Francisco Alfaro: Hacer primarias sin haber canalizado el conflicto político es un error

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La Plataforma Unitaria se prepara para dos eventos: primarias y la reanudación de la negociación en México. Para el politólogo Francisco Alfaro, transitar por estos escenarios sin tener en cuenta la teoría del cambio y sin resolver problemas de base, solo traerán mayores conflictos entre la dirigencia y desconexión desde la población

Luisa Quintero – TalCual

Desde principios de mayo, la Plataforma Unitaria, la más reciente instancia aglutinadora de partidos políticos de oposición, delibera sobre varias cuestiones, entre ellas unas posibles primarias y la reanudación de la negociación en México.

En Panamá, lugar de las reuniones, discute primero el llamado G4 (Acción Democrática de Henry Ramos Allup, Primero Justicia, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo) para luego darle amplitud a las consultas al resto de la plataforma. Desde hace semanas, algunos dirigentes han salido de gira por el país presionando por primarias, mientras los representantes en la negociación con Nicolás Maduro se reúnen con sectores de la sociedad civil.

Dicha instancia ya prepara un reglamento para normar las primarias, donde ya se han definido algunos aspectos técnicos, aunque sin tanta efectividad en los puntos meramente políticos.

«Las elecciones deben ser lo antes posible. Voy a promover esa elección, no voy a hablar de candidatura, apoyaré salir a la calle a presionar, apoyaré al candidato unitario”, ha dicho el mandatario interino Juan Guaidó.

Para Francisco Alfaro, politólogo y doctor en Estudios de Paz y Conflictos, el poner las primarias como la solución a la crisis de liderazgo y los propios problemas internos de la oposición «es un error», pues deben reconstituirse los canales para dirimir dichos conflictos y buscar la inclusión de otros sectores políticos afines a sus luchas.

«Pretender con primarias resolver la crisis de representatividad y liderazgo dentro de la oposición es como poner los caballos por detrás de la carreta; es decir, se tiene que hacer primero el trabajo interno de reconstruir una plataforma que permita, insisto, resolver los conflictos internos de la oposición», dice el también integrante del comité ejecutivo de LASA Venezuela.

Respecto a la negociación, comenta Alfaro en entrevista a TalCual, es necesario tomar en cuenta la influencia de Estados Unidos y su actitud hacia la región, «específicamente hacia Venezuela, y tiene que ver un poco con el proceso de fragilización de capacidades del Estado que se ha ido dando en Venezuela».

Esta fragilización no se limita a los temas políticos, estructurales, humanitarios y sociales urgentes, recuerda el politólogo, «sino la dificultad o la falta de voluntad para prestar servicios públicos, para atender a la población o incluso fragilización de capacidades en torno al monopolio de la violencia legal del Estado en manos de grupos irregulares a lo largo y ancho del país».

—El discurso de los partidos parece apostar por primarias como mecanismo para resolver la crisis de liderazgo opositor. ¿Efectivamente ayudarían a romper la crisis o pueden profundizarla?

—Colocar las primarias sin previamente haber reconstituido mecanismos para la canalización del conflicto político, de las diferencias entre los liderazgos, es un error. Primero se debe apostar por reconstituir alguna instancia interna dentro de la oposición que permita conciliar estos aspectos y hacer esa plataforma más inclusiva. Segundo, replantear la estrategia de la teoría de cambio de acuerdo a los retos que exige el conflicto actual y el actual contexto y, finalmente, ampliar la incorporación de otros sectores opositores a una plataforma que se ha ido disgregando con el paso del tiempo por factores endógenos y por factores exógenos.

—La delegación opositora de la negociación en México está conversando con actores sociales (Frente Amplio, Foro Cívico). ¿Pero siguen siendo liderazgos creíbles para estar allí?

— La delegación opositora en la negociación de México se configura en torno a la Plataforma Unitaria que, hasta los momentos, ha sido la que ha logrado conciliar de la mejor manera el archipiélago opositor. Es importante lo que han venido haciendo de tener interacciones con sectores de la sociedad como el Frente Amplio, el Foro Cívico, el grupo de Boston, pero es importante que esa interacción se haga también con otro sectores de la sociedad, como las organizaciones humanitarias, las organizaciones de derechos humanos y, de alguna manera, habiliten canales de comunicación con lo que es la complejidad del país.

No se nos debe olvidar que el conflicto político y la emergencia humanitaria compleja se expresan de diversas maneras, dependiendo de la región. No es lo mismo en Caracas que en sectores rurales, fronterizos o selváticos. Esa interacción que está teniendo la Plataforma Unitaria debe ser lo más amplia posible para poder cumplir con uno de los puntos del memorándum de entendimiento de 2021 y que permita que esas demandas sociales se canalicen con un mecanismo como el de México; por un lado el conflicto político estructural —que es el conflicto gordo, a largo plazo, crónico pudiésemos decir— y, al mismo tiempo, ir resolviendo y transformando algunos conflictos que, por su urgencia, no pueden esperar a la resolución total del conflicto político.

EEUU plataforma unitaria primarias

En torno a la representatividad de estos liderazgos en la mesa de México, considero que sí siguen siendo representativos de la oposición en términos generales, pero es fundamental, reitero, que la oposición reconfigure mecanismos internos para la canalización de conflictos y una estrategia unitaria, por un lado y, por otra parte, para incorporar nuevas perspectivas y otros sectores opositores que, probablemente, no están representados allí. En todo caso, ese aumento de la inclusión no debe ser algo impuesto desde afuera.

—¿Unas primarias también podrían reconfigurar este espacio para hacerlo «más inclusivo» como solicita Maduro?

—Tanto la coalición dominante en torno a Nicolás Maduro como la coalición contendiente en torno a Juan Guaidó han señalado que su contraparte no es lo suficientemente inclusiva. Unos señalan que ahí no están sentados todos los sectores en torno al gobierno de Nicolás Maduro, y del otro lado se señala que no está sentado todo el espectro opositor. Ambos sectores tienen razón en ese aspecto. En la coalición gobernante no están representados todos los sectores, por ejemplo, no está representado el sector cercano a Diosdado Cabello. Está fundamentalmente sentado en esa mesa una representación cercana a Nicolás Maduro y este es un tema que ha sido difícil de resolver para esa coalición dominante. Sería importante que esa representación fuese lo más plural y lo más inclusiva posible para que lo que esté representado allí exprese los diferentes intereses y objetivos de esa coalición.

Uno de los temas que siempre ha generado debates y diferencias es que no está allí una representación de la Fuerza Armada Nacional, y no hay consenso, incluso dentro de la propia coalición dominante, si es prudente o no incorporar a este sector allí.

Igual del lado de la Plataforma Unitaria, ahí están representados algunos de los principales partidos opositores, pero es importante que se desarrolle un proceso de inclusión más importante de otros sectores opositores que no han logrado acceder a esta plataforma o delegación que está sentada en la mesa de México.

Estos son procesos que deben desarrollar las propias coaliciones a lo interno y ahí habría que ver si partimos de que cada coalición es una especie de archipiélago y hay islotes grandes o dominantes, si estos islotes están dispuestos a desarrollar esa inclusión.

Pareciera que es importante para ambas coaliciones habilitar esos mecanismos que permitan que los intereses de esos grupos u objetivos, que hasta ahora no han estado representados, puedan estar allí. Una mesa mucho más inclusiva también puede generar soluciones más inclusivas y más sostenibles en el tiempo.

—¿Retomar la negociación depende más del factor gobierno que de una oposición aún más unificada y representativa?

—Retomar el mecanismo de diálogo y negociación de México depende de muchos factores. Recordemos que es el gobierno de Nicolás Maduro quien se levanta de la mesa por la extradición de Alex Saab a Estados Unidos. Eso quizás en la expresión específica de ese levantamiento de la mesa, pero, en términos generales, tiene que ver con el choque de intereses entre el gobierno de Nicolás Maduro —que lucha por mantenerse en el poder y, creo yo, en este momento ha logrado una mayor consolidación— y el gobierno de Estados Unidos, que una de las herramientas que utiliza para generar un cambio o una democratización es el uso de la sanciones. Entonces, creo que de esta dinámica, de esta interacción, depende mucho la reactivación o no del mecanismo de México.

Para la Plataforma Unitaria es muy importante tener mecanismos de canalización de conflictos internos, de modo que al llegar a esa negociación, tenga las mismas estrategias, los mismos intereses y que pueda tener una posición unificada.

Hasta estos momentos, el gobierno de Estados Unidos ha respaldado la intención redemocratizadora y de regreso a la Constitución impulsada por la Plataforma Unitaria, pero es fundamental para Estados Unidos que la oposición puede unificar sus criterios, fortalecerse desde las bases y de sus cuadros medios para volver a una negociación mucho más fuerte y mucho más articulada.

—¿Es necesario en medio de esta crisis opositora revisar, replantear o eliminar estructuras como el G4 o la plataforma unitaria?

—Es necesario replantear la continuidad de una estructura como la del G4, justamente por las diferencias que han ido surgiendo entre los cuatro principales partidos por factores internos y factores externos. Factores internos relacionados con las diferencias en torno a la teoría del cambio, a los liderazgos propios de cada uno de los partidos, en torno a la continuidad o no de la figura del gobierno interino, o también del manejo que se han hecho de recursos y que ha sido denunciado por algunos de los partidos de ese G4, que hoy en día está bastante desarticulado y que luce, a los ojos de los que estamos afuera, como una instancia debilitada y desarticulada.

En el caso de la Plataforma Unitaria, su mantenimiento es importante, es la estructura básica de la coalición opositora en el mecanismo de México, pero sí es importante revisar su funcionamiento. Por un lado, preguntarnos si es lo suficientemente plural o inclusiva, representativa de los distintos sectores de la oposición. Es importante revisar cómo toma sus decisiones y plantea sus estrategias de cara a la negociación.

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No se nos puede olvidar que, aparte de estos factores internos están los factores externos. Los partidos políticos, desde los últimos siete años fundamentalmente, han venido sufriendo un proceso de socavamiento institucional desde la coalición dominante: partidos ilegalizados, dirigentes inhabilitados, presos políticos, incluso algunos asesinados. Los partidos han sido, quizás, el grupo de la sociedad más impactado por todo este conflicto y no han estado aislados de las consecuencias de la emergencia humanitaria por personas que se han ido, su tejido político social se ha debilitado en las regiones. Todos estos factores suman.

—¿La figura de Guaidó como presidente interino puede ser un elemento distractor para un nuevo liderazgo opositor?

—Juan Guaidó, sin lugar a dudas, ha jugado un rol muy importante desde el año 2019. Su presencia había estado casada con una teoría del cambio que partía de impulsar primero un cambio político; pero vistos los cambios del contexto interno en Venezuela y al mismo tiempo el cambio en la administración de Estados Unidos, pareciera que esa fórmula se ha invertido. La teoría del cambio parece que ahora se dirige a impulsar cambios progresivos para una reinstitucionalización gradual para avanzar, en algún momento, hacia un cambio político.

Un elemento fundamental de cualquier liderazgo en la oposición debe tomar en consideración es el tema de la teoría del cambio. Esas diferencias siguen allí, los grupos y los partidos políticos siguen teniendo diferencias en torno al cómo se debe impulsar el cambio en el país, pero es importante tener en cuenta a factores como la situación de la coalición dominante, la situación propia de la coalición opositora, el apoyo social y que, en estos momentos, un cambio en la gestión en Estados Unidos apunta a un cambio en esa estrategia.