La red social X se ha convertido en el centro de la esfera pública venezolana, donde se lleva a cabo la conversación política. Sin embargo, hay dos ideas en circulación que vale la pena examinar con detenimiento.
La primera idea es la de «más unión y participación» frente a los abusos del gobierno. Si bien esta consigna suena bien, a veces se utiliza como excusa para evitar preguntas incómodas.
¿Qué debe hacer la oposición si el gobierno no permite que elija a su propio candidato? Algunos analistas parecen descartar la posibilidad de elecciones fraudulentas, donde el espacio para una transición de poder a través del voto está cerrado. Ante esto, ¿sería válido participar en unas elecciones donde Maduro solo acepta competir contra un candidato chavista? ¿Votaríamos en una elección entre Maduro y un candidato que solo busca ayudar al gobierno a legitimar un proceso fraudulento? Este escenario no es hipotético, sino una posibilidad real. Si el gobierno convierte las elecciones en un simulacro, el debate sobre la participación se vuelve irrelevante, ya que el resultado será el mismo sin importar la postura que se tome. Es importante reconocer esta realidad y centrarse en lograr condiciones mínimas que permitan una transición.
La segunda idea es que no debemos enfocarnos tanto en las elecciones presidenciales, sino en la reconstrucción institucional del país. Es cierto que el Tribunal Supremo de Justicia no es una institución independiente, sino un apéndice de la dictadura.
Por tanto, es importante trabajar por una gradual reconstrucción institucional, con instancias independientes que puedan dirimir conflictos e implementar acuerdos. Sin embargo, esto implica nombrar figuras imparciales en cargos clave, como el fiscal general y los magistrados del TSJ, algo que el gobierno jamás permitiría.
La reconstrucción institucional se enfrentaría a los mismos obstáculos que las elecciones, con pocas probabilidades de que el gobierno ceda. Es más factible que cometan un error de cálculo en las condiciones electorales y permitan una transición. Por tanto, la oposición tiene razón en enfocarse en las elecciones.
En resumen, es necesario replantear estas dos ideas y considerar las dificultades y posibilidades reales que enfrenta la oposición en Venezuela. La participación en elecciones y la reconstrucción institucional son dos caminos a explorar, pero es importante tener en cuenta las limitaciones y los riesgos involucrados.