucha gente vulnerable, mucha gente que no tiene con qué comer. Hemos podido ver cómo ha aumentado la pobreza, la necesidad en nuestro país, especialmente en zonas vulnerables y zonas donde no habíamos llegado”, agrega la politóloga.

Según Márquez, en los últimos meses de emergencia sanitaria han podido alcanzar nuevas poblaciones más pobres a las que antes no podían llegar, especialmente en zonas periféricas. Uno de los obstáculos para la realización de sus labores fue la falta de gasolina, pero asegura que presenciaron la solidaridad y la reinvención con el uso de bicicletas y redistribución del trabajo.

“Hemos visto pobres que ayudan a pobres, cómo pobres han ayudado incluso a hacer la comida de los venezolanos que están regresando”, señala.

Sin embargo, Cáritas alerta sobre el aumento de la depresión, la violencia y el maltrato infantil en hogares producto de la pandemia y la cuarentena. Entre enero y mayo se hicieron 222 diagnósticos de situaciones violentas en la categoría “efectos de privaciones o maltratos”. De acuerdo con la organización, 82% de las personas que consultaron por enfermedades mentales y del comportamiento reportaron situaciones de violencia.

Además atendieron 11 consultas de traumatismos y accidentes en bebés menores de un año, seis más que el último trimestre de 2019.

Alimentación: la primera necesidad del venezolano
Para Janeth Márquez, en el segundo semestre de 2020 Cáritas priorizará la atención alimentaria, especialmente en poblaciones de cero a cinco años, embarazadas y adultos mayores, además de la entrega de medicamentos para enfermedades crónicas y el enfoque en el sector de agua e higiene. Los objetivos son evitar que la desnutrición marque el futuro de la vida de los niños, reducir las complicaciones por enfermedades no transmisibles y mejorar la cultura de higiene.

La directora nacional de Cáritas de Venezuela explica que hasta ahora la cooperación no ha tenido tanta fuerza y no ha entrado suficiente ayuda. Ante este escenario, la Iglesia sugiere que se permita el ingreso de ayuda del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para que el país pueda responder las necesidades de la población.

“La necesidad más fuerte que tiene el venezolano es el alimento. La gente se levanta con el horizonte de ver dónde conseguir la comida. No hay ingresos y nuestras familias vulnerables se hacen cada vez más necesitadas”, dice. “Para el segundo semestre del año, el Estado, las organizaciones no gubernamentales y la Iglesia deben ver ese diagnóstico de tanta necesidad. Se debe priorizar la necesidad más fuerte de la población y desde ahí hacer programas que respondan a esta necesidad”.

En cifras
Según el más reciente boletín del Sistema de Alerta, Monitoreo y Atención Alimentaria y Nutricional (Saman) de Cáritas, correspondiente al mes de abril, la desnutrición aguda global (GAM) en menores de cinco años pasó de 8,9% en enero de 2020 a 17,3% en abril. 27% de los niños menores de seis meses evaluados tenían desnutrición.

La medición, realizada en 48 parroquias en los estados Apure, Barinas, Bolívar, Carabobo, Miranda, Sucre, Yaracuy y Zulia, arrojó como resultado que 88% de los hogares encuestados recurrieron a comer menos. Además, 78% de los hogares expresaron comer peor, 63% recurrieron a pedir alimentos y 51% tuvieron que rebuscar alimentos en lugares no convencionales.

Solo 11% de los hogares reportaron tener agua siempre.

De acuerdo al último boletín epidemiológico de Cáritas, las enfermedades neuropsiquiátricas ocuparon el primer lugar entre las consultas registradas en el primer trimestre del año, con 679 consultas por problemas de la esfera neuropsiquiátrica. La mayor parte de los diagnósticos estuvieron asociados a conductas disruptivas. En el segundo lugar quedaron los trastornos del desarrollo, que la organización llama a cotejar con la situación nutricional de los niños desde el inicio de la emergencia humanitaria, mientras que los síndromes ansiosos y depresivos pasaron al tercer lugar.