Democracia primero, Por El Nacional

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La conferencia internacional sobre la crisis venezolana, convocada por el presidente de Colombia, Gustavo Petro, culminó sin una declaración conjunta y solo con una lectura del canciller Álvaro Leyva de un resumen que identifica las «posiciones comunes» de los 20 países reunidos en Bogotá más Josep Borrell, como representante de la Unión Europea.

El Nacional

Esas «posiciones comunes» son: uno, la necesidad de establecer un cronograma electoral que permita la celebración de «elecciones libres, transparentes y con plenas garantías para todos los actores venezolanos», con la recomendación de tomar en cuenta las recomendaciones de la misión electoral de la Unión Europea de 2021; dos, que los pasos acordados a satisfacción de las partes vayan en paralelo con el levantamiento de las distintas sanciones; tres, que la continuación del proceso de negociación facilitado por el Reino de Noruega, que ha tenido lugar en México, sea acompañado con la aceleración de la implementación del Fondo Fiduciario Único para inversión social en Venezuela.

Aunque no se permitieron las preguntas de los periodistas al finalizar el encuentro, varios participantes hablaron con los medios o expresaron en Twitter su posición. Comenzando por Jon Finer, asesor adjunto de Seguridad Nacional del gobierno de Joe Biden. «Estados Unidos sigue firmemente comprometido con el pueblo venezolano y seguirá trabajando con la comunidad internacional para apoyar la restauración de la democracia y el Estado de Derecho en el país para que los venezolanos puedan reconstruir sus vidas”, dijo Finer, quien agregó que un «enfoque paso a paso» en el que las acciones concretas para restaurar la democracia conduzcan a elecciones libres y justas y se encuentren con «el correspondiente alivio de las sanciones».

Borrell afirmó que la Unión Europea «seguirá promoviendo elecciones creíbles y transparentes». El secretario de Estado español para Iberoamérica y el Caribe, Juan Fernández Trigo, señaló en Twitter que España, al igual que Estados Unidos, esperan “avances en Venezuela en términos de democracia, derechos humanos o mayores espacios para la sociedad civil». El embajador de Francia en Caracas, Romain Nadal, quien ha realizado una labor muy reconocida en el país, además de sentirse orgulloso de participar en la reunión, escribió: «Mucha esperanza para Venezuela».

El canciller de Argentina, Santiago Cafiero, agradeció a Petro el encuentro de la comunidad internacional con el objetivo de alentar las negociaciones «lideradas por los venezolanos». Y añadió: «Ayudamos para que Venezuela regrese a la senda democrática». El presidente Alberto Fernández siempre ha puesto el foco en las sanciones, en lugar de las carencias democráticas. Un detalle.

El régimen de Maduro, y sus carnales Cabello y Rodríguez, pueden doblar su apuesta y en lugar de sus cinco grotescas condiciones agregar cinco más. La respuesta debe ser una sola: democracia primero. La situación a la que ese tándem ha sometido al país, después de 10 años en el poder, es lastimosa, inconcebible y solo explicable por la conjunción de un pensamiento atrasado, la destrucción institucional y el manejo inescrupuloso de los bienes de la nación.

Nadie, en sus cabales; ninguna cancillería de un país en pie puede avalar en la tercera década del siglo XXI la desfachatez antidemocrática que ha conducido a los venezolanos a la miseria y el exilio. Democracia primero, y después, más democracia.