EL CLUB DE COMPADRES: La alianza económica que mantiene con vida al régimen venezolano

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Atrás quedaron los días de anaqueles vacíos. La desoladora estampa de las largas colas y los estantes sin alimentos ni víveres, o de aquellos que exhibían un solo producto en serie para disimular la sequía, es ahora un amargo recuerdo de los años de escasez aguda en Venezuela. En la actualidad, resulta posible comprar una que otra marca nacional y hay un despliegue de importadas entre las que sobresalen las procedentes de Turquía. Desde 2017, año en que arreciaron las sanciones de Estados Unidos, alimentos como pasta y harina de trigo turca comenzaron a llenar las repisas y pasaron a formar parte de la dieta de los venezolanos.

GITANJALI WOLFERMANN Y LISSETH BOON // EL TIEMPO

A primera vista, los paquetes de espagueti y rigatoni con ‘nombres raros’ podrían pasar como otras pastas de factura venezolana. Pero las frases impresas en el reverso de los productos no dan lugar a confusiones: türkiye’de üretilmitir (‘hecho en Turquía’). “No son tan buenas como las criollas, quedan medio pegotosas, pero me las llevo porque cuestan más barato”, comenta una compradora sesentañera cerca de un estante lleno de jabones de baño en barra, crema corporal y champús con sello turco, también.

Las pastas alimenticias y harina de trigo de Turquía se consiguen no solo en pequeños abastos, sino también en supermercados de tradición y en los llamados bodegones (especie de tiendas de conveniencia con productos importados), que han irrumpido con sospechosa intensidad en arruinados pueblos y ciudades de Venezuela durante los últimos cinco años.

Incluso, los espaguetis turcos son un componente fijo de las cajas de alimentos subsidiados del programa Clap, aunque Nicolás Maduro haya asegurado en marzo de 2021 que la caja era “0 % productos importados”. El dictador fue desmentido por el anuncio oficial de la llegada en barco de 8.000 toneladas de pasta alimenticia destinada a las Clap procedentes de Turquía el pasado mes de julio.

La peculiar alianza con Turquía no es la única. A medida que se deterioraron las relaciones del chavismo con Estados Unidos y creció el desprestigio internacional de Maduro por sus prácticas antidemocráticas, su régimen comenzó a abrirse a otros escenarios en busca de socios comerciales e ideológicos. En muchos casos, Maduro se apoyó en relaciones propiciadas por el expresidente Hugo Chávez, pero también echó mano de aquellas forjadas mientras él fungió como canciller de la República entre 2006 y 2012.

Más de 1.200 acuerdos

Sin importar la distancia geográfica, en el último lustro Maduro ha reforzado alianzas con naciones que tienen en común su aversión contra Estados Unidos, gobiernos autoritarios con mandatarios con larga permanencia en el poder y altos índices de corrupción.

La revisión de documentos oficiales disponibles, como gacetas y notas de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores, permite estimar que, durante la era chavista, Venezuela ha firmado con estas naciones al menos unos 1.237 convenios, tratados y acuerdos de cooperación por un monto que ronda los $ 173.000 millones, aunque la opacidad que rodea estos negocios impide conocer la verdadera magnitud de los montos transados.

Ómar Zambrano, economista y fundador de la consultora Anova, publicó una investigación que demostró que a raíz de las sanciones, y como consecuencia de la parcial liberalización de la economía que ha operado desde entonces, además de la dolarización y el fin de los controles, el efecto ha sido contrario al esperado con relación a la disponibilidad de bienes y servicios, justamente debido a las alianzas que ha tejido la dictadura de Maduro.

“Cuando se ve lo que pasó con las importaciones de alimentos y medicinas hacia Venezuela, al contrario de lo que se pudiera pensar, ahora están más disponibles que antes de las sanciones. Es un resultado contraintuitivo, pero es consecuencia de la alianza económica con aliados como Turquía, Irán, China, India y Rusia”, aseguró Zambrano.

Tres factores claves

El economista señaló que la alianza económica con estos países ha sido clave para Maduro por tres factores, siendo el primero de ellos la capacidad para comerciar bienes y servicios de primera necesidad, sobre todo alimentos y medicinas.

Además de paliar el desabastecimiento, Zambrano explicó que las alianzas le han permitido a Maduro usar un sistema financiero de corresponsalías que no depende de los circuitos tradicionales.

“El hecho de poder mover fondos hacia Venezuela, aunque sea parcialmente, vía los sistemas financieros de Rusia, Irán y los Emiratos Árabes, le ha servido como sustituto parcial de las operaciones financieras que pasan por Nueva York y Londres”, dijo el economista.

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