El mundo político (con excepción del oficialismo, como es su costumbre) lamentó ayer la muerte de Enrique Mendoza D’Ascoli, quien fuera tres veces gobernador del estado Miranda y dos veces alcalde del municipio Sucre.
Militante desde muy joven del partido socialcristiano Copei, Mendoza fue el rostro visible de la Coordinadora Democrática, creada en 2002 como la confluencia de partidos políticos, asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales en oposición al gobierno de Hugo Chávez, en el que ya se advertía su deriva autoritaria.
Así lo despidieron algunas figuras políticas del país:
«Desde la común militancia jotaerrecista (la juventud copeyana) conozco al incansable Enrique Mendoza, una máquina de ideas y actividad. No puedo imaginarlo en el eterno descanso. Algo inventará», escribió Ramón Guillermo Aveledo, quien fuera secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
María Corina Machado, líder de Vente Venezuela y aspirante a la candidatura presidencial de la oposición, dijo en Twitter: «Siento tanto la partida de Enrique Mendoza; un hombre con una capacidad de trabajo impresionante, de gran corazón y obsesionado con la libertad de Venezuela, a lo que dedicó hasta el último suspiro».
Su amigo y compañero de partido César Pérez Vivas, también candidato en la primaria opositora, lamentó profundamente el fallecimiento. «Su ejemplo de luchador democrático es un testimonio de autenticidad y compromiso con nuestro país (…) será recordado como un luchador, un hombre de bien y como lo que fue: un servidor y hombre honesto”.
Desde otro costado ideológico, Andrés Velásquez, ex líder sindical en la Siderúrgica del Orinoco y abanderado de La Causa Radical, por la que espera ser nuevamente candidato presidencial, dijo de Mendoza que era un «buen amigo y luchador democrático».
El secretario general de Acción Democrática, Henry Ramos Allup, transmitió las condolencias de su partido por la desaparición «del insigne dirigente democrático Enrique Mendoza».
Carlos Ocariz, de Primero Justicia, recordó la Navidad que se acercó al gobernador Mendoza para comentarle algo cuando tuviera tiempo disponible. «Vente a las 4:30 a mi casa y allí me acompañas a ir a un sitio», le respondió el ya veterano dirigente. El sitio era Panaquire, pequeño pueblo en Barlovento donde repartió aquella tarde juguetes entre los niños.
También Henrique Capriles expresó condolencias a los familiares, amigos y compañeros de partido de su “amigo Enrique Mendoza”.
Los economistas José Toro Hardy y José Guerra, el politólogo Nicmer Evans –hasta hace 10 años militante del oficialismo–, la Comisión Nacional de Primaria, la periodista Nitu Pérez Osuna –que recordó al líder copeyano cuando el deslave de 1999, en las calles de Río Chico convertidas en ríos– tuvieron más que una palabra para despedir a Enrique Mendoza.
Dolorosa partida que nos recuerda, sin embargo, que por encima de las diferencias y la pugna política prevalece la amistad y la decencia, lo que siempre caracterizó a la Venezuela de brazos y puertas abiertas.