El derroche y la batalla legal que protagoniza el ganador del Powerball de 2.000 millones de dólares

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En noviembre de 2022, el mundo quedó sorprendido por la noticia de que el famoso juego de lotería Powerball de Estados Unidos tenía un ganador afortunado que se llevaba a casa un premio récord de 2.000 millones de dólares. Aunque inicialmente deseaba mantenerse en el anonimato, las leyes de la Lotería de California lo obligaron a revelar su identidad en una conferencia en febrero pasado.

Desde que se llevó el premio gordo en noviembre, Castro ha cometido una serie de errores financieros que los expertos en planificación económica aconsejan evitar a toda costa. Paul Karger, cofundador y socio director de TwinFocus, una empresa de asesoramiento que gestiona más de 7.000 millones de dólares para familias de alto patrimonio, recomienda a sus clientes esperar entre seis meses y un año antes de realizar compras importantes.

El primer y más llamativo error de Castro fue su obsesión por las propiedades inmobiliarias en California, especialmente en Hollywood Hills, un enclave de las estrellas de Hollywood. Tan solo unas semanas después de su victoria, Castro compró una mansión de tres pisos por la exorbitante suma de 25,5 millones de dólares. Esta elección va en contra de la recomendación de los expertos a los ganadores de lotería, que aconsejan tomarse un tiempo antes de realizar inversiones significativas.

Se estima que la mansión de Castro en Hollywood Hills, con todas sus comodidades, probablemente le costará entre 255.000 y más de un millón de dólares al año en mantenimiento. Un gasto que podría convertirse en una carga financiera a largo plazo.

Pero eso no fue todo. Castro continuó su impresionante racha de compras adquiriendo una casa de inspiración japonesa en Altadena, California, su ciudad natal, por 4 millones de dólares. Además, adquirió una megamansión de 47 millones de dólares en Los Ángeles, con todas las comodidades imaginables. No contento con sus compras de bienes raíces, Castro también se dio el gusto de adquirir un Porsche 911 de época por la suma de 250.000 dólares, según reportes del New York Post en abril.

Además, Castro eligió recibir su premio en efectivo, alrededor de 1.000 millones de dólares libres de impuestos, en lugar de optar por el pago total de 2.040 millones de dólares a lo largo de 29 años, una opción recomendada por asesores financieros para una administración prudente de la riqueza.

Las personas a menudo se centran en el potencial de ganancia sin comprender el riesgo de pérdida, advierte el planificador financiero Nicholas Bunio. Esta falta de comprensión puede llevar a decisiones financieras irresponsables.

La demanda interpuesta en febrero por un individuo que afirma ser el verdadero ganador de los 2.000 millones del Powerball ha vuelto a ser noticia en los últimos días, luego de que el demandante añadiera una demanda enmendada en la que asegura haber recibido amenazas de muerte.

La demanda expone que el boleto ganador del sorteo, que supuestamente era de su propiedad, habría sido robado por su inquilino en ese momento, Urachi F. Romero, quien lo entregó al reconocido ganador oficial, Edwin Castro.

Frente a esta acusación, Romero negó tener cualquier vínculo con Castro y aseguró que no se apropió del boleto. Sin embargo, admitió que Rivera, quien le alquilaba una habitación en su casa, le mostró el boleto ganador y le explicó la selección de los números.

La demanda de Rivera subraya las dificultades que ha enfrentado debido a sus afirmaciones de ser el verdadero propietario del boleto ganador y que además ha recibido amenazas de muerte anónimas. Estas amenazas han llevado a Rivera a abandonar su trabajo como jardinero por razones de seguridad para él y su familia, según el documento legal.

Por su parte, la Comisión Estatal de la Lotería de California ha reiterado en varias ocasiones que el ganador legítimo de los 2.000 millones de dólares es Castro. Argumentan que sus rigurosos procesos de verificación de ganadores no permiten fraudes como los que se alegan en este caso. Además, han afirmado que el derecho a un premio de lotería proviene únicamente de la posesión del boleto ganador, no simplemente de haberlo comprado.

Hasta la fecha, Edwin Castro no ha hecho declaraciones sobre las acusaciones. Sin embargo, su abogado, David De Paoli, afirmó en julio pasado que la demanda carece de una base legal sólida y que una de sus principales deficiencias es la falta de claridad en cuanto a cómo, supuestamente, el boleto ganador llegó a manos de Castro.

La próxima audiencia en este caso está programada para el próximo viernes 29 de septiembre.

La historia de Edwin Castro se remonta a su infancia en Los Ángeles, donde asistió a Crescenta Valley High School en La Crescenta, California, y se destacó como Eagle Scout en los Boy Scouts, alcanzando el rango más alto del programa. Además de ser amante de los deportes, Castro jugó fútbol y béisbol desde la secundaria y disfrutaba de momentos familiares al aire libre, especialmente la pesca.

A los 30 años, Castro siguió una carrera en Arquitectura en la Universidad de Woodbury en Burbank, Los Ángeles, según confirmó la institución. Antes de su golpe de suerte, trabajó como mecánico en un taller de autos antiguos modificados llamado H & H Flatheads Forever en La Crescenta-Montrose, California. Su trabajo implicaba una amplia gama de tareas, desde desmontar y limpiar motores hasta revestirlos y pintarlos. Además, tenía habilidades en diversos materiales y experiencia en la reparación de automóviles, especialmente los modelos clásicos.