Don Omar, uno de los pioneros del reggaetón, ha revelado que está luchando contra el cáncer. El creador de éxitos como Danza Kuduro, Dile, y Dale Don Dale no ha especificado qué tipo de cáncer enfrenta, pero sí ha compartido un mensaje en Instagram acompañado de una foto donde aparece con una pulsera del Orlando Health de Estados Unidos.
“Hoy sí, pero mañana no tendré cáncer. Las buenas intenciones son bien recibidas. Nos vemos pronto. #fuckcancer”, expresó en sus redes sociales. Las muestras de solidaridad hacia el artista han sido inmediatas. “Mantén la cabeza alta, hermano. La salud es una bendición”, comentó Sean Paul. “¿Cómo?”, publicó Juan Magán, conocido como el ‘rey’ del electrolatino en España.
Un mes atrás, Don Omar fue homenajeado por el Centro Superior de Investigación y Promoción de la Música de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) por su rol clave en el género, celebrando su “impacto innovador en la música urbana”.
“Estamos más que emocionados de agradecer a la comunidad de la UAM por este increíble reconocimiento. La música urbana se trata de hacer resonar la voz del cambio social en todo el mundo. Inspirados en nuestras ricas raíces caribeñas, hemos creado melodías que resuenan profundamente, especialmente con la juventud. La música rompe todas las barreras, y ser celebrado aquí es un gran honor, un verdadero hito para el futuro de la música”, agradeció entonces el artista a la organización.
Don Omar ha sido clave en la expansión global del género urbano junto a figuras como Daddy Yankee y Tego Calderón. Sus temas no solo dominaban las compilaciones estivales del Caribe Mix, sino que también definían un estilo musical centrado en la libertad y el disfrute. Su identidad única sigue influyendo en las listas de éxitos internacionales dos décadas después.
Su primer álbum, The Last Don, lanzado en 2003, y su posterior éxito, Meet The Orphans en 2010, son reconocidos como fundamentales en la historia y evolución del reggaetón y la música latina. Don Omar ha logrado fusionar una variedad de subgéneros en su música, mezclando ritmos caribeños con otros más urbanos y contemporáneos, demostrando una evolución constante en su arte. Danza Kuduro, en particular, no solo fue un hito en su carrera, sino que también se convirtió en un himno global que trascendió las barreras culturales y geográficas.