Chofer de autobús que usa gas: Si explota al menos fue para que mis hijos comieran

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Venezuela sufre la peor escasez de gasolina en su historia y a raíz de ello los mecánicos y, a veces, los propios conductores renuevan los sistemas de combustible de los vehículos con un cilindro de gas propano como el que se usa para las cocinas. ND

Esto lo hacen como una forma de evitar las monumentales filas en las estaciones de servicio que a veces dejan a las personas esperando varios días para comprar gasolina.

“No hay combustible y tuve que poner mi carro así para poder trabajar”, dijo Senen Aguirre, de 25 años, en la ciudad de Maracaibo, al extremo noroeste del país, donde el uso de cilindros de gas se utiliza comúnmente en el transporte público.

Aguirre, quien alteró su propio motor con equipos que incluían una manguera como las utilizadas para cocinas, dice que el sistema es seguro a pesar de reconocer que el auto huele mucho a gas. Sostiene que le preocupa más tener que pagar a la policía para que no confisque su automóvil porque la reforma es ilegal.

Esta situación es un marcado contraste con la era en que la industria petrolera de Venezuela hizo que el combustible fuera casi gratis.

Los automóviles alimentados con gas natural son comunes en todo el mundo, pero en la mayoría de los casos fueron diseñados originalmente de esa manera por los fabricantes y están sujetos a la regulación gubernamental.

Esas reformas para adaptar los vehículos a gas se realizan por toda Venezuela, pero han sido particularmente notables en Maracaibo, que fue el corazón de la industria petrolera y donde la escasez ha sido más pronunciada durante meses.

Tras una solicitud de información por parte de Reuters, el jefe de la división de seguridad ciudadana de Maracaibo, César Garrido, dijo en un comunicado que hacer funcionar automóviles con gas para cocinar “representa un alto nivel de riesgo y está prohibido por nuestra ordenanza municipal”.

El Ministerio de Información de Venezuela no respondió a una solicitud de comentarios.

Alfredo González usó equipos básicos, incluidos grifos de cocina, para convertir una camioneta para poder seguir trabajando en el transporte público en Maracaibo, pero pasa buena parte tiempo esquivando la ley.

“Trabajamos como los contrabandistas: hacemos dos o tres viajecitos y nos guardamos”, dijo. “Tenemos una persecución policial bastante fuerte, nos dicen que esto es peligroso y que nos tienen que detener”.

Los expertos en seguridad industrial rechazan tal práctica debido a la posibilidad de explosiones y riesgos para la salud asociados con la exposición prolongada al gas propano.

“Por la escasez de combustible el venezolano se las ha ingeniado, pero eso es como tener una pistola detrás de la oreja”, dijo el ingeniero petrolero Jorge León, señalando que los cilindros de gas para cocinar no están diseñados para el calor y el movimiento al que están sujetos cuando se instalan en un vehículo.

Un automóvil con un cilindro de gas para cocinar instalado se incendió en mayo en la ciudad oriental de Puerto La Cruz, hiriendo a dos personas, según varios informes de la prensa local.

“La verdad no me da miedo”, dijo Franklin Benavidez, de 39 años, conductor de una unidad de transporte público que funciona con gas para cocinar. “Algún día me tendré que morir, si vuelo en pedazos al menos será para que mis hijos coman”.