Desmienten información difundida por el influencer Gianpiero Fusco relacionada a la orientación sexual

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Recientemente, fue tendencia, una vez más, el influencer venezolano Gianpiero Fusco, conocido como «El Tigre», debido a su extremo estilo de vida fitness y sus particulares dietas que incluyen el consumo de carne cruda. En esta oportunidad, Fusco usó sus redes sociales para difundir una información sobre la presunta relación entre el consumo de ciertos compuestos químicos con la orientación sexual e identidad de género de algunas personas.

Pese a las afirmaciones del creador de contenido, Efecto Cocuyo realizó una revisión de la evidencia científica de lo afirmado por Fusco y encontró que la misma es falsa.

«Es un discurso estigmatizante y discriminatorio contras las personas sexodiversas que puede tener consecuencias dentro y fuera de Internet«, señaló el medio de comunicación.

Vale mencionar que, de acuerdo con Fusco, es necesario «educar» para la diferenciación entre hombres y mujeres. Además, aseveró que la comida tiene «disruptores endocrinos», elementos que señaló como sustancias que dañan la producción de ciertas hormonas. De hecho, relacionó compuestos como el pesticida Atrazina con la feminización, basándose en un estudio de 2010, el cual comprobaría que las ranas macho expuestas a esta sustancia se feminizan.

En ese sentido, a pesar de que el medio de comunicación reconoció que es cierto que los disruptores endocrinos alteran el sistema hormonal del organismo humano, indicó también que la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (Atsdr) del Departamento de Salud de los Estados Unidos, ha aclarado que que la Atrazina solo influye en los niveles hormonales en animales.

«Es improbable que algunos de los efectos específicos observados en animales ocurran en seres humanos, debido a las diferencias biológicas entre seres humanos y los animales usados en estos estudios«, agrega la Atsdr.

Del mismo modo, también explica que, si cierta cantidad de Atrazina entra en algún órgano o tejido graso, esta no se acumula ni permanece en el cuerpo, es decir, no es bioacumulativo, ya que la mayoría de los metabolitos abandonan el cuerpo, a través de elementos como la orina y las heces, durante las primeras 24 a 48 horas.

La baja producción de testosterona no afecta la orientación sexual

En el mismo polémico video, Fusco se refiere al Glifosato como un compuesto que tiene, supuestamente, el maíz de las arepas. Aseveró que este es un disruptor endocrino que dañaría y evitaría la producción de testosterona, la cual es crucial para la diferenciación entre machos y hembras. No obstante, esta afirmación también es falsa.

El Instituto Nacional de Investigación sobre Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente francés (Inrae) ha demostrado que los herbicidas a base de Glifosato son, potencialmente, muy tóxicos, siendo disruptores endocrinos que pueden alterar las funciones reproductivas, debido a que afectan las concentraciones plasmáticas de la mayoría de las hormonas que regulan la función reproductora (GnRH, LH, FSH, estradiol, progesterona, testosterona), así como afectar a la expresión de sus receptores en los ovarios, testículos, placenta y útero.

Así mismo, la ONG ambientalista Greenpeace tiene una campaña global para detener su uso, por ser cancerígeno y contaminante, el cual está restringido o prohibido en varios países de los cinco continentes.

Sin embargo, solo se pueden atribuir al uso de este pesticida alteraciones en funciones reproductivas, pues la baja producción de testosterona o estrógeno tiene consecuencias en la apariencia física y en el funcionamiento de los órganos reproductivos, sobre todo en las etapas de pubertad y reproducción, pero este no altera la orientación sexual ni identidad de género de las personas.

Además, estudios comprueban que los hombres producen naturalmente pequeñas cantidades de estrógeno, y las mujeres pequeñas cantidades de testosterona para el regular funcionamiento del organismo.

En ese sentido, los disruptores endocrinos no hacen que el cerebro se perciba «homosexual«, como indicó Fusco.

Yendri Velásquez, coordinador del Observatorio Venezolano LGBTIQ+, expresó que el decir que la comida puede alterar la orientación sexual, identidad y expresión de género, le da una característica a la diversidad sexual de patología, lo que estigmatiza el proceso de sexualidad individual, como algo que podría «curarse».

«(Esto es) profundamente grave, porque es la justificación que usan distintos espacios para someter nuestros cuerpos y creencias a torturas y a tratos crueles para cumplir con las convenciones de las normas heterosexuales impuestas por el sistema», apuntó Velásquez.

Con información de Maduradas