Los dólares revivieron la economía, el régimen se acerca a Estados Unidos e inversionistas miran hacia el país.
Venezuela no se arregló, pero su economía parece mejorar. Hay más efectivo –en dólares y en bolívares– circulando, la hiperinflación terminó y las tiendas están más abastecidas después de que apenas un par de años atrás vivían en medio de la escasez y el desespero.
El consumo se está reactivando, la vida nocturna volvió a sentirse al punto de que en Caracas hay discotecas con cartas en dólares que podrían estar en otro país del continente –con una economía más boyante– y las estimaciones de crecimiento económico de instancias como el Fondo Monetario y la Celag marcan en positivo para 2022.
En apariencia, el milagro económico, tras registrar una hiperinflación del 3.000%, parece estar dando señales como la reactivación de los conciertos internacionales. Para la muestra, un botón: Il Divo se presentó en Caracas esta última semana de mayo y en las páginas musicales se rumora de otros eventos en el país.
“Alguna gente ha salido a decir ‘ya Venezuela se arregló’. No, no se ha arreglado. Está mejorando. Venezuela ha mejorado, Venezuela va a mejorar, va a crecer. Pero falta mucho por hacer, y tenemos que empeñarnos en hacerlo”. Esa frase, pronunciada en abril por el mismo Nicolás Maduro, podría describir parte de lo que sucede en la nación latinoamericana.
El país no se ha arreglado, como el mismo Maduro lo reconoce, pero sí hay señales de cambios que se sienten, sobre todo, las clases más ricas, mientras quienes están en el renglón más bajo siguen viviendo los embates de un entorno que marcha a media máquina, en el que los ingresos del 48,4% de los venezolanos dependen del rebusque, según cifras de la firma Ecoanalítica.
Apenas el 26,5% de los habitantes de Venezuela cuentan con un empleo formal. En ese contexto, las remesas y las pensiones siguen teniendo un papel importante en la economía para poner bolívares –y dólares– a circular.
En todo caso, la pospandemia y la guerra en Ucrania por la invasión de Rusia abrieron una ventana de oportunidad para las finanzas del régimen, que ha tenido acercamientos con la casa de Joe Biden, está permitiendo inversiones en empresas que estaban en quiebra y ve entrar más mercancías por el subsidio a la importación.
Estados Unidos le permitirá a Chevron negociar la licencia que tiene con Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Esto no significa que se haya activado nuevamente el intercambio de crudo con ese país, en embargo desde 2019, pero sí es una ruta para que se reabran las negociaciones del sector.
Aún así, obtener dólares en Venezuela de forma legal no es tan sencillo porque los interesados deben hacer un proceso de bancarización de efectivo en esa moneda para sacar el dinero físico de cuentas en el extranjero. Eso sí, este punto es ajeno al dólar paralelo que circula de forma irregular.
A juicio del economista Asdrubal Oliveros, es “imposible pensar en una recuperación sostenida de la economía venezolana con un Estado colapsado y sin capacidad de generar las políticas públicas adecuadas, especialmente en educación y salud”. Por ahora, y al menos de forma temporal, se están registrando pequeños cambios en las dinámicas de las personas.
Econalítica estima que el costo de vida en Venezuela subirá 42% para el cierre de 2022, un número que seguirá presionando el bolsillo de los venezolanos, pero a un nivel mucho más bajo que el de los últimos siete años, que terminó generando una migración de seis millones de personas.