El pasado 16 de junio Venezuela se levantó con una noticia estremecedora. En Maracaibo, una de las ciudades más golpeadas por la pandemia de coronavirus, se registraba la primera muerte de un médico relacionada directamente con la COVID-19. Samuel Viloria, era el nombre del epidemiólogo, quien en vida fuera director del Hospital Universitario del Zulia, y quien marcaría un antes y un después en el sector salud, pues luego de él, han fallecido 70 empleados sanitarios.
Anaisa Rodríguez / La Prensa
De acuerdo a los números que maneja la organización Médicos Unidos, de estas 71 muertes 54 son doctores, 13 personal de enfermería y 4 trabajadores de diversos servicios como vigilancia y mantenimiento de la salud. Si tomamos como referencia el 13 de marzo (día en el que se registró el primer caso de coronavirus en Venezuela), nos encontramos con cifras alarmantes. En total han pasado 157 días lo que da una media de letalidad de 2.4. Dicho de otra manera, cada 48 horas muere un trabajador de hospital.
Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana asegura que la situación en Venezuela es única en el mundo porque a diferencia de otros países con mayor cantidad de casos y mortalidad por la pandemia, en el país se han registrado más muertes de médicos y trabajadores de la salud. Según los datos oficiales el 19% de las muertes totales están relacionadas a médicos. La cifra es mucho más alarmante si se toma en cuenta que, contando la cantidad de enfermeras, camilleros y personal de salud que ha muerto a causa del virus, estaríamos hablando de un porcentaje de letalidad que alcanza el 25%.
Natera justifica estas cifras por la escasa dotación que existe en los centros asistenciales en Venezuela. Basados en la información que maneja sólo cuentan con un 5% de la dotación total. La OPS envió un cargamento, pero con eso la dotación cuando mucho alcanzará el 7%; estos son números irrisorios en cualquier parte del mundo.
La pandemia en Venezuela nos está agarrando desnudos. Lo que ha hecho el virus es agudizar esta crisis.
Las precarias condiciones en las que están los hospitales no se limitan únicamente a los insumos, destaca León Natera. En el 90% de los hospitales no hay jabón ni agua, no hay cómo mantener los espacios limpios.
Recalcó que el Gobierno no provee el material de bioseguridad que necesitan los hospitales y así es imposible hacerle frente a una pandemia. Esto quedó claro a partir de la segunda semana del mes de junio cuando apareció la primera muerte de un médico y todo hizo eclosión. En suma ya van más de 50 médicos muertos en todo el país.
Para los médicos la alarmante cifra de muertes dentro del sector salud es algo que está relacionado directamente con las condiciones hospitalarias. Desde que arrancó la pandemia los médicos en el país han denunciado las precarias condiciones en las que se encuentra el sector salud. De acuerdo a lo dicho por voceros gremiales ningún hospital en Venezuela está capacitado para atender casos de COVID-19. «Si no podemos atender una gripe común cómo vamos a hacer para hacerle frente a una pandemia», dicen.
«Para nadie es un secreto la situación que se vive en los hospitales. Al gobierno no le da la gana de proveer los hospitales. Es tan dramática la situación que a los trabajadores, en el mejor de los casos, le entregan una mascarilla que es un pedazo de trapo con trenzas. En todos los hospitales deben entregar insumos a los médicos. Nosotros los médicos en la emergencia estamos muy expuestos a contaminarnos. Los gorros y botas para los zapatos no llegan. En definitiva, un círculo demasiado propenso para que este virus maligno se propague. El Ejecutivo no cumple lo que dicen los organismos internacionales. En definitiva el Gobierno tiene 21 años administrando las carencias», condena León Natera.
Otra de las cosas que tiene en vilo al sector salud es el porcentaje de mortalidad del virus. Una tabla publicada por el grupo Médicos Unidos confirma cómo, hasta el 05 de agosto, el porcentaje de letalidad de la pandemia en relación a los trabajadores sanitarios era de un 26,6%. Los números reflejan que, de los 281 muertos que, hasta el momento se habían registrado en Venezuela, 56 estaban relacionados a los hospitales públicos. Esta vendría a representar una de las estadísticas más altas en todo el continente, pues en países como Brasil, Colombia o Ecuador, la letalidad del virus en relación a los trabajadores sanitarios no alcanza el 10%.
«Estos números lo que demuestran es lo poco preparado que estamos para afrontar una pandemia de este tipo. Es lamentable lo que está pasando en los hospitales», comentaba la doctora Luzmila Leal, representante de Médicos Unidos capítulo Lara.
Hay miedo
La cantidad de muertes por COVID-19 en los hospitales siembra pánico en los trabajadores sanitarios. Más allá de la vocación y el deseo de ayudar que los profesionales de la medicinas puedan tener muchas personas están anteponiendo su salud y la de sus seres queridos.
Según la data de organizaciones a nivel nacional en todo el país hay una deserción masiva del personal. En Maracaibo, por ejemplo, se han registrado 19 renuncias dentro del Hospital Universitario. Allí fueron 15 los residentes de primer año quienes no se quisieron exponer y otros cuatro médicos que tenían comorbilidad o morbilidad asociada (diabetes o la hipertensión) quienes prefirieron dejar sus puestos de trabajo.
«Muchos trabajadores sienten que las autoridades no les respaldan como debe ser. En el Zulia nosotros hemos ido a hablar con la gobernación, con la alcaldía de Maracaibo y con la Defensoría del Pueblo para buscar ayudas y nadie nos dice nada. Solo la alcaldía mostró intención de trabajar de la mano con los gremios y así no se puede. Es necesario que los hospitales sean dotados porque el personal ya ha mostrado su temor de ir a trabajar», decía la doctora Daniela Parra, presidenta del Colegio de Médicos en el estado Zulia.
En Lara y Distrito Capital también se han registrado renuncias. Según explican desde la Federación Médica los argumentos esgrimido por los empleados siempre es el mismo. Precarias condiciones de trabajo y sueldos que no van de la mano con el proceso inflacionario. «Los trabajadores sienten que no vale la pena el esfuerzo que están haciendo. Muchos ni siquiera se toman la molestia de renunciar sino que dejan vacantes sus cargos y no vuelven», decía el doctor René Rivas, presidente del Colegio de Médicos en el estado Lara.
La crisis es palpable. Los hospitales públicos están al borde de un colapso. La situación para los médicos venezolanos no puede ser más dramática, pues la dotación de insumos es suministrada, casi en su totalidad, por los familiares de pacientes hospitalizados.
Hombres son los más vulnerables
Dentro del sector salud los hombres llevan la peor parte en Venezuela. De acuerdo a los datos que maneja el diaro LA PRENSA de LARA, hasta el momento han muerto 45 hombres lo que representa el 63% de las muertes totales por COVID-19.
Además de eso la media de edad de los fallecidos es superior a 65 años.
Daniela Parra, presidente del Colegio de Médicos en el estado Zulia, explica que la gran mayoría de médicos muertos tenían comorbilidad (enfermedades que le condicionaban como la hipertensión).
«En el Zulia nos hemos dedicados a estudiar la relación de muertes por COVID-19 en el sector salud y nos hemos encontrado con datos bastante interesantes. La gran mayoría de trabajadores sanitarios que han muerto sufrían de alguna enfermedad crónica. Además tenían sobrepeso», dice Parra a LA PRENSA.
Hay más muertos Venezuela podría tener más muertes por COVID-19 en el sector salud. Ese es el análisis que hacen los médicos luego de ver los retardos en las pruebas PCR. Desde mediados del mes de junio José Manuel Olivares, diputado a la Asamblea Nacional (AN) viene denunciando que hay un subregistro en las muertes que el Gobierno no reconoce. El parlamentario incluso ha dado nombres de fallecidos que no son reflejados en los balances diarios que entrega el Ejecutivo nacional.
La denuncia hecha por Olivares es respaldada por buena parte de la comunidad científica. José Félix Oletta, exministro de Salud en Venezuela, comenta que en la nación hay subcifras de las personas que han muerto.
Registros que pueden engrosar la cantidad de trabajadores sanitarios que han sucumbido ante la pandemia. «El problema es que hay muy poca información. No sabemos a ciencia cierta qué es lo que está pasando», ha reconocido en reiteradas ocasiones.
La comunidad científica venezolana también exige que el Gobierno nacional dé datos de cuántas de las personas que trabajan en CDI o Barrio Adentro se han infectado realmente, pues hasta ahora esos datos son un misterio. «La información es clave para la prevención, pero el Gobierno no lo ha entendido», dicen los médicos.