El PSUV: de gigantesco respaldo popular a colosal rechazo y vandalización de comandos de campaña de María Corina Machado

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El legado de Hugo Chávez ha sido constantemente utilizado por la alta dirigencia del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) como una estrategia para mantener cautivos a sus seguidores y asegurar su respaldo popular. Sin embargo, la ineficiencia gubernamental y la crisis multidimensional que afecta a la población han hecho imposible contener el deslave social. Esta crisis se ha visto agravada por la corrupción desenfrenada y el cinismo de los dirigentes, que buscan apoyo social mientras ellos mismos ostentan riquezas y excesos.

En este contexto, es evidente la desesperación que actualmente embarga al PSUV y al gobierno de Nicolás Maduro, quienes recurren a la vía violenta para atacar el desarrollo del proceso de elecciones primarias convocado por la oposición venezolana. Su estrategia central parece ser evitar el crecimiento de la fuerza electoral que está logrando María Corina Machado en cada rincón de Venezuela.

Es inevitable reconocer el desequilibrio en el que se encuentra el régimen en su conjunto, arriesgando todo su capital electoral y actuando de manera irresponsable al mantenerse en el poder negando las vías democráticas. Este régimen atenta de manera irracional contra la dirigencia opositora, incluso en regiones como Apure, donde el apoyo popular acumulado por Hugo Chávez llegó a rondar el 80%. Queda claro que en las profundidades del régimen hay indicios de autodestrucción, pues por primera vez en mucho tiempo está siendo desafiado por una fuerza diferente que busca disputar el poder sin concesiones ni pactos para converger en una dinámica de complicidades.

El madurismo, como la fase avanzada de la destrucción del chavismo, ha tenido que construir su fuerza interna para mantenerse a flote. En este sentido, han surgido figuras como Delcy y Jorge Rodríguez, así como Tareck el Aissami, quien ha quedado sepultado por las estrategias de los hermanos Rodríguez. Nicolás Maduro se encuentra en una posición delicada rodeado de conspiraciones, y muchas miradas apuntan a Diosdado Cabello, quien ha pasado de momentos en los que su rol se reducía a ser comentarista de su pobre programa de televisión, para luego volver a emerger cuando parece inevitable la ruptura y la presencia del sector militar se vuelve determinante en una hipotética reconfiguración del poder. Esto podría llevar a la salida de Nicolás Maduro y a un proceso de entendimiento nacional hacia una transición democrática, que incluya la participación de factores que la mayoría opositora no consideraría viables, pero que resultan inevitables en un escenario de esta naturaleza.

El gran enigma radica en la participación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y la ubicación de Vladimir Padrino López en esta conspiración que parece avanzar a paso acelerado. Es necesario contener el creciente liderazgo de los sectores opositores, que están renovados por la esperanza que la población tiene de un cambio político en el país, así como la imperiosa necesidad de la salida de Nicolás Maduro del poder.

En conclusión, Padrino López y la FANB siguen siendo los sectores clave para el cambio político en Venezuela.