Chilena que agredió a conductor venezolano: «Me arrepiento bastante de lo que hice»

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Constanza Ruiz Bastén, la joven chilena que agredió al taxista venezolano Deivis Agüero en días pasados, expresó sentirse arrepentida de su actitud y aseguró estar dispuesta a «pagar lo que tenga que pagar» para resolver el conflicto.

«Me arrepiento bastante de lo que hice«, dijo Constanza al diario El Mercurio, con la mirada gacha, agregando que «hace poco le pegaron a una niña acá a la vuelta, porque pensaron que era yo (…) Me han amenazado de muerte, me han venido a buscar a mi casa».

Aseguró que tiene mucho miedo. «Incluso en las noches despierto y pienso a veces en matarme (…) publicaron una foto de mi mamá, diciendo que la iban a buscar para golpearla. Mi mamá sufrió un ACV hace un tiempo, y si le pasa algo, yo no me lo voy a perdonar nunca», dijo.

«Si el caballero me denunció, hay que terminar esto por los canales adecuados y resolverlo en la fiscalía como corresponde. Yo estoy dispuesta a pagar lo que tenga que pagar y quiero pedir disculpas públicas al caballero (Deivis Agüero) en persona», aseveró la joven de 26 años, estudiante de cuarto año en la carrera Ciencias del Deporte y Actividad Física en la Universidad de las Américas.

«Si el caballero me denunció, hay que terminar esto por los canales adecuados y resolverlo en la fiscalía como corresponde. Yo estoy dispuesta a pagar lo que tenga que pagar y quiero pedir disculpas públicas al caballero (Deivis Agüero) en persona», aseveró la joven de 26 años, estudiante de cuarto año en la carrera Ciencias del Deporte y Actividad Física en la Universidad de las Américas.

El taxista, preocupado por la seguridad de sus dos hijas de 19 y 28 años, presentó una denuncia penal contra la agresora, acompañado por su hijo Ronald. “Es un caballero”, comentó Ronald, quien señaló que la situación lo indignó al ver el video que captó parte del enfrentamiento.

La grabación del incidente se hizo viral, provocando un debate sobre la xenofobia en Chile y la seguridad de los inmigrantes. Agüero y su hijo, ambos con residencia permanente, enfatizaron su compromiso de cumplir con las leyes del país rigurosamente, a pesar de la difícil experiencia que vivieron.