¡NO DAN PUNTADA SIN DEDAL! China aprovecha el error de Trump para ser líder del comercio

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Mientras Occidente sufre la segunda ola del coronavirus y se ve obligado a imponer restricciones que arruinan su economía, Oriente sigue avanzando, al haber controlado mejor la pandemia. Liderados por China, lugar donde se originó el coronavirus, 15 países de Asia y el Pacífico acaban de formar el mayor bloque comercial del mundo, justo cuando la globalización ha saltado por los aires por la covid-19.

ABC

Fundada el domingo por videoconferencia, la Asociación Económica Regional Integral (RCEP, en sus siglas en inglés) supera ampliamente a la Unión Europea y al tratado comercial entre Estados Unidos, Canadá y México, al aglutinar a 2.200 millones de personas y sumar hasta 26,2 billones de dólares (22,1 billones de euros), lo que supone un tercio de la economía del planeta. Además de China y Japón, segunda y tercera potencias mundiales, esta nueva alianza incluye a Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda y los diez miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático: Vietnam, Tailandia, Singapur, Indonesia, Filipinas, Malasia,Myanmar (Birmania), Camboya, Laos y Brunéi.

Durante los próximos 20 años, todos ellos se comprometen a reducir sus aranceles hasta un 90 por ciento y abrir sus mercados y servicios. Además de proteger la propiedad intelectual y promover las telecomunicaciones, los servicios financieros y el comercio electrónico, simplificarán las «normas de origen» de sus productos para que las mercancías circulen más fácilmente y estrechen la interrelación de sus cadenas de producción. Aunque es un acuerdo mucho menos ambicioso que la UE política y económicamente hablando, es el primer paso hacia una especie de «mercado común» en la región de Asia-Pacífico, que es la más dinámica del planeta.

Al frente de ella se encuentra China, que está ocupando con pragmatismo comercial el lugar que EE.UU. ha dejado en Asia tras los cuatros años de mandato del derrotado presidente Trump. Y es que esta Asociación Económica Regional nació en 2012 como respuesta al Tratado Transpacífico (TPP), abanderado por Obama para girar su política exterior hacia «el eje de Asia» y contener así el auge de China. Suscrito por EE.UU., Australia, Nueva Zelanda, Canadá, México, Perú, Chile, Japón, Vietnam, Singapur, Malasia y Brunéi, el TPP no solo unía ambas orillas del Pacífico y liberalizaba el comercio entre ellas, sino que fijaba unos estándares laborales y medioambientales más justos y respetuosos.

Aunque el TPP sumaba el 40 por ciento del comercio global, Trump se salió de él nada más llegar a la Casa Blanca, y el régimen «capicomunista» de Pekín aprovechó para lanzar su propia iniciativa. Con su pragmatismo habitual, se centró en los negocios, el comercio puro y duro, y dejó a un lado los requisitos laborales y ecológicos que exigía Obama.

«En tiempos de profunda tensión geopolítica, la Asociación Económica Regional representa un rayo de optimismo multilateral. También ofrece una clara prueba del pragmatismo asiático. Tras haber aprendido las lecciones de las crisis de 1998 y 2008, los líderes asiáticos saben que solo bajando sus barreras a los demás pueden prosperar colectivamente», analiza en un comunicado el prestigioso politólogo Parag Khanna, autor del libro «El futuro es asiático».

Pulso con EE.UU.

Como reacción a la guerra comercial con EE.UU. y las crecientes tensiones políticas con Occidente, exacerbadas con la pandemia del coronavirus, China ha impulsado la constitución de este gigantesco bloque comercial en busca de nuevos mercados, inversiones y zonas de influencia. Además, lo ha hecho antes del relevo en la Casa Blanca para esquivar una vuelta al «eje de Asia» del presidente electo de EE.UU., Joe Biden.

Aunque el TPP sigue vivo con el resto de sus miembros, todavía está por ver la política hacia Asia de la nueva Administración. Pero no se espera un cambio radical porque EE.UU. ya se ha dado cuenta de que el auge de China acelera su declive, y su estrategia a partir de ahora será tratar de contrarrestarlo. Para ello, impulsa el corredor Indo-pacífico, que va desde la India hasta Australia pasando por el Sudeste Asiático, Japón y Corea del Sur. Aquí jugará un papel trascendental la India, que fue uno de los primeros negociadores de la Asociación Económica Regional, pero el año pasado se retiró del proyecto.