La Antártida, hogar de la mayor masa de hielo del planeta, está experimentando mínimos históricos en su capa de hielo. Desde 2012, el hielo se ha estado derritiendo tres veces más rápido, lo que ha llevado a un aumento acelerado en el nivel del mar. Los expertos del Centro Nacional de Datos sobre Hielo y Nieve de Estados Unidos (NSIDC, por sus siglas en inglés) han analizado datos satelitales que muestran que el hielo marino de la Antártida está por debajo de cualquier nivel anterior registrado durante la temporada de invierno (marzo-octubre).
Con información de Infobae
Walter Meier, uno de los investigadores del centro, describió la situación como «casi increíble», ya que la superficie de hielo marino alrededor de la Antártida está muy por debajo de los niveles invernales anteriores. En promedio, en los últimos 30 años, la superficie con hielo en la Antártida en esta época del año ha sido de 18.750 millones de kilómetros cuadrados. Sin embargo, en septiembre de 2022, la superficie con hielo fue de solo 18.200 millones de km², estableciendo un récord histórico en ese momento. Pero este récord fue superado en septiembre de 2023, cuando el hielo cubría solo 16.892 millones de km².
Además de la disminución del hielo marino, las aguas cercanas a la Antártida han experimentado la mayor acumulación anual de hielo flotante durante las últimas semanas de septiembre. El hielo flotante desempeña un papel crucial en el equilibrio climático al actuar como un espejo que refleja las radiaciones solares. Sin embargo, a medida que el hielo desaparece, el agua marina se calienta, lo que facilita la destrucción de los glaciares y contribuye al aumento del nivel del mar.
La profesora Caroline Holmes, del Servicio Antártico Británico, advierte que los impactos de la reducción del hielo marino en la Antártida podrían volverse más evidentes durante el verano austral, lo que podría desencadenar un ciclo de retroalimentación de derretimiento del hielo incontrolable. A medida que más hielo antártico desaparece, se forman áreas oscuras en el océano que absorben la luz solar en lugar de reflejarla, lo que provoca un aumento de la temperatura del agua y, a su vez, un mayor derretimiento del hielo. Este fenómeno, conocido como el efecto albedo del hielo, podría alterar el papel de la Antártida como regulador de las temperaturas globales.
El derretimiento del hielo antártico puede atribuirse a varios factores, como las temperaturas récord de los océanos este año, que impiden la congelación del agua caliente. Además, los cambios en las corrientes oceánicas, los vientos y el fenómeno de El Niño también pueden influir en esta situación.
Los científicos advierten que la Antártida se está volviendo cada vez más vulnerable al cambio climático, lo que plantea preocupaciones sobre el futuro del continente helado. El profesor Martin Siegert de la Universidad de Exeter dice que el derretimiento del hielo antártico es un fenómeno climático extremo que no se había observado en los últimos 40 años. La falta de datos dificulta predecir con certeza lo que sucederá a largo plazo, pero las tendencias actuales indican que el peor escenario para la Antártida podría estar acercándose.
El derretimiento del hielo terrestre de la Antártida ha contribuido con 7,2 mm al aumento del nivel del mar desde 1990, lo que la sitúa detrás de Groenlandia en términos de contribución global. Incluso un pequeño aumento en el derretimiento del hielo tendría consecuencias devastadoras para millones de personas en todo el mundo, especialmente para aquellos que viven en comunidades costeras y bajas. Es urgente tomar medidas para frenar el derretimiento del hielo antártico y mitigar los efectos del cambio climático antes de que sea demasiado tarde.