La decisión gubernamental de retirar la exoneración arancelaria de casi 600 productos en agosto, cuando las empresas cerraban las órdenes de compra para Navidad, sumado al incremento de fletes por la escasez de contenedores, acabará por impactar en los precios para la temporada decembrina
El comercio mundial afronta una situación crítica debido a la escasez de los contenedores utilizados para trasladar mercancía vía marítima, a raíz del impacto de las restricciones de movilidad global que generó la pandemia.
Cientos de buques de carga han abandonado sus puertos de origen para trasladar mercancía, pero al llegar a sus destinos, no logran desembarcar el contenido de los contenedores debido a las restricciones de los países receptores.
Como consecuencia, se quedan en las costas paralizados hasta poder desembarcar, lo que ha generado retrasos importantes, pérdidas financieras e incluso el embotellamiento de los principales canales marítimos por la afluencia de buques al mismo tiempo.
Esta situación ha disminuido la disponibilidad de buques que ofrecen servicios de traslado y, con una menor oferta, los precios de los fletes se han disparado en proporciones descomunales.
Por supuesto, esta realidad repercute en los precios de bienes importados y encarece la producción nacional que requiere materia prima del extranjero. Incluso las tarifas de los servicios acaban recibiendo el impacto.
En este sentido, Angel Freytez, especialista en relaciones comerciales entre China y Venezuela, destaca que los efectos de los problemas en materia de comercio internacional son a largo plazo, por lo que la crisis de contenedores empezará a presentar sus consecuencias para el país en los próximos meses y podrían evidenciarse notoriamente en 2022.
«Como Venezuela es una economía relativamente pequeña y los efectos de la crisis de contenedores no los vamos a ver a principios de año sino para el segundo semestre de 2022, vamos a observar que los inventarios no van a ser repuestos. Ojalá estemos equivocados, pero es cuando vemos que se va a producir la escasez y el incremento de los precios de productos», resaltó.
Para resistir el impacto del problema con los contenedores, las políticas gubernamentales deben ser acertadas. Por lo tanto, Freytez resalta que cualquier decisión debe tomarse con base en el entorno comercial y evitar las acciones impulsivas o complacientes con ciertos sectores.
Puso como ejemplo la reciente medida gubernamental de retirar la exoneración de aranceles para 597 códigos de productos terminados, bajo la premisa de que perjudicaban la producción nacional al establecer una competencia desleal.
Una revisión elaborada por TalCual reveló que esta medida no respondía a las necesidades de la producción nacional, pues los aranceles se aplicaban a productos que sin suficiente elaboración como para satisfacer la demanda local.
«Nosotros hicimos un llamado al Gobierno para que pensara en la decisión. Se tomó justo en el momento en el que finalizaban las compras navideñas y su aplicación se va a ver con productos que ya venían en camino», destacó.
Por lo tanto, puede esperarse un incremento importante en algunos precios de bienes que se venderán en la temporada navideña. Este sería apenas un ingrediente de un cóctel inflacionario que se asoma con el cierre del año, ya que se prevé un incremento del gasto público por las venideras elecciones regionales y municipales, además de la propia Navidad.
Este panorama solo puede anticipar un fuerte golpe para el bolsillo del venezolano. Ante este contexto, Freytez cree que el impacto podría mitigarse si se toman las políticas públicas adecuadas, y para lograrlo es imprescindible que el Gobierno y los actores privados se coordinen.
«Planteamos que las políticas públicas en materia de comercio internacional tengan mayor coordinación, que no sean producto de impulsividad política o por una coyunturas, que se tomen basadas en un contexto internacional», sostuvo.
En este sentido, aplaude medidas como la apertura de las fronteras y la reactivación del intercambio comercial con Colombia, e insta al Gobierno a incrementar las medidas de libertad económica y de integración regional.
Con o sin contenedores, comercio con China pierde peso
El también director de Sinoven, una empresa dedicada a la gerencia de negocios con mercados asiáticos, explicó que aunque China se mantiene como el principal socio comercial de Venezuela, la relación se ha deteriorado en comparación con la década anterior.
El flujo de importación de productos chinos hacia Venezuela alcanzó valores de aproximadamente $10.000 millones, pero para 2019 la cifra se ubicó en unos $1.500 millones y se ha reducido por el contexto del comercio internacional.
Por su parte, a pesar de las sanciones, las importaciones desde Estados Unidos marcaban un sólido registro de $1.300 millones, pisándole los talones a China y ganando terreno frente a la contracción de los negocios chinos.
Freytez argumenta que la disminución de negocios con China es una consecuencia de las condiciones que ofrece Venezuela para hacer negocios. Pese al apoyo político que aún mantiene Pekín hacia el gobierno chavista, en los negocios los chinos son pragmáticos.
«Los negocios, a diferencia de la política y la diplomacia, son objetivos. Los chinos han demostrado que son bien pragmáticos. En el discurso pueden dar apoyo, pero sus capitales estarán dirigidos a donde vean mayor rendimiento», acotó.
Esto es justamente lo que está pasando, pues China ha buscado alternativas comerciales de la región y está centrando su atención en países que antes ignoraba, mercados prometedores como lo son Brasil, Chile o Argentina.
«China ha debido buscar alternativas de inversión y socios comerciales en la región, y ha llevado capitales a otros países. Aunque mantiene su relación estratégica y sociopolítica con Venezuela, hemos visto cómo sus capitales están migrando hacia otros países de la región», resaltó.
Esta estrategia ha despertado la atención de Washington, por lo que ahora América Latina podría convertirse en un terreno de confrontación geopolítica y comercial entre las dos principales potencias del mundo.
A inicios de mes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, designó a una delegación para viajar a Latinoamérica y hacer paradas en Colombia, Ecuador y Panamá. Su intención es recuperar terreno ante la expansión de China, que intenta establecer una «Nueva Ruta de la Seda» al extender su red comercial con más de 70 países.
Freytez evalúa de manera positiva que Washington abandonara su política «guerrerista» en el Oriente Medio y girase su mirada hacia la región latina, pues las bases de una relación comercial «ya están sentadas», pero será difícil «recuperar espacios que se han perdido a manos de China».