Problemáticas para la obtención de combustible, inseguridad presente en diversos sectores, el cambio de clima mediante la llegada del ciclo de invierno, el abultado costo de insecticidas y abono, la mano de obra de los trabajadores y el bajo nivel en la fertilización son algunas de las causas de la poca producción en Venezuela y principalmente que se ponga en riesgo la calidad de hortalizas, café y otros alimentos producidos en los campos.
Por Julián Alvarado | LA PRENSA DE LARA
Desde el año 2018 a la actualidad el mercado ha venido en picada. Son pocas las fincas o áreas productoras que gozan de un margen de trabajo positivo en los últimos años. Contra viento y marea, muchos productores siguen trabajando y luchando a pesar de tener tantas trabas que dificultan sus labores.
Celso Fantinel, presidente de Fedeagro, comentó que el ciclo de invierno está acechando intensamente la producción. “Esta es una época negativa para los vegetales. Hemos tenido un año muy lluvioso y a diferencia del verano, que no hay lluvia, que no hay plaga, no hay enfermedades; se produce en menos cantidad”, indicó Fantinel.
Las declaraciones del mandatario de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela, reafirman que la producción de hortalizas estará mermada en esta etapa del año.
La disminución de consumo del venezolano en hortalizas, también ha golpeado fuertemente al sector productor. Según Fantinel, los ciudadanos ya no están comiendo como antes y eso ha hecho que la demanda de este tipo de alimentos no sea tan grande. Referente a ese tema, comentó que deberían adecuar los salarios en el sector público. “El venezolano no tiene poder adquisitivo y esto no permite que realice compras completas”, aseguró.
“Cuando tú en verano haces 40 toneladas de papa, 40 de cebolla, en invierno puedes recoger la mitad”, comentó el presidente de Fedeagro.
Uno de los principales focos que está atacando fuertemente al productor venezolano es el excesivo costo de los insumos para poder sacar adelante la siembra y cosecha. El implemento tan alto del abono, la escasez y el innegable disparo de los precios de insecticidas y fertilizantes no sólo aumenta el valor de los productos cuando llegan al mercado, también generan una producción con una calidad que difícilmente sea óptima.
Reinaldo Carrasco, productor de café en el pueblo Villanueva, municipio Morán, indicó que desde hace tres años la producción ha bajado críticamente en todo el país y principalmente en su municipio. Entre los motivos, destaca el bajo nivel actual de la fertilización y la odisea que viven día y noche todos los productores para conseguir combustible.
“No se está aplicando el abono completo. No es la alimentación ideal para las plantas”, comentó Reinaldo, quien actualmente se encuentra consternado por la innegable realidad.
“Anteriormente se compraban 60 sacos de abono con un quintal de café. Hoy en día, con la fórmula más económica los productores no pueden comprar más del 0,05% de lo que lograban adquirir con un quintal de café. Eso muestra el deterioro que hemos tenido”, añadió el productor venezolano.
El difícil acceso a combustible y tener que desembolsar hasta $150 por una pipa de gasoil es otra de las razones por la cual aumentan los costos de producción en el campo. Por ejemplo, en Duaca, en la zona norte del estado Lara, el agricultor Gerardo Castillo comentó que “al momento de subir a la ciudad de Barquisimeto a comprar algunos insumos gasta hasta 100 dólares para poder adquirir 200 litros de combustible, eso le cubre el viaje de ida y de vuelta. Sin contar los gastos que luego te va pidiendo el vehículo de traslado, porque las vías están muy deterioradas en el campo”.
La falta de crédito para los productores, el costo de la mano de obra de cada trabajador que ronda los 10 dólares el día, la incesante extorsión de trabajadores en diversas alcabalas, el aumento de otros insumos y por ende la aplicación moderada de los mismos para la producción de los alimentos terminan generando una cadena de hortalizas con un alto precio y una baja calidad.
Castillo informó que hace cinco años lograba producir 200 sacos de maíz en 5 meses. De dicha cantidad, la mitad era utilizada para el consumo propio y el mantenimiento de los animales; la otra mitad la vendía, con gran calidad y excelente precio. Actualmente, el mismo número de meses sólo alcanza para producir 30 sacos y el costo del producto en el mercado termina siendo elevado por más de que intente economizar. Estamos hablando de una disminución del 85% de producción en ese rubro desde el año 2018 hasta la fecha.
“La producción de tomates es otra de las áreas duramente golpeada. Para el año 2018, con 1000 dólares se cubrían un total de 15 cestas de tomates. En el presente año necesitas hasta 5000 dólares para el mismo número de cestas. Es decir, pagas cinco veces más para poder obtener la misma cantidad de tomates”, puntualizó el agricultor.
El observatorio venezolano de finanzas ubicó el mes de junio en 14,5% de inflación, la cifra más alta en lo que va de año; esto ha afectado considerablemente a diversos sectores económicos del país. Los productores sufren con cada devaluación económica de la moneda, porque en muchas ocasiones el margen de ganancia se ve reducido porque de un mes a otro o en cuestión de días los productos para poder producir los alimentos incrementan.
El desbalance social y económico de Venezuela hace tambalear a una industria que, según las mismas opiniones de los protagonistas, no recibe ayudas, sino que cada vez se les dificulta más el poder trabajar como lo podían hacer hace más de 15 o 20 años.
Antonio García, caficultor venezolano ubicado en la localidad de Sanare, en el estado Lara, hizo énfasis en que el sector productivo del país atraviesa una situación extremadamente compleja. “Todo el tema global de Venezuela obviamente afecta y lo hace de forma tajante al sector productivo. Es increíble la disminución de producción que hemos tenido en estos últimos 5 años. Pero lo más preocupante de todo, más allá de la baja producción y el poco margen de ganancia obtenida, es la baja calidad de los alimentos con el pasar del tiempo. Es una situación compleja, pero que se escapa de nuestras manos”, dijo.
Por ejemplo, en su área, el café, asegura que en esta época de lluvia seguramente ocurra un aumento de producción con respecto a los dos años anteriores. Sin embargo, reafirma que eso no tiene mucho sentido cuando la calidad del café no será la mejor y el margen de ganancia será muy poco, en relación a la forma en que se trabajaba anteriormente.
Café aumentará producción en esta época del año
En la presente temporada del año, el rubro que más beneficio tendrá para ser producido es el café. Los caficultores están preparados para aumentar su producción en un 25% en relación con el resto del año; sin embargo, deberán enfrentar grandes trabas para presentar en el mercado venezolano un producto con los estándares de calidad adecuados.
Las precipitaciones constantes en Venezuela influyen para que el café sea cultivado en cada uno de esos rincones donde nace el producto que extrañamente falta en el hogar de un venezolano. Actualmente, la disyuntiva pasa porque los insecticidas, el abono y el gasoil tienen un costo muy elevado y en algunos casos un acceso complicado. Esos productos son imprescindibles para poder labrar el café.
“El elevado costo de los insumos y específicamente la poca obtención de gasoil para poder elaborar la producción de café genera un producto de baja calidad y problemáticas para que el rubro se siga sosteniendo”, informó Antonio García, productor sanareño.
“Anteriormente se compraban 60 sacos de abono con un quintal de café. Hoy en día, con la fórmula más económica los productores no pueden comprar más del 0,05% de lo que lograban adquirir con un quintal de café. Eso muestra el deterioro que hemos tenido”, comentó Reinaldo Carrasco, productor en el municipio Morán.
Trabajadores piden a las autoridades que sean mejoradas las condiciones para poder laborar.
Vías están muy deterioradas
Agricultores y caficultores de la zona norte de Barquisimeto, localidad de Sanare y sectores aledaños carecen desde hace muchos años de la falta de apoyo en materia vial para contar con carreteras en óptimo estado que les permitan un desarrollo tranquilo de sus vidas cotidianas.
“En varias oportunidades hemos tenido que, por cuenta propia, arreglar algunas carreteras. La situación es muy extenuante y no permite desempeñar nuestras labores sin tantos problemas”, comentó Antonio García, productor sanareño.
García añade que las gestiones para producir alimentos se tornan más difíciles porque los vehículos suelen deteriorarse y el gasto de mantenimiento es mayor. Además, en caso de no disponer de carros propios para trasladarse deben recurrir a otras personas, pero el cobro de los fletes suelen ser muy altos por la misma situación.
El gremio en general se encuentra muy inconforme y comenta que necesitan la presencia de los entes correspondientes.