El viceministro de Exteriores de Colombia, Jorge Rojas, ha informado este viernes de que el Gobierno esperará hasta el próximo 10 de enero, fecha en la que se cumple el periodo establecido por la Constitución venezolana para la jura del cargo por parte del presidente electo ante la Asamblea, para decidir finalmente su postura sobre el resultado electoral en el país caribeño.
«Esperaremos hasta el 10 de enero porque es la fecha en la que se dará la transición. Hay un margen de incertidumbre y queremos facilitar el diálogo político», ha destacado durante una entrevista con Europa Press en Casa de América.
Así, ha deseado que haya un acuerdo entre el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y la oposición: «Venezuela va a tener que reconocer que hay un actor político que se llama oposición, con todas sus diversidades, y que hay un actor político que se llama Gobierno o chavismo, con todas sus características».
Rojas, que ha abogado por la convivencia, ha recordado que el propio presidente colombiano, Gustavo Petro, ha propuesto un acuerdo nacional en forma de frente, que favorezca una «cohabitación» o una «transición» y una «salida democrática» a la actual crisis política.
En esta línea se venían moviendo ya los gobiernos de Brasil y Colombia, que habían propuesto medidas como la formación de un gobierno de coalición transitorio o la celebración de nuevas elecciones como posibles opciones para solventar la situación.
En este sentido, el viceministro ha apostado por la «responsabilidad» y la «cautela», y ha aclarado que por el momento queda reconocido el «Gobierno en funciones» hasta el próximo mes de enero, sin arrojar más luz sobre lo que podría deparar el futuro.
No obstante, ha hecho hincapié en que las realidades venezolana y colombiana repercuten la una sobre la otra y ha puntualizado que es importante fortalecer las relaciones bilaterales a pesar de no poder reconocer los resultados de los comicios celebrados en julio dado que Caracas «no ha publicado las actas, tal y como estaba previsto según la legislación electoral».
Ese 10 de enero es una fecha que ya había salido a colación anteriormente por diferentes actores políticos: desde la opositora María Corina Machado, que aseguraba que sería el día en que Edmundo González tomaría posesión como nuevo presidente antes de que abandonara el país, hasta el Gobierno estadounidense, que planteaba el mes pasado que para entonces habría construido una salida la crisis.
Sobre la salida de González, Rojas ha lamentado la situación y ha pedido «facilitar un puente de diálogo». «Esperamos que España, que tiene esa responsabilidad ahora de darle refugio, pueda ayudar también», ha dicho.
ENCUENTRO EN MÉXICO
Rojas, que ha subrayado la importancia de la diplomacia, ha señalado el 1 de octubre como un momento importante de cara a los próximos meses. Está previsto que Claudia Sheinbaum jure el cargo ese día como nueva presidenta de México, un evento al que asistirán numerosos líderes internacionales, entre ellos los presidentes de Colombia y Venezuela, entre los que hay un «diálogo abierto».
«Hay tres países de América Latina trabajando para buscar una solución democrática en Venezuela, y esos tres países se van a encontrar en el marco de la posesión de la presidenta. Ese es un momento importante para revisar este asunto», ha aclarado antes de apuntar a la Asamblea de Naciones Unidas como otro momento de vital importancia para las conversaciones.
«Queremos lograr el diálogo en Venezuela y estamos listos para facilitarlo trabajando con todas las partes involucradas en esta situación. Para ello trabajamos también con Brasil y México; reclamamos lo básico, que haya garantías para la oposición y que haya respeto a los Derechos Humanos», ha continuado.
En relación con la cuestión humanitaria, ha expresado la importancia de entender que la adopción de medidas como las sanciones son «ineficaces».
«Tenemos que volver a poner sobre la mesa estos temas. Colombia dialoga también con Estados Unidos y con la Unión Europea porque cree que las soluciones saldrán del conjunto de la comunidad internacional», ha continuado.
Así, ha recordado que Bogotá ya lo ha probado todo en el pasado: «Hemos probado las sanciones, la ruptura de relaciones, el cierre de fronteras, el bloqueo… Estamos tratando de demostrar que otra opción es posible y que ese es el gran desafío al que se enfrentan las democracias en la región».