¡CUENTAS HACKEADAS! Alerta al adquirir divisas por las redes sociales

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Ante el aumento de valor de las divisas, la pérdida del poder adquisitivo del bolívar y la alta demanda de dinero en moneda extranjera, las autoridades policiales han incrementado sus operaciones para prevenir estafas a través de las redes sociales, que se han convertido en escenario para cometer fraudes y aprovecharse de personas que, por exceso de confianza o ingenuidad, se convierten en potenciales víctimas de los denominados delitos informáticos.

Por Armando Hernández / lanacionweb.com

El comisario general Wilmer Uribe, jefe de la Delegación Estadal Táchira del Cicpc, se encuentra al frente de una investigación dirigida a identificar y dar con el paradero de responsables de delitos cibernéticos, y por instrucciones del director nacional, Douglas Rico, está desarrollando operaciones de prevención, que tienen como finalidad advertir a la ciudadanía sobre este tipo de hechos y orientar a las personas sobre las precauciones que deben adoptar para evitar convertirse en víctimas.

El proceso de investigación es desarrollado de manera conjunta por funcionarios de la Brigada Contra Delitos Informáticos y Brigada Contra la Delincuencia Organizada, y tiene como ámbito el territorio nacional, ya que existen redes de estafadores que operan desde diversos sectores del país en busca de personas interesadas en la adquisición de divisas y de quienes, a cambio de cierta cantidad de dinero, facilitan sus cuentas bancarias para que se hagan los pagos, y por ello se convierten en cooperadores y cómplices, sujetos a ser detenidos y procesados en la instancia penal.

Cuentas hackeadas

Según lo explicado por funcionarios dedicados a investigar este tipo de delitos, existen varios modos o sistemas para cometer las estafas, pero el mas común tiene que ver con el hackeo de cuentas en redes sociales, para ofrecer en venta dólares y otras divisas, involucrando a ciudadanos que muchas veces, de manera involuntaria, asumen protagonismo en la negociación y, por lógica, la responsabilidad en primera persona.

Uno de los casos más frecuentes se refiere a una oferta de divisas que una educadora recibió a través de una cuenta conocida, donde una persona amiga le solicitaba ayuda para la venta de algunos dólares que había recibido de manos de un familiar que recién había regresado del exterior.

“Hola, soy fulano de tal, este es mi nuevo número y aprovecho para decirte que estoy vendiendo unos dólares a buen precio, por lo que te agradezco me ayudes con eso”, decía uno de los mensajes que la educadora recibió en la cuenta WhatsApp de su celular. Explicó el funcionario que la dama observó que se trataba en efecto de una persona conocida y que podía obtener algún dinero extra ayudando a la venta, pero nunca se ocupó de contactarla para verificar. Todo lo hizo a través de mensajes de texto. Para ayudar, ofreció entre familiares y amigos los dólares de la persona supuestamente conocida y en poco tiempo logró venderlos.

A través de WhatsApp le informó sobre el éxito de su mediación y como respuesta recibió el número de una cuenta de banco, para que le hicieran el respectivo depósito en bolívares. Una vez que el pago fue realizado, se perdió todo tipo de contacto y al llamar a la persona que supuestamente le había enviado el primer mensaje ofreciendo divisas, esta se mostró sorprendida y negó todo tipo de relación con esa actividad.

Dos detenidos que alegaban inocencia

El investigador dijo que cuando la denuncia llegó a la instancia policial y se inició el proceso de investigación, se logró detener a dos personas. Una de ellas era la educadora que ofertó los dólares entre familiares y amigos, ya que esta resultó ser la cara visible de la operación, y la otra era una persona de la tercera edad, que alquiló su cuenta de banco para que hicieran el depósito. Ambos alegaban ser inocentes, pero los hechos los colocaban como parte de la operación que terminó en estafa para las personas que adquirieron las divisas.

Se determinó que la cuenta WhatsApp de donde provino la oferta inicial había sido hackeada y que otras personas también recibieron el mensaje e incurrieron en lo mismo, al ayudar en la venta. El estafador, al momento de apoderarse de la cuenta, también se apoderó de los contactos y los involucró en la ilegal operación mediante la oferta de dólares. A pesar de ello, la docente fue pasada a órdenes del Ministerio Público y al final se planteó un acuerdo preparatorio con las víctimas, que le costó su buen dinero, para responderles a las personas afectadas.

Lo mismo ocurrió con el dueño de la cuenta de banco, que alegaba haberla prestado o alquilado y no saber nada de la estafa. Su responsabilidad queda demostrada al momento de verificar los depósitos realizados en la misma y que fueron retirados rápidamente. Se presume que, en ambos casos, las personas fueron sorprendidas en su buena fe.
Verificar y contactar

Es importante saber los pasos que se deben dar para la adquisición de divisas a través de las redes sociales o la compra de bienes o servicios, ya que allí nada es confiable. La precaución y desconfianza se deben mantener. Si se va a comprar se debe establecer un contacto real con el vendedor, asegurarse de su identidad, lugar de residencia, condiciones de la entrega, y en fin, que se trata en efecto de una operación confiable y verdadera.

Se debe desconfiar de ofertas en divisas “ganga”, o que estén por debajo de las tasas, ya que estas tienen cotizaciones reales y amplia demanda, de manera que cualquier comportamiento contrario es sospechoso.

No cancelar hasta tanto no esté asegurada la entrega, y en caso que el contacto sea personal, procurar lugares públicos de alta concentración de personas y con cámaras de seguridad. Si la operación es por una suma alta, no está de más solicitar la colaboración de las autoridades policiales. En resumen, dijo el informante, se debería de evitar hacer cualquier tipo de negociación a través de las redes sociales con personas desconocidas, y en caso de persona conocida, ubicarla por vía diferente, para verificar que efectivamente se está negociando con ella y, en todo caso, procurar para garantizar la inversión un margen de seguridad confiable.