El sur de California enfrenta una crisis devastadora debido al incendio Line, que continúa ardiendo sin control desde el 5 de septiembre. Miles de residentes han sido evacuados, mientras el fuego amenaza cerca de 35.000 viviendas.
Según informes locales, las condiciones climáticas, como una intensa ola de calor y fuertes vientos, han acelerado la propagación del incendio, dificultando los esfuerzos de contención. Más de 600 bomberos están luchando contra las llamas, pero el terreno accidentado y el clima extremo han complicado sus labores.
Hasta ahora, al menos tres bomberos han resultado heridos durante los esfuerzos por controlar el fuego. La Guardia Nacional ha sido movilizada para ayudar en las evacuaciones y brindar apoyo logístico a los equipos de emergencia.
El incendio ha consumido más de 20.000 acres en el área de Highland, en el Condado de San Bernardino, lo que ha llevado a las autoridades a emitir órdenes de evacuación obligatorias y a habilitar refugios para los desplazados.
Aunque las causas del incendio aún se están investigando, se sospecha que la sequía extrema y el cambio climático han sido factores clave en su inicio y propagación. El Distrito de Gestión de la Calidad del Aire de la Costa Sur (AQMD) emitió un aviso de humo para el área de Southland, incluyendo regiones cercanas a Santa Clarita.
En respuesta a la emergencia, el estado obtuvo una Subvención de Asistencia para el Manejo de Incendios (FMAG) de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), lo que permitirá a los afectados acceder a beneficios como desempleo y exenciones de tarifas para documentos legales como certificados de matrimonio, nacimiento y reemplazo de licencias de conducir.