En horas de la noche del viernes 22 de enero, las personas que quedaban en un local comercial se percataron de una situación irregular: sujetos que iban a bordo de un jeep rojo interceptaron a otras que se trasladaban en un vehículo. Les abrieron las puertas, las bajaron y las golpearon
Por Luis De Jesús / El Nacional
El empresario Nicola di Gioia denunció que un presunto hijo del “protector” del Táchira, Freddy Bernal, amenazó con una granada a varios ciudadanos que estaban en su establecimiento de comida en la avenida Los Agustinos de San Cristóbal.
En horas de la noche del viernes 22 de enero, las personas que quedaban en el local se percataron de una situación irregular: sujetos que iban a bordo de un jeep de color rojo interceptaron a otras que se trasladaban en un vehículo. Les abrieron las puertas, las bajaron y las golpearon.
Los clientes, incluido Di Gioia, se asomaron para saber qué ocurría, pero el empresario, contó, entró a su negocio porque estaba cerrando. Alrededor de 10 minutos después, dos sujetos se pararon en la puerta del local.
Lo estaban obligando a entregar su teléfono celular porque supuestamente había grabado y tomado fotos del hecho violento que se registró.
“De repente se paró una (camioneta) Hilux y se bajaron unos funcionarios. Cargaban chalecos, armas largas, de todo. Entre esos estaba Tamani Bernal, hijo de Freddy Bernal, y me dice que le entregue el teléfono”, narró en una entrevista.
Di Gioia, al negarse, recibió un golpe en la frente por parte de Bernal.
“Sangre por todos lados. Apenas me metieron el golpe, me agarró uno por detrás y me ahorcó y me tuvo un rato ahí y se me fueron las luces. Caí al piso. Los pocos clientes que estaban, la gente que trabaja ahí, todos empezaron a intervenir. Eran como ocho o nueve (los sujetos). Entraron al negocio, golpes para todo el mundo, celulares”.
El hombre afirmó que los presuntos funcionarios de la Fuerza de Acciones Especiales le dieron cachazos y lo esposaron, todos supuestamente bajo efectos del alcohol, aunque presumió que habrían consumido algún tipo de estupefaciente.
“A ti te vamos a llevar, maldito”, le dijeron.
En el lugar también habría estado un hijo del jefe de la FAES en la entidad.
Mientras contaba lo que había ocurrido, mostró varios hematomas que tenía en su cuerpo después de la agresión. Aseguró que le salieron chichones debido a los golpes que recibió en la cabeza.
Di Gioia dijo que Bernal ordenó a uno de los funcionarios que sacara dos granadas de la Hilux. “Entre su locura, se tropezó y se le cayó una granada y rodó hasta donde estaba yo. Menos mal que esa vaina tiene un seguro ahí metido. Arrodillado y sangrando. Lo que sentía era sangre, pero no sabía qué me habían hecho”, dijo.
Una mujer intentó mediar. Pero la respuesta de los funcionarios fue darle una cachetada, ahorcarla, quitarle su teléfono celular y tirarlo al suelo.
“El hijo del protector Freddy Bernal, Tamani Bernal, recogió la granada del piso y empezó a insultar al otro porque se le cayó. Pero la vaina se complicó dentro (del local comercial) porque le tiraban sillas, mesas, todo lo que conseguían al vigilante. De repente me agarraron y me llevaron al frente de mi negocio”, narró.
“Cuando medio levanté la cara estaban apuntando con una pistola en la cara al vigilante. Entre todo eso, cuando el vigilante vio que no pudo más porque lo iban a matar, subió al segundo piso y se lanzó por la parte de atrás, como 10 o 12 metros de altura, y se partió las piernas. Se tuvo que arrastrar hacia un monte que estaba ahí. Ahorita está en silla de ruedas esperando dinero que nosotros tenemos que dar para pagarle la operación”, agregó.
El empresario aseguró que después de que el vigilante se lanzó, los uniformados lo sacaron y lanzaron contra la tolva de la camioneta. Se lo llevaron detenido junto a otros dos ciudadanos a la sede de la FAES.
En el trayecto, expresó, el supuesto hijo de Bernal le puso una de las granadas en el pecho mientras reía. “Me decía: maldito, vas a explotar. Quitaban el seguro (de la granada), lo ponían, (decían) que yo era un ‘cagado’. ¿Cómo no voy a estar asustado si no son juguetes y, segundo, cargaban un nivel de alcohol y de drogas”, expresó.
Contó que lo obligaron a firmar una declaración falsa.
“Yo no levantaba la cara, ¿qué iba a ser? El hijo del protector se sentó a mi lado y me pidió que le desbloqueara el teléfono: ‘Mira, maldito, desbloquéame el teléfono porque tú no sabes con quién estás hablando, yo soy el diablo, yo soy la ley en esta mierda, nadie pasa por encima de mí en esta mierda. O me desbloqueas el teléfono o te doy una coñaza peor”.
Di Gioia, ante la amenaza, accedió.
“Me tocó desbloquearle mi teléfono. Que me revisara mis fotos, mis conversaciones, todo lo que él quiso revisar en mi teléfono, y luego me lo entregó. Y me dijo: te voy a dejar ir, espero que esto no pase a mayores. Como amenazándome para que me quedara callado. Me soltaron, salí, eran como las 2:30 am. Lo que quería era llegar a casa”, expresó.
“Había pensado en quedarme callado”, dijo. Pero, finalmente, decidió poner la denuncia junto con otras tres personas.
“Tengo un conocido que trabajó con ellos y cuando se enteraron de que había gente apoyándonos querían que denunciáramos, que eso no se podía quedar así. Llamaron al amigo mío pidiendo mi número de teléfono y de una vez le dije que no tenía nada que hablar con ellos. No quiero ni saber de esa gente. Porque, aparte de todo, después de que me soltaron, Tamani me abrazó y me abrazaba y me decía que yo era su amigo. Todos tomando miche”.
El comerciante detalló que el lunes 25 de enero, en un momento en el que no estaba presente, la FAES se acercó en tres ocasiones a su negocio.
“Dejaron un número de teléfono al que yo me tenía que comunicar. ¿A qué voy a llamar a ese número de teléfono? (…) Ninguno, ni el hijo de Bernal ni el otro, dieron la cara. Mandaron a los perros de ellos y dijeron que no tenían conocimiento de lo que había sucedido. Después de que me tuvieron allá (en la sede), de me que dieron coñazos, de que me vieron entrar y salir, ahora la FAES no tiene conocimiento de lo que pasó”, expresó.
Di Gioia dijo que se encuentra resguardado.