El caso de Daniel Sancho y Edwin Arrieta ha tomado giros dignos de un thriller macabro

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El hijo de Rodolfo Sancho mostró a las autoridades de Tailandia cómo llevó a cabo el descuartizamiento del colombiano.

El caso de Daniel Sancho (29 años) ha ido dando giros de guion como si se tratara del thriller más macabro de la historia. Dato tras dato e información tras información que se desvela a diario sobre el crimen resuelve varias incógnitas y genera otras. Han pasado 16 días desde que el hijo de Rodolfo Sancho (48) ingresó en la cárcel y 21 desde que, presuntamente, asesinó y descuartizó a Edwin Arrieta.

En un primer momento, se dijo que había desmembrado el cadáver en 14 trozos, después en 15, y finalmente en 17. Ahora, la policía tailandesa ha desvelado el dibujo que Sancho les trazó en el que mostraba cómo llevó a cabo su desagradable plan.

El agente a cargo de la investigación, Surachate Hakparn, se lo mostraba a la reportera de En boca de todos trasladada al país asiático. El también conocido como Big Joke revelaba el verdadero paradero de Sancho, el cual se pensó desde un primer momento que era la prisión tailandesa de Koh Samui. Según declaró, «Daniel no ha estado nunca en la prisión de Koh Samui», sino que dormía en la de Surat Thani y que sólo era trasladado a la de Samui para reunirse con su madre, Silvia Bronchalo (48) y realizar los interrogatorios.

La otra noticia también desconcertó a los oyentes de Cuatro y a los propios periodistas. Y es que fue el propio chef el que dibujó de su puño y letra el paso a paso del desmembramiento del colombiano. Una imagen que perturba a cualquiera. De todos los trozos que hizo del cuerpo, por el momento sólo se han encontrado ocho. Código 10 ha tenido acceso al boceto. 

La cabeza, el torso, las partes superiores de los brazos, las inferiores, las manos, los genitales, los muslos, las piernas y los pies. Un total de 17 cortes. Este fue el modus operandi que realizó a cabo Sancho antes de deshacerse de los restos en el mar y en el vertedero el pasado 2 de agosto, día del crimen. Como se puede observar en la imagen, cada corte tenía un motivo y no fue una decisión tomada a la ligera. Él ya sabía que acabaría descuartizando a Edwin. El día anterior, Daniel se desplazó a una tienda y fue captado por las cámaras de seguridad comprando varios objetos, entre ellos bolsas de plástico grandes, un gran cuchillo, guantes de goma, esponjas y detergente.

No fue hasta el 5 de agosto cuando confesó el asesinato. «Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Me tenía como rehénEra una jaula de cristal, pero era una jaula. Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho. Él estaba obsesionado conmigo. Me engañó, me hizo creer que lo que quería era hacer negocios conmigo, meter dinero en la empresa de la que soy socio. Que hiciéramos cosas juntos, que fuéramos a México, Chile, Colombia, a abrir un restaurante. Pero era todo mentira. Lo único que quería era a mí, que fuera su novio. Cada vez que intentaba alejarme de él, me amenazaba», declaraba a EFE.

Para él, su razón de peso por la que debía de sesgar la vida del colombiano radicaba en unas «amenazas» por parte de Arrieta con unos vídeos íntimos del chef si éste decidía romper su relación -la cual comenzó el año pasado- y que pondrían en jaque la reputación de su padre, Rodolfo.

Ahora, el nieto de Sancho Gracia se enfrenta a la condena más dura: la pena de muerte. La policía tailandesa ya ha descartado reducirla y conmutarla por cadena perpetua. No prepararemos ningún informe para pedir una reducción de la condena. No lo hemos hecho y no podemos hacerlo», subrayaba Big Joke a Efe.

Con información de El Español