Daniel Ceballos, el candidato más joven de los diez postulantes a la presidencia de Venezuela, vivió una dura experiencia como preso político y estuvo inhabilitado durante diez años para ejercer cargos públicos. Ceballos es originario del estado Táchira, una región afectada por apagones y racionamiento de agua en el país. Fue en esta zona donde se originaron las primeras manifestaciones que desencadenaron una ola de protestas contra el gobierno en 2014.
Los disturbios comenzaron en San Cristóbal, ciudad ubicada cerca de la frontera con Colombia, de la cual Ceballos era alcalde en ese momento. En aquellos días, el gobierno chavista lo acusaba de incitar a las movilizaciones callejeras. El presidente Nicolás Maduro amenazó con encarcelarlo y poco después fue detenido por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia. Fue acusado de rebelión y pasó cuatro años y medio en diferentes prisiones del país hasta que fue liberado en 2018 gracias a una amnistía.
Hoy, con 40 años, Ceballos se postula como uno de los nueve candidatos que desafiarán al actual presidente Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del 28 de julio. Aunque se encuentra por debajo del uno por ciento en las encuestas, Ceballos se enfoca en su objetivo de promover la unidad y mejorar la calidad de vida de los venezolanos. Su propuesta incluye mejorar los ingresos de la población, garantizar la seguridad social de los jubilados, eliminar la reelección indefinida, otorgar amnistía a los presos políticos y poner fin a las inhabilitaciones políticas.
Ceballos fundó el movimiento AREPA, el cual se autodenomina como «el primer partido digital» de Venezuela, ya que parte de su financiamiento proviene del uso de criptomonedas. Aunque su posición en las encuestas no es favorable, Ceballos busca establecer un pacto similar al propuesto por los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, con el objetivo de romper el ciclo de venganza y trabajar hacia la transformación del país.
En una entrevista con la Voz de América, Ceballos explicó que su propuesta busca superar la polarización existente entre el gobierno y la oposición, incluyendo tanto a Maduro como a otros candidatos. Su objetivo es construir un compromiso entre ambos sectores para permitir un cambio en el país, evitando tanto la continuidad del gobierno como una transición conflictiva. Ceballos también mencionó que está dispuesto a discutir su propuesta con otros candidatos, incluyendo a Edmundo González Urrutia, quien se presenta como una tercera vía.
Ante las críticas de algunos miembros de su propio partido, Voluntad Popular, quienes piensan que está favoreciendo al gobierno, Ceballos aseguró que su objetivo es ayudar a la gente y al país, y no beneficiar a ninguna facción política. Aprendió de su experiencia en prisión a comprender que los carceleros también son seres humanos y que es necesario buscar la reconciliación en Venezuela.
En resumen, Daniel Ceballos, el candidato más joven a la presidencia de Venezuela, ha superado una difícil experiencia como preso político y ahora busca promover la unidad y el cambio en el país. Aunque su posición en las encuestas no es favorable, Ceballos está comprometido con mejorar la vida de los venezolanos y busca establecer un pacto que permita superar la polarización y trabajar hacia la transformación de Venezuela.