A seis meses de la producción masiva de las dosis, las autoridades sanitarias luchan contra el tiempo y las campañas antivacunas para poder inocular a la población antes de la fecha de expiración
Cientos de miles de dosis de vacunas están siendo desechadas en Estados Unidos por su expiración, ante la baja tasa de vacunación registrada en las últimas semanas en el país por la reticencia de algunos sectores, mayormente de estados sureños.
Autoridades de Iowa confirmaron este lunes que 81 mil dosis quedaron inutilizables, la mayor parte por haber pasado su fecha de vencimiento, más algunas que se descartan por haber sido abiertas en el paquete múltiples dosis y solo se usaron una parte de ellas.
En julio, Iowa había advertido que más de 200 mil dosis tienen en su stock expiran en agosto. “Es muy triste que tiremos tantas vacunas sabiendo que funcionan”, dijo Rachel Reimer, jefa del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Des Moines, citada por el periódico Des Moines Register.
En Alabama, el estado confirmó el viernes que más de 65 mil dosis expiraron por la baja demana de la población. De ellas, 7 mil dosis eran de Johnson & Johnson, 11 mil de Moderna y 47 mil de Pfizer. “Es extremadamente desafortunado que tengamos una tasa de vacunación tan baja, hay mucha gente en el mundo que no tiene acceso, es una vergüenza”, lamentó el médico Scott Harris, funcionario del área de Salud estatal.
Por su parte, Arkansas no ha aceptado nuevos envíos del gobierno federal desde abril, cuando recibió 500 mil dosis. Ya logró aplicar casi el 80% de ellas, pero 90 mil vacunas de Pfizer iban a expirar el 31 de julio.
Se estima que en total se habrían desperdiciado cerca de un millón de inmunizantes desde el inicio de la campaña: más de 100 mil en Georgia, más de 50 mil en Nueva Jersey, alrededor de 250 mil en Carolina del Norte y cerca de 400 mil en Ohio. Aunque en proporción es poco para los más de 300 millones de estadounidenses, es de preocupación ante los países que sufren por la falta de acceso a las fórmulas.
La vacunación comenzó en Estados Unidos a fines del año pasado y una gran cantidad de vacunas fueron fabricadas en el primer trimestre de 2021. Por ello, como las fórmulas de Pfizer y Moderna pueden almacenarse durante seis meses, millones están a semanas o días de caducar. Recientemente, la Administración de Alimentos y Medicamentos (agencia reguladora, FDA) dio una alentadora aprobación, al extender seis semanas más la vida útil de la formula de Johnson & Johnson.
Pero cuando la fecha se acerca, los estados están mayormente atados de manos. Las autoridades pueden donar las vacunas que les hayan sido aprobadas pero aún no entregadas. Una vez que fueron distruibuidas, no pueden reubicarlas en otros estados con mejores ritmos de inoculación.
Según datos del CDC actualizados el lunes, el 58,8% de la población estadounidense ha recibido al menos una dosis, mientras que 50,2% tiene una pauta completa de vacunación. Entre los mayores de 12 años (los habilitados a vacunarse), las cifras suben a 68,8% y 58,7%, respectivamente.
El ritmo de inoculación ha sufrido una notoria ralentización en las últimas semanas, ante el escepticismo de algunos sectores, mientras el avance de la variante delta hace mella en el país: el promedio diario de nuevos contagios volvió a superar los 100 mil casos, la cifra más alta desde febrero.