En medio del estado de alarma por la pandemia, habitantes en varias regiones salieron a protestar y saquearon comercios.
En plena cuarentena para frenar la pandemia de coronavirus, Venezuela fue escenario esta semana de numerosas manifestaciones que, aunque pequeñas, se cobraron la vida de un joven en el estado Bolívar (sur) y causaron un número indeterminado de personas heridas o detenidas así como de comercios saqueados.
Estas protestas se suscitan en medio de un estado de alarma decretado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, que obliga a los ciudadanos a estar confinados en sus hogares para evitar la propagación del COVID-19, una pandemia que hasta ahora ha infectado a 318 personas en el país y dejaron diez muertos.
Sin embargo, cientos de manifestantes en al menos cinco estados de Venezuela salieron a las calles para denunciar la falta de comida, o las fallas en el suministro de electricidad, agua potable, internet o gasolina.
El gobernador de Bolívar, el oficialista Justo Noguera, confirmó que un joven fue asesinado el jueves en medio de los disturbios suscitados en la localidad de Upata donde, según sus cuentas, al menos dos comercios fueron saqueados y otras dos personas sufrieron lesiones.
«Fallece un joven, originado este hecho por disparo que presuntamente hizo un cuerpo policial, ya esta persona está a orden del Ministerio Público (Fiscalía) para investigación», dijo Noguera en una declaración que él mismo compartió en redes sociales.
El gobernador informó que hay 33 detenidos producto de los disturbios, la mayoría jóvenes, y que los establecimientos ultrajados fueron una carnicería perteneciente a un venezolano y un local de venta de alimentos de un comerciante asiático.
En la ciudad de Maturín, capital del estado Monagas, en el noreste del país, varios comercios fueron saqueados y otro número no precisado de personas resultaron heridas o arrestadas por los cuerpos de seguridad que trataron de restaurar el orden.
El diputado José Antonio Mendoza, representante de esa entidad en el Parlamento venezolano, dijo a la agencia EFE que en Monagas «hay una situación de hambre y de necesidad» que ha animado estas protestas y hechos vandálicos.
«Es realmente crítico, la crisis social se agudiza porque el venezolano no tiene para cubrir el día a día», dijo al recordar que la mayoría de los venezolanos gana menos de 10 dólares al mes, mientras que la canasta de alimentos básicos cuesta cerca de 400 dólares.
Mendoza explicó que cinco localidades del estado Monagas han registrado protestas esta semana y al menos dos han terminado en saqueos, lo que ha generado un número indeterminado de detenidos.
Decenas de fotografías y videos circularon el lunes pasado en las redes sociales, en las que se daba cuenta de una protesta de pescadores en la localidad de Araya, en el estado Sucre, debido principalmente a la falta de gasolina, un problema que aqueja a toda la geografía del país con las mayores reservas probadas de petróleo.
Si bien la protesta incluyó barricadas y consignas antigubernamentales, fue dispersada sin que se conocieran daños a personas.
Los puertos de la localidad se encuentran ahora custodiados por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), o así lo informó en Twitter el gobernador de esa entidad federal, el chavista Edwin Rojas.
Dos días después de Araya, en el poblado de Cumanacoa, también en Sucre, otros cientos de manifestantes decidieron protestar en la calle, algunos usando mascarillas, pero esta vez el reclamo se tornó violento y acabó con varios comercios saqueados y al menos siete personas heridas.
El diputado Robert Alcalá, representante de esa región en el Parlamento venezolano, indicó en Twitter que entre los heridos se encontraban dos menores de edad.
Varias organizaciones no gubernamentales y dirigentes de la oposición venezolana han informado de la proliferación de pequeñas manifestaciones en otros estados como Aragua (norte) y Mérida (oeste) en la que los ciudadanos reclaman al gobierno de Nicolás Maduro por varios problemas.
Algunas de estas manifestaciones han sido dispersadas por los cuerpos de seguridad, que han usado para ello gases lacrimógenos, sin que hasta ahora la Fiscalía confirmase alguna información, por lo que se desconoce si está investigando algunos de estos hechos.
El líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por medio centenar de países, ha sido el principal difusor de estos reclamos a través de las redes sociales, en las que advirtió que en medio de la pandemia se ha «agravado la crisis por el hambre y el desespero» entre los ciudadanos.
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) contabilizó 580 protestas en marzo e incluye entre las principales razones la falta de agua, un líquido necesario para cumplir con las recomendaciones de higiene que evitan la propagación de la COVID-19.