El transporte de carga de alimentos y despachos de mercancía seca están prácticamente paralizados en la región zuliana. El gasoil solo se consigue en el mercado negro a un dólar por litro.
Por La Patilla
Javier Díaz es transportista desde hace 22 años. Dijo a La Patilla que en su vida como chofer, los últimos cuatro años han sido los peores vividos para poder conseguir o comprar gasoil. Contó que arriba a 21 días sin trabajar, porque no consigue gasoil en las estaciones de servicio.
“El domingo a las 9 de la mañana llegué a una cola del otro lado del puente sobre el lago, porque aquí en Maracaibo no se consigue. Debía poner el lunes. Sorpresa que me tocó el número 220 y solo surtieron 140 vehículo, todos de carga pesada”, dijo.
Para los conductores la realidad es dura y cruel. Muchos reciben pago por el trabajo que hacen a diario. “Si no sale el camión, no trabajamos ni tenemos dinero para la comida”.
Ante este escenario, los presidentes de Fedenaga y Fedecámaras han advertido que la situación se complica en el estado Zulia para la producción y distribución de alimentos por la escasez del carburante. Ante esto, el régimen de Maduro ya calificó a ambos gremios de que son portavoces de la realidad de saboteadores.
El surtido de gasolina también está grave en la ciudad, al punto que en el mercado negro este martes un litro de gasolina se cotiza en 1,5 dólares por litro.
Llama la atención de los usuarios la proliferación de ventas ambulantes ilegales de gasolina en algunas avenidas y zonas populares de Maracaibo y San Francisco.
La pregunta que muchos marabinos se hacen es ¿cómo si no hay gasolina en las estaciones, sí se vende en el mercado informal? ¿Quién está detrás de todo esto? ¿A quién obedece esta gente y dónde están los operativos que deberían realizar la fuerza pública para decomisar este producto? Las interrogantes crecen y no hay respuesta.
La marabina Heidy Olivar dijo que este mes no ha podido surtir ni una vez gasolina. En el argot zuliano dijo que ha quedado ponchada, a pesar de que lo intentó tres veces en diferentes ocasiones.
“Hice la cola en la estación de servicio de la parroquia Olegario Villalobos. Según mi cuenta, era la 191 a las 5:00 de la mañana. Cuando llegó el policía, empezó a repartir los números del 100 en adelante y se prendió la trifulca en la bomba, y la respuesta fue los primeros cien puestos son apoyo. El apoyo es los que pagan 30 dólares. Como quedé trasnochada y molesta, caminé para comprar cinco litros para poderme regresar a casa”, contó.
Desde mediados del mes de abril, se observa desolación en más del 59% de las estaciones en la ciudad. Según las estimaciones de las organizaciones de transporte público, la razón es que no hay ningún tipo de combustible. La informalidad y mercado negro ha crecido ante la mirada complaciente de las autoridades.