ESCASEZ DE LA GASOLINA: El nuevo negocio para esbirros del régimen y tarifados del PSUV

0
356

Los venezolanos, por años acostumbrados a llenar los tanques de sus autos con menos de 10 centavos de dólar, hoy pagan hasta $4 por el galón de gasolina, en momentos en que el país con las mayores reservas de crudo del planeta se queda sin combustible.

POR ANTONIO MARIA DELGADO / El Nuevo Herald

La crisis de desabastecimiento también está conduciendo a la pérdida de toneladas de productos agrícolas que no han podido ser cosechados en los campos porque no hay forma de trasladar los productos hacia las ciudades.

“Te están vendiendo tanque (de un auto pequeño) en unos $30”, comentó el activista venezolano Carlos Julio Rojas de los precios que estaban siendo cobrados bajo la mesa en una estación de servicio en el sector capitalino de La Candelaria.

Los precios son un poco más altos en el occidental estado Zulia. “Allí uno consigue gasolina en el mercado negro, a un dólar el litro (unos $4 el galón),” dijo el ex genrente de PDVSA Horacio Medina.

 

Esos precios no son accesibles para la mayoría de los venezolanos, en un país donde el salario mínimo asciende a solo unos $4 al mes. Pero aún así, muchas personas están haciendo el esfuerzo y prefieren almacenar sus autos con algo de combustible para contar con el vehículo en caso de alguna emergencia.

A ese precio, la gasolina venezolana es una de las más caras en el mundo, equivalente a lo que el consumidor paga en países no productores como Chile o Aruba.

Oficialmente, la gasolina venezolana es la más barata del mundo, costando solo 6 bolívares por litro. Ese nivel representa un precio de menos de un centavo de dólar por galón, tomando en cuenta que el tipo de cambio de 100,000 bolívares por dólar.

Pero la escasez de la gasolina se ha convertido en un lucrativo negocio para agentes de la Guardia Nacional y miembros de las bandas paramilitares ligadas al régimen conocidas como colectivos, grupos que han tomado control de las estaciones de servicio.

Rojas, quien es coordinador de la agrupación civil Frente en Defensa del Norte de Caracas, dijo los agentes y los colectivos apenas están permitiendo la distribución de algunos litros de combustibles a precios regulares a los que llegan de primero en la cola, y al resto les ofrecen solucionarles el problema si regresan horas después dispuestos a pagar los precios inflados.

“Tienes que transartes con ellos. Ellos llegan a tí, te miran y miran al carro y allí es que ellos deciden cuánto van a cobrar”, dijo Rojas.

El que los venezolanos tengan que acudir al mercado negro para adquirir gasolina es irónico ante el hecho de que la nación sudamericana tiene las mayores reservas de petróleo probadas del mundo, con 298,400 millones de barriles, que superan los 268,399 millones de Arabia Saudita.

Pero el país sudamericano no está produciendo actualmente gasolina, dado que sus refinerías están totalmente paralizadas, comentó desde Washington Antonio De La Cruz, director ejecutivo de la firma Inter American Trends.

La gasolina que se consume en el país estaba siendo suministrada por la firma rusa Rosneft y la española Repsol y alguno que otro operador pequeño, explicó De La Cruz.

Pero ya Rosneft y Repsol han dejado de vender petróleo a Venezuela y lo poco que está llegando al país proviene de oportunistas pequeños que aún están dispuestos a asumir el riesgo de entablar negocios con el sancionado régimen de Nicolás Maduro, agregó el experto.

Un buque con hasta 250,000 barriles de gasolina estaba en camino hacia Venezuela enviado por la firma Maroil Trading Inc., del controversial empresario venezolano Wilmer Ruperti.

“Pero eso es solución para cuatro días”, dijo De La Cruz. “Ellos necesitan como mínimo unos 60,000 barriles diarios” para poder atender las necesidades básicas del país.

La escasez de combustible ha estado paralizando gradualmente el país conjuntamente con las medidas de cuarentena decretadas por el régimen de Maduro.

Informes de prensa resaltan que los grandes productores agrícolas en los estados andinos no han logrado trasladar sus productos hasta las principales ciudades del país porque no tienen forma de transportarlo.