Nativos de San Rafael y de El Tisure en los paramos andinos le hicieron el regalo el cual fuen entregado con un certificado de autenticidad de origen.
La ruana que le regalaron en Mucuchíes tiene un significado especial pues fue tejida en 1967 por el recordado andino Juan Felix Sanchez.
La ruana del gran Juan Félix Sánchez es ahora de María Corina.
Juan Félix Sánchez, el arquitecto del páramo
Hay un lugar mítico en los páramos andinos: La Capilla de Piedra de Juan Félix Sánchez. Llegar no es fácil, pero maravillarse en ese entorno es instantáneo. Su célebre Capilla de Piedra de San Rafael de Mucuchíes, una de sus construcciones emblemáticas, la cual se aprecia desde la carretera Trasandina, es sitio de interés para devotos y turistas.
Juan Félix fue juez sin estudiar Derecho, arquitecto sin pasar por las aulas universitarias, agricultor como buen merideño y hasta político, asunto que pronto dejó para ocuparse de su pasión: el arte.
Autodidacta y empírico se inspiraba en su fe, tan sólida como la cordillera. Nació con el siglo, en 1900 y moriría con él, en 1997. Dejó sus estudios muy pronto y trabajó con su padre conociendo los secretos del cultivo de las fértiles tierras andinas.
Aprendió también el arte de tejer en lana cruda, muy propio de la fría región. Su maestra sería la madre de quien escogería como compañera de vida, Epifania, una silenciosa y laboriosa mujer que lo secundaría hasta el final.
Familia de profunda fe, como es común entre los andinos, realiza su primera obra escultórica en 1935, tallas elaboradas en mármol, un Cristo, La Virgen y María Magdalena. En 1941 trabaja en la reconstrucción de la iglesia del pueblo.
Llegó a ser el más famoso tejedor de la comarca. Sus tejidos de mantas y ruanas destacaban por su diseño, combinación de colores y materiales.
Uno de sus más famosos comentarios fue: “Yo no hice esto por facha, ni para nada, sino ideas mías para tener una obra aquí, porque uno por donde pasa debe, más que sea, rastro dejar, una huella… Y cuando yo me muera me voy a ir al sitio de los sueños, en donde sabré si los sueños míos eran verdades…”.