El número dos del régimen es el número uno con el mazo. Hasta cuatro horas de transmisión televisiva con público presente que corea todo lo que propone y alardea. En el secuestrado canal del Estado venezolano. Por cierto, al dos no le gusta que llamen régimen al régimen: pudiera asumirlo solo por el hecho de que tienen a todo el mundo a dieta… a régimen. Admitamos que si alguien desprevenido ve a Maduro nunca pensaría que en este país se pasa hambre.
Al dos ㅡrango de cuando estaba el comandante y cuando no estáㅡ no le gustó la conferencia internacional de Bogotá. No es capaz de decirlo tal cual, pero tiene unas ganas… quizás en unos programas más adelante. Le reclama a Petro, por ejemplo, que no leyó en la reunión, a la que asistieron 19 países invitados y Josep Borrell como representante de la Unión Europea, las cinco condiciones demenciales que exige el régimen para ir a elecciones. Sabe que de realizar comicios tan solo medianamente limpios los perderían. Esa certeza les viene desde las parlamentarias de 2015, cuando fueron derrotados por paliza, tanto que inventaron una constituyente y elevaron la trampa a rango constitucional.
Otro mazazo del programa del número dos es que ninguno de esos países ㅡpor ejemplo, Alemania, Francia, Reino Unido, Chile y sus propios amigos de Bolivia, Honduras y Argentinaㅡ tienen la democracia que nos gastamos en Venezuela. Solo hay un problema señor dos: solo se lo creen los aplaudidores de oficio que lleva al programa y quién sabe, porque la «dieta» por asistencia a programas de televisión de los jerarcas del régimen debe ser una limosna. Aplauden, pero no creen.
El dos, que se regocija en sus propias burlas y desprecio hacia cualquier venezolano, llamó «cobarde» a Juan Guaidó por salir del país ante el acecho al que está sometido él y su familia. Como si fuera mentira que en las cárceles del régimen ㅡque es el destino que él quiere para Guaidóㅡ se maltrata, humilla y tortura. Todo está documentado. Más pronto o más tarde serán juzgados por eso. Por eso temen tanto a la investigación de la Corte Penal Internacional.
La entrada en política del dos ㅡhay que recordarloㅡ ocurrió entre la noche del 3 y la madrugada del 4 de febrero de 1992. Fue parte del grupo ㅡni siquiera el dos, entoncesㅡ que haciendo uso de las armas que la República le confió para garantizar la seguridad y la protección de la nación, se fueron a la caza del presidente de la República, su familia y quien se interpusiera. Eso no es, precisamente, de valientes, de gente corajuda, y, por el contrario, puso al descubierto, muy pronto, la catadura de los golpistas y su forma alevosa de actuar.
Alevosía significa: “Cautela para asegurar la comisión de un delito contra las personas, sin riesgo para el delincuente. Es circunstancia agravante de la responsabilidad criminal. También traición, perfidia”.