La oposición mayoritaria, cuyos partidos han sido desmantelados por la Sala Constitucional del TSJ, enfrenta el dilema de ir o no a las parlamentarias. Politólogos creen que se debe ir a la contienda, previa afinación de estrategias, en unidad y haciendo uso de las pocas tarjetas disponibles
Sofía Nederr / TalCual
La oposición mayoritaria, cuyos partidos han sido desmantelados por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), enfrenta el dilema de ir o no a las parlamentarias de 2020. Sí concurre a la contienda, con los cambios del sistema que hará el nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), se expone a las posibilidades de fraude, pero sino va perderá un terreno importante de lucha.
Un grupo de analistas señalan a TalCual que el camino es la unidad, el consenso y la organización para ir a los venideros comicios. Subrayan que el único escenario que respalda la lucha por el cambio político, hasta el momento, es la Asamblea Nacional (AN). Con lo cual, desdibujarse del poder legislativo sería reencontrarse con el fantasma de 2005 que tantas sombras acarreó.
“Creo que la oposición debe participar en las elecciones parlamentarias, pero no debe participar de cualquier manera. El tema fundamental de la participación opositora tiene que ver con la condición unitaria, puede presentar un bloque con el mayor número de fuerzas partidistas, independientemente de que estén ilegalizadas. Para esto debe buscar una tarjeta que haya sobrevivido”, plantea el politólogo Luis Salamanca.
Para el politólogo, lo adecuado es lograr una alianza parecida a la que se estructuró en 2015. Cree debe enfrentarse el plan de Nicolás Maduro de construir un sistema de partidos hegemónicos mediante la eliminación de los partidos políticos más desafiantes. Destaca que, con el contexto actual, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), siendo minoría, termina siendo la organización predominante.
Asimismo, Luis Salamanca subraya que “no se debe abandonar el terreno de lucha y los venezolanos la ruta que más manejamos es la electoral, el voto”.
Expresa que el camino de la abstención tomado por la oposición en las parlamentarias de 2005, implicaría dejar todo el control de la AN al oficialismo y quizás alguno que otro diputado a los partidos que secundan la Mesa de Diálogo Nacional convocada por el gobierno y conocida como la “mesita”.
Oposición urgida
El politólogo Salamanca refiere que el reto de iniciar desde allá una estrategia para ir a las parlamentarias corresponde al presidente de la AN, Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de 60 países. Pero el asunto es que, acota, el dirigente no da ninguna señal sobre la construcción de las alianzas que son imperativas.
“Guaidó es el más interesado en retener a la AN y en formar una alianza en contra del autoritarismo, en luchar en el plano del fraude. Si se produce un fraude, habrá un argumento más sólido para seguir luchando.También hay que tener en cuenta que las parlamentarias no son las únicas elecciones y que habrá presidenciales”, indica.
Oposición sin excusas
Por su parte, el politólogo Carlos Raúl Hernández coincide con Luis Salamanca en que la oposición debe decantarse por las parlamentarias.
«Para ir a las parlamentarias la primera tarea es lograr una unidad perfecta. Ya sabemos que estamos frente a un gobierno autoritario. Por eso es importante la organización. El argumento del nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) a la medida del gobierno no es excusa. Con el CNE presidido por Tibisy Lucena se ganó masivamente la Asamblea Nacional (AN), así como gobernaciones y alcaldías. Hay muchos mitos, pero el triunfo o la derrota depende de que la gente vaya a votar y de la posibilidad de que, como en 2015 , se vaya en unidad«, puntualiza Carlos Raúl Hernández.
El analista cree que no se pueden acumular errores ni apostar a salidas que están fuera de la Constitución o vías insurrecionales como las dudas que surgieron tras la Oposición Gedeón.
«Hay que seguir insistiendo. Sí la oposición no participa en las elecciones parlamentarias, estaría lista la cubanización y se tendría una Asamblea Nacional a favor del gobierno», ataja Carlos Raúl Hernández. Asimismo, indica que una elección competitiva dependerá de que la oposición vote.
Añade que «los abstencionistas solo van a beneficiar a Nicolás Maduro como ocurrió en las elecciones presidenciales de 2018″.
Parlamentarias en el camino
El director de Delphos, Félix Seijas, indica que las parlamentarias son un punto en el camino de la oposición. Cree que si se inicia el trabajo de una vez, en dos meses la oposición estará en capacidad de decidir si va a elecciones parlamentarias, y llegar a una resolución con contenido.
¿Qué debe hacerse? «La oposición tiene que trabajar, coordinarse y establecer un tipo de dinamánica que plantee una ruta, una estrategia al país para el rescate de los derechos civiles y políticos para conectar con la población nuevamente y lograr el acompañamiento. Debe reducirse la incertidumbre y que quede claro hacia dónde van y de qué manera se va a dar ese espacio. Es importante plantear una dinámica para llegar al consenso y a una estrategia única. Esto debe hacerse no con miras a la próxima elección, pero si para el rescate de la institucionalidad del país. En el camino, se encontrarán las elecciones y verán si transitan ese camino», indica Félix Seijas.
Para el director de Delphos, el trabajo de la mayoría opositora es arduo. Pero debe armarse un expediente de cosas hechas, de logros y no logros antes de decidir sobre los comicios. Señala que si la oposición decide participar puede hacerlo con las tarjetas que están disponibles.
Además, Félix Seijas acota que el gobierno de Maduro ha ganado terreno durante la pandemia, mientras la oposición no ha sido tan asertiva. «Hay una pugna desigual, y la oposición debe buscar maneras de conectar socialmente», expresa.
Advierte que si la decisión opositora es no ir a las parlamentarias, se consolidará el proyecto chavista. Todo esto en un medio de un proceso electoral que el gobierno venderá como democrático ante sus aliados internacionales y para evitar ruidos dentros de instituciones como la Fuerza Armada Nacional (FAN).
Mientras tanto, crecerá la tensión a lo interno de los partidos y la presión interrna de la movilización social estará latente.
Cascarón vacío
El politólogo Fernando Spiritto es tajante al señalar que no están dadas las condiciones para que haya una elección competitiva. Además, el gobierno se encargó de desmantelar a la oposición mayoritaria y los partidos terminaron quedando como «un cascarón vacío».
«La oposición podría, eventualmente, estudiar alternativas para el tarjetón y el gobierno vender la idea de una elección democrática. Pero no será posible que la gente se movilice. Esta situación que se plantea con los cambios en el CNE y la situación de los partidos revela que las salidas al cambio político en Venezuela prácticamente están en cero. Con esto, nos devolvemos a 2005″, indica Spiritto.
El analista cree que con el escenario actual, y lo que se vislumbra hasta ahora, se perderá el apoyo internacional a Juan Guaidó, derivado de la AN. Pero, además, la oposición verá concretado la forma cómo se desdibujó el capital político obtenido en 2015 y potenciado en 2019.