“…No podemos olvidar que las conexiones más importantes son las conexiones humanas. Porque en la sociedad de hoy en día, la calidad de vida de las personas depende en gran medida de esa conexión. Y es aquí donde entramos nosotros. Ofreciendo conexiones que unan a las personas, en lugar de aislarlas; conexiones que inviten a las personas a ser ellas mismas, a expresarse, a compartir”.
Por El Nacional
Qué bonitas palabras para definir la misión de una empresa transnacional que se dedica a las telecomunicaciones. Así define Telefónica su razón de ser, por lo menos en su página web, la que ve el público en el mundo entero. Sin embargo, hay hechos que demuestran la poca importancia que le dan al derecho de las personas de mantenerse comunicadas o incluso de expresarse libremente, y esos hechos se remiten al colaboracionismo que ha mantenido con el gobierno chavista aquí en Venezuela a través de Movistar, que la han utilizado para coartar la libertad de expresión y la privacidad de miles de venezolanos.
Descrito así, el comportamiento de la empresa española Telefónica podría no llamar mucho la atención. Pero hay que hablar claro, aunque esta compañía eluda cualquier tipo de declaración al respecto, bloquear páginas web de organizaciones no gubernamentales de defensa de derechos humanos, de medios de comunicación venezolanos y extranjeros no es una acción cónsona con lo que definen como “misión” empresarial; más bien los pone en la acera de los que piensan solo en el negocio y en el dinero que genera, pues no tienen escrúpulos a la hora de cumplir las órdenes de Miraflores.
Y si solo fuera esto. Pero la consecuencia de las acciones de Telefónica-Movistar son aún más graves, pues el otro brazo ejecutor ya no se dirige a páginas web sino a individuos, a venezolanos a los que le interviene su línea e incluso vulnera su privacidad al entregarle su data al gobierno. Estas acciones la convierten en un instrumento de la violación de los derechos humanos de miles de venezolanos. Y es seguro que si se cruza la lista de suscriptores intervenidos con la lista de perseguidos y procesados como presos políticos saltarán muchas coincidencias. ¿Cómo queda esto en la hermosa descripción de valores de la empresa?
No por ser una transnacional está exenta de cumplir con los más elementales principios de respeto a los derechos humanos. Lo que hace el gobierno pinchando teléfonos y cerrando páginas web es una violación directa y sin el menor disimulo. ¿Quiere Telefónica-Movistar ser parte de este expediente? Hay que insistir porque el silencio de la empresa ha sido demasiado elocuente y quizás es porque no se ha dado cuenta de que hay venezolanos que pueden perder la vida tan solo por su intervención.
¿Eso es ser una empresa seria, responsable, con valores humanos? ¿O es anotarse con la peor de las barbaries que ha castigado y sigue castigando a Venezuela? No pueden decir que están atados de manos, pues por encima de cualquier negocio debe estar el respeto a la vida y a los derechos de las personas. No se trata de leyes de un país que no existen en otros, pues la libertad de expresión y el derecho a la privacidad son sagrados en cualquier parte del mundo. ¿Quieren pasar a la historia como un instrumento nefasto del gobierno chavista?
Estos delitos se juzgan internacionalmente y no prescriben. Ojalá que tomen esto en cuenta en las altas esferas de Telefónica-Movistar.