Con en el pasar de las horas se conocen nuevos detalles macabros del asesinato de la niña Sofía Delgado en Candelaria, Valle del Cauca. SEMANA accedió al testimonio de una fuente cercana al proceso de investigación que relató una versión diferente a la expuesta por las autoridades.
Por Semana
De acuerdo con ese relato, la niña no habría muerto el 29 de septiembre, día en el que desapareció tras salir de su casa a comprar un champú para su perra en la veterinaria del barrio La Victoria, en el corregimiento Villagorgona. La Fiscalía asegura en su informe que el dueño de ese establecimiento, Brayan Campo, de 32 años, encerró a Sofía, trató de abusar de ella sexualmente y luego la atacó con un objeto contundente, ocasionándole la muerte de inmediato.
Pero la fuente consultada por SEMANA asevera que, si bien la niña fue atacada ese día, quedó en agonía por varias horas más. Brayan Campo, al percatarse del estado de salud deteriorado de la menor, habría desistido del abuso sexual y, en cambio, la metió en unos costales de comida para perro y la arrojó moribunda en un cañaduzal entre el corregimiento Villagorgona y La Regina. Allí, Sofía habría batallado contra la muerte por al menos tres días. Posteriormente, al ver el despliegue mediático de la búsqueda de la niña, el asesino regresó al lugar donde la dejó para tratar de desaparecer el cadáver, pero se dio cuenta de que seguía viva, por lo que decidió rematarla e intentar quemar sus restos.
Este último dato fue ratificado por otra fuente en la investigación del caso, pues algunos huesos presentaban rastros de calcinación. Diecinueve días después de su desaparición, el cuerpo de Sofía presentaba un avanzado estado de descomposición, pero aún conservaba elementos que llevaron a su mamá, Lady Zúñiga, a reconocerla mucho antes del dictamen de Medicina Legal.