Desde el 27 de septiembre de 2011 Conferry sufrió lo que muchos empresarios llamaron el mal de Chávez, la expropiación.
Por: Raymond Azar / thefreedompost
Dicha deseada expropiación del exmandatario venezolano, que acostumbro al país a esto, a una especie de «robo autorizado». Y hablo de «robo», porque esta empresa como muchas otras más expropiadas por el dictador venezolano nunca fueron pagadas a sus dueños «Los Tovar», los que pudieron correr con «suerte» de recibir algo, aunque sea, siempre fue por un precio muy por debajo del valor real de las empresas afectadas.
Conferry tampoco es que era un servicio cinco estrellas, pero si un monopolio de trasporte marítimo, evidentemente atractivo para generar mucho dinero, tampoco sus buques estaban en las mejores condiciones, de hecho los 3 buques expres o buques rápidos, que poseía la empresa, tenía motores prototipo de la Caterpillar, algo que muy pocos hablaban, causa de sus continuas fallas mecánicas, las continuas quejas de usuarios abrieron las agallas de Hugo Chávez. Todos sabemos cómo terminó esto, una competencia entre administraciones salientes y entrantes y el mismo ministerio de espacios aéreos y acuáticos para ver quien traía buques nuevos. Otra estafa más, estafa por la cual el Capitán De Navío Luís Ojeda y el Ex Ministro Heber García Plaza terminaron perseguidos por la dictadura que tanto defendieron, el primero preso en el helicoide y el segundo en el exilio.
También hubo otros directores de turno que colaboraron a la picada de esta empresa, como Los Vice Almirantes Arístides Yibirin Pelufo y Ramón Alirio Durán González, quizás de los que más daño hicieron a esta empresa de más de 50 años en operatividad.
Esa continua competencia dejó de lado a los antiguos buques, hoy en día los 8 buques con los que se intervino la empresa ninguno está operativo, literalmente inservibles, solo son basura de reciclaje.
De manera silenciosa el Ministerio de Espacios Aéreos y Acuáticos autorizó la canibalización de dichos buques por «obsolescencia absoluta», es decir, trituración y desarme de dichas naves para deshacerse de la chatarra por «fines ambientales».
Dicha operación se hará a través de CORPOEZ (Corporación Ecosocialista Ezequiel Zamora) que es la empresa de «adquisición, comercialización y exportación de material estratégico» (Metales, cobre, acero naval, entre otros), así dice su lema. Lo típico de cualquier organización dirigida por la dictadura de Nicolás Maduro.
La pregunta es: ¿A dónde irá a parar la monetización de la chatarra? Nadie sabe, lo único que es seguro que no será a los bolsillos de los verdaderos dueños, tampoco a la optimización de la empresa y mucho menos en salarios o bonos a sus empleados.
Conferry es un espejo de la descomposición y destrucción que deja el socialismo a su paso. Esta empresa es también un reflejo de como está el país hoy en día.